Balance de un año de Des-Gobierno Andaluz. Hoy es un día señalado, puesto que se cumple el primer año del Gobierno bicéfalo andaluz, con más sombras que luces, con más formas que fondo y con más menos que más. No voy a insistir en los decretos propagandísticos que han copado la actualidad política andaluza en las últimas semanas, porque sólo el tiempo confirmará que se trata de medidas vacías, sin contenido, que más que aportar soluciones nos darán más problemas y que incluso esconden sorpresas nada agradables en estos tiempos. Algo parecido a lo que ha ocurrido con el “Pacto por Andalucía” ¿recuerdan? Era aquél pacto al que serían invitadas todas las fuerzas políticas y sociales “que configure un marco de acuerdo en múltiples ámbitos que identifique de manera consensuada hacia donde debemos dirigirnos a medio plazo y que sume los esfuerzos de toda la sociedad”. Palabras grandilocuentes respaldadas por un vacío infinito. Ha sido un año en el que al Gobierno andaluz le ha preocupado más la crítica al Gobierno central y sus infinitos recortes que buscar soluciones a los problemas de los ciudadanos. Y al mismo tiempo, ha recortado en partidas tan relevantes como Sanidad y Educación. Un 10% en la reducción del presupuesto sanitario o 4.502 puestos docentes perdidos son ejemplos claros de recortes encubiertos (o no tanto) de la Junta de Andalucía. Llaman la atención los letreros de “IU rebélate tú” e “IU rebélate de una vez” justo cuando llega el Audi A8 de Valderas. En fin. Esta bicefalia no deja de ser curiosa, precisamente porque IU tiene la habilidad -cinismo lo llaman algunos- de ejercer de Gobierno y oposición a la vez, encabezando pancartas en manifestaciones contra medidas adoptadas por el propio Gobierno andaluz. Gobierno que no ha adoptado las medidas necesarias para atajar el problema principal para los ciudadanos: el desempleo. Se nos prometieron planes de choque por el empleo de los que desconocemos su ejecución y resultados, y nos encontramos batiendo records con unos datos de la EPA escalofriantes: más de un millón y medio de parados e índices de desempleo superiores al 40% en tres provincias andaluzas. Estos son los resultados de unas políticas ineficaces, de unos consejos de Gobierno desperdiciados y de unos políticos sin ambición de encontrar soluciones a los problemas de los ciudadanos. Y tampoco se cumplen las promesas electorales (algo que, por cierto, reprochan también al Gobierno central, y con razón), ya que a esta fecha seguimos sin reforma de la Ley Electoral, sin Ley de Transparencia, sin medidas contundentes contra los políticos corruptos… Recordemos que el acuerdo del bipartito, además de en el clásico menudeo de cargos (IU ocupa la vicepresidencia, 3 consejerías, 16 delegaciones provinciales, 6 secretarías generales, 9 direcciones generales e innumerables gerentes, cargos, asalariados, etc.) se basa en un documento que contempla numerosísimas medidas que, por el momento, siguen en el limbo más absoluto. Dicen que más vale tarde que nunca, pero ya ha pasado un año y aquí no se ven resultados. Fíjense que en Andalucía y Asturias pasaron dos cosas parecidas: se formaron Gobiernos de consenso, aunque en Asturias UPyD forma parte de ese acuerdo, y en Andalucía la Ley Electoral procuró que, con la barrera del 5%, UPyD quedara fuera del arco parlamentario. En cualquier caso, a lo que voy es que en Asturias UPyD dio su apoyo a un Gobierno a cambio de políticas concretas (y ni un sólo cargo, a diferencia de IU en Andalucía) y así, a día de hoy, la Comisión para la reforma de la Ley Electoral asturiana, impulsada por UPyD, es una realidad. Curiosamente la preside IU, que en Andalucía no parece tener demasiado interés en impulsar esta importante medida. Y en medio de todo esto, el mayor escándalo de corrupción política de nuestro país sigue tiñendo la imagen de nuestra Comunidad: el escándalo de los ERE fraudulentos. Probablemente habrá de pasar otro año hasta que conozcamos el verdadero alcance político del problema, pero en todo caso es lamentable que nadie haya asumido responsabilidad alguna en el caso de los ERE (no, al menos, hasta que ha sido imputado por la jueza que lleva el caso). Un desgobierno que, además, tampoco se ve retenido por la inexistente oposición política en el Parlamento andaluz, protagonizada por un Partido Popular más atento a justificar las injustificables medidas tomadas por el Gobierno central y a los titulares de la más amarillenta prensa política que a debatir, discutir o proponer medidas y soluciones alternativas a las encabezadas por el Gobierno andaluz. En definitiva, estamos como antes, o peor. El Gobierno andaluz se ha mostrado incapaz de dar solución a los problemas más acuciantes, y mientras se enrocan en debates partidistas de sucesiones, desgastes mutuos y defensa ante los escándalos internos, los ciudadanos siguen aumentando su desafección hacia la Política y las Instituciones, engrosando las listas del paro y abandonando el país en busca de un futuro (mejor o peor, no lo sé, pero al menos, un futuro). Aún podemos cambiar el rumbo y apostar por la regeneración democrática, atajando la corrupción política y estableciendo mecanismos preventivos que eviten que repitamos episodios lamentables de nuestra historia reciente; poniendo coto a los abusos y defendiendo un Estado de Derecho que vive horas bajas, para que la ciudadanía recupere la confianza y el estímulo necesarios para sacar adelante este país nuestro. Es hora de hacerlo posible. Texto compartido del Blog de Martín de la Herran. Fuente: https://artindelaherran.com/2013/05/08/balance-de-un-ano-de-desgobierno-andaluz/ Saludos. |