Navas de San Juan - Jaen

NO DECAIGAS, TORREALVER, PLASMA LA CRUDEZA DE LA HISTORIA DEL PUEBLO: PARA LAS GENTES DEL PUEBLO.

Estimado, Torrealver, paso respuesta a Sección de Cultura porque, aunque empiezo con fragmentos de política, lo que precede es de cultura local e intelectual en general, de la que deseo hablar y te animo para que no decaigas. Yo sé y tú también, que las nuevas generaciones, las del pueblo, en el futuro y no lejano, te lo agradecerán, y mucho.
Personalmente tuve el gusto de leer las narraciones-ensayo de historia a que tú aludes de 1903: del Señor Miguel: hermanos Nieto, y te aseguro que dejaron profunda huella en mí corto entendimiento. Mi mente, desde entonces, cobija la sensación de una historia local, amena, entretenida y con rasgos de crudeza histórica. Rasgos que más allá de la realidad o la ficción, van desde la humilde aparición en persona obrera, de la Virgen de la Estrella: en un tal Juan de Sabiote -a quien aludí en un artículo romero y más de tres: aunque tres son conocidos por mí, enfadaron conmigo y me censuraron el artículo. La virgen apareció entre brillar y terrones que levantaba el apero -es muy posible que encierre algo de fantasía: para realzarlo como divinidad, quizás fuera una imagen escondida para preservarla de los moros-, y salío tras los pasos de la mula y el labrador...
A mí, en cambio, esa historia me saca de la virtualidad y me traslada a la ocupación mora de mi pueblo, miembro activo del An-andalus, entre el 711 (fecha de conquista por la fuerza y el 1226 (fecha de expulsión mora-local, por reconquista cristiana, también a la bruta. En la mencionada obra de Nieto: los hermanos Nieto, podemos observar la crueldad de la propia autoridad del turbante, en el innoble mancillar de la joven moza que por ser bella y agraciada recibiera ultraje carnal y deshonra: según Nieto era hija de un campesino, labrador, arriero, segador, leñador... Un obrero de la localidad de Navas de San Juan que sufría la necesidad, veía la gastronomía en boca y cara de otros, y padecía el dolor, la impotencia, la humillación y la pena por el encarcelamiento -en harén- de lo que era suyo, respetaba y más quería en su pequeño mundo: la recuperó y satisfizo de alegría e ilusión con la fuga de los árabes...
Hoy, en cambio, he leído, muy atentamente, la respuesta que das a la mía: sobre el legado de historia local y de su importancia en los ciudadanos del mañana -que yo traslado a referencia política, local y de convivencia o supervivencia en general-. Ruego, por el bien cultural de nuestro pueblo que no decaigas, es más, si necesitas apoyo, escríbeme del modo y por el medio que más oportuno consideres: poco tiempo tengo pero el que aún conservo ha de servir de aliciente a la historia y a la cultura local, no te quepa duda... Sin entrar de lleno en la preparación y en la formación intelectual que tú tienes y yo alabo, te animo a que sigas recopilando y plasmando la historia que sin lugar a dudas llevaría el conocimiento real de nuestras raíces y desempolvaría los rincones de fantásticas telarañas...
Estimado Torrealver, indistintamente de la opinión que cada cual merezca o se le conceda o se adjudique, bajo observancia individual: en la política, religión, afines ideológicos, etc... Yo no pertenezco a ningún partido político, a excepción sindical y del pasado; y así quiero y es mi absoluto deseo de continuar: en contrario encerraría mi libertad en favor de una cúpula y unos estatutos que tan indigno trato me han dado en alguna ocasión, como miembro de sección cultural en desacuerdo con la gestión presidencial; y mi conciencia carecería de libertad y mi vida de sentido... En la historia que te traes entre manos y para tan importante cometido, yo te siento insatisfecho por la soledad, y, sin embargo, entre veo que vas a mostrar a tu pueblo décadas muy duras: asfixiantes e incluso exterminadoras, de la historia real de un pueblo en atropello de gentes humildes por el absolutismo y el imperio del poder. Gentes sin las garantías de las prestaciones sociales ni asistencia sanitaria, más allá de la extracción de la muela, las inyecciones, el bendaje y poco más...
(Hasta que llegara la Ley General de la Seguridad Social de 1966, con vigencia de 1 de enero de 1967, aunque ya hubiera medios asociados a la clase obrera: eran insuficientes para albergar la prestación general que hoy disfrutamos) -el texto que antecede lo extraigo de la Web del Instituto de la Seguridad Social.
La historia del pueblo que tú legarías sería, creo y entiendo a nivel personal, muy bien acogida por las nuevas generaciones: incluso por mí, que soy un vulgar estudiante que, recalco para quien aún no lo sepa: YO NO PASÉ DE CUARTO CURSO DE EGB, Y EN ÉL PERMANECÍ DESDE LOS DIEZ AÑOS HASTA LOS CATORCE: ME DIERON PALOS HASTA EN LA CIMA DE LAS OREJAS. LO DE CUARTO SE PUEDE COMPROBAR EN LOS FICHEROS DE LA ESCUELA, LO DE LOS PALOS NO, ESO LO ARCHIVÉ YO EN MI CONCIENCIA... ADEMÁS, HICE MÁS FUCHINAS: NOVILLOS, QUE LOS ENCIERROS EN LAS FIESTAS DE SAN JUAN.
Ya ves Torrealver, si yo he salido escritor vocacional (en narrativa y también en historia y ensayo) sin acaparar la formación que la vida intelectual requiere, ¿qué sería de tantos y tantos jóvenes que sí están formados y pueden y merecen recibir los devenires de su propia historia...? No decaigas, muestra la realidad de nuestros antepasados a aquello/as que han nacido con el disfrute del coche nuevo y el piso, y el cochecillo sin techo: ése que vuelca en cuanto pisas "la raíz de un espárrago": con todos los extras, además. La realidad virtual de la economía nos ha llevado a obviar el pasado, y a clasificarnos, a nosotros mismos, sin necesidad de abuela, en la condición de nuevos ricos. Y nos catalogamos de serlo en listón de barómetro y ciudadanos pudientes, pero en la realidad, nos falta de todo. También yo me incluyo: valores, ética, educación cívico-social, cultura y dinero, sobre todo dinero...
Esa historia local: historia-ensayo: documentada, vendría a desvelar la realidad de un pueblo y de sus habitantes; en clara, aunque oculta por necesidad, y por la desdicha, asténica de una semilla que nace del sudor, del dolor y de las carencias de todo tipo, en las propias raíces mayoritarias de la sociedad local de Navas de San Juan. En consecuencia, buena parte de la juventud de hoy, de la que acapara una percepción semi-real sobre su origen y su clase, y la repudia sin conocer sus orígenes, se adentraría en un mundo tan duro como real: de su pasado histórico y no lejano. Bien lo reflejas tú mismo con la similitud de los trece concejales de antaño y los de ahora: a diferencia de la solidaridad de entonces, que ahora elude hasta el propio alcalde. Así como, posiblemente, entenderían la imperiosa y respetuosa necesidad de, pacíficamente, seguir escalando en la cumbre del reparto equitativo que glorifique la igualdad que nace de la productividad mundial y de sus recursos, en beneficio de la propia igualdad social.
Una producción en masa: partidista, no equitativa, equivaldría a sumergir a la sociedad en el pasado de nuevos ricos: certeros y virtuales: de prestado y de aprovechado, tal se han fraguado en la conciencia obrera de las últimas décadas. Para inequívoco arrastre a una miseria descomunal, oculta, pero que como un fantasma que nada en la irrealidad nos ha despertado la crisis mundial... En consecuencia, a los hogares, sobre todo de la juventud: que no han venido del pico de la cigüeña clerical, sino de la mano de la lucha de clases y la democracia social; y no han conocido la barbarie de la necesidad -yo tampoco, que conste-, sí la del despilfarro... Es posible que sientan y sentirán la errónea sensación de una riqueza económica global que, desgraciadamente, no pasará, como la reciente crisis ha destapado, de la ya mencionada virtualidad. Ello acrecentaría en fusiones multinacionales y, consiguientemente, en la merma de derechos al débil y en exposición real a la futura sobreexplotación de las masas.
Las nuevas generaciones, en buena medida, adentradas en las también nuevas modas de consumo y disfrute de malas, buenas y menos malas dotes que nos ha traído la globalización, desconocen la realidad histórica más reciente de la localidad que ahora, a ellos alberga: políticas y clases, condiciones laborales y de limosna... Por ello, sería de mucho, muchísimo provecho que un historiador, a pesar de las múltiples trabas que la propia representación local, argumentas que coloca en el camino, siguiera traveseando baches y saltando las vallas que habría de llevarle a mostrar la doctrina histórica y cultural, y exponerla a oídos y a ojos de las nuevas generaciones. Por tanto, iluso de mí, preveo que a muchos ciudadanos del futuro y comprometidos con el propio futuro, les gustaría saber por qué hoy se cobra la nómina, afortunado quien la tenga, a treinta días de inicio del desarrollo de la actividad laboral, y en aquella época, la peonada se cobraba al día: cava, siega, recolección de aceituna, etc., o en contrario, en casa del pobre y de su familia, no se comía...
En aquella época dominaba el absolutismo burgués, que concluyó el día 13 de abril de 1931, con la marcha, "voluntaria: falta de apoyos en comicios locales" del Rey Borbón: abuelo del actual Juan Carlos: Alfonso XIII. Al siguiente día se implantó, oficialmente, la Segunda República Española. Hasta entonces, los pueblos de España, y sobre todo el nuestro, carecía de programas sociales. Exentos de garantías reales en uso y disfrute por necesidad de los servicios sanitarios más elementales, a excepción de ayudas benéficas, esporádicas o prediseñadas, a parte de los más necesitados. Con tu historia: la real del pueblo, después de unas décadas en que las clases obreras hemos vivido por encima de nuestras posibilidades reales: como ricos ahogados en créditos fáciles: eso colmó esperanzas y nos ha tumbado millares de perspectivas de bienestar real... A través de la historia descubriríamos que en las primeras y sucesivas décadas del siglo XX, nuestras familias, incluida la mía, pasaron más hambre que los "perrillos de Manolo": estaban hambrientas, desesperadas, sobre-explotadas y degradadas, cívica, social y espiritualmente.
El clero, en cambio, dominaba a las masas incultas e inducía a que Dios asfixia pero no ahoga, y rezando, mientras la iglesia llenaba las arcas a raudales desordenadas, argumentaba que él: Dios, sanaría la debilidad de los creyentes, no en la gastronomía: plato de segunda mesa para la iglesia, sino en lo espiritual: auténtico pilar de engaño al vulnerable. A ello, por si pudieran quedar dudas en la conciencia de aquellos que sufrían desde el analfabetismo y veían morir de hambre o enfermedad "curable incluso para la época", a miembros de los suyos, valía la prerrogativa de: si mueres en la tierra resucitarás es el cielo: designio de Dios...
Las incomprensiones de la vida y los atajos en la economía no son, a veces, las que en justicia creemos merecer. Son, sin embargo, como los caminos de Dios: inescrutables...
"Dios da pan a quien no tiene dientes..."
No quería extenderme pero bueno, ustedes perdonen una vez más. Como soy tímido, y en directo me retraigo, se ve que aquí en la soledad, doy las de Agustina de Aragón en el dos y el tres de mayo...
En la siguiente relación de novelas editadas por mí, sin garantías de que la sociedad lectora conozca: por rigurosa carencia económica: en necesidad de promoción, no incluyo la novela que acabo de terminar y está pendiente de presentación a certamen. Pese a ello, y, a pesar de que dispongo de valoraciones editoriales favorables: la técnica de perfección prosista puede llegar a todas las clases, pero la imposibilidad económica: la de mi clase, a mí me retrae y me amolda al olvido de la indiferencia social...

Saludos cordiales