Linares - Jaen

Los oferentes de empleo

Antonio Barreda Alcobet

Martes, 12 de Octubre de 2010 11:51

La última ocurrencia de Griñán es tildar de oferente de empleo al desempleado andaluz: es todo un ejemplo de la falta de respeto y de cómo un presidente de la Junta de Andalucía trata a sus conciudadanos que carecen de empleo. El oferente es el que ofrece. Pero ¿qué va a ofrecer un parado, pues paro tiene que no empleo?. En todo caso la oferta la tendría que hacer quien ostenta la capacidad de dar empleo, es decir, el empresario y el mal llamado oferente, en el caso del parado, es demandante. Demanda lo que no tiene y no puede ofrecer de lo que carece. Parece que a Griñán le hacen gracia los juegos de palabras. Pero a muchos nos parece un insulto este caso.

Esta frase de Griñán nos hace retrotraernos a la época oscura preindustrial donde el obrero, incluso obreros infantiles de seis a trece años, "ofrecía" su fuerza de trabajo a cambio de un salario que no servía siquira de subsistencia. El obrero ofrecía sus músculos y el empresario daba empleo, precario, sin derechos y sin legislación laboral. A esta selva parece que nos lleva esta frase de oferente de empleo. El desempleado andaluz debe tomar la maleta y ofertar su capacidad de trabajo por toda la regióncomo un viajante que aún no ha muerto. Griñán se olvida, naturalmente, de la falta de competitividad, de la falta de industrias, de la falta de infraestructuras, de la falta de inversiones, del erial en el que él y su partido han convertido Andalucía.

A los asesores de Griñán lo único que les ha importado estos dos últimos años es negar y tapar como fuese la profunda crisis económica de la región, casi el 30% del paro, familias que carecen ya de prestaciones, los que no pueden pagar su hipoteca, los que no llegan a fin de mes, los que no saben qué comerán sus hijos esta noche. La política económica del Partido Socialista está esquilmando a los trabajadores y a la clase media hundiendo a ambos en el umbral de la pobreza. Nunca en tan pocos años en Andalucía se están convirtiendo en pobres cada vez más familias. Estos nuevos pobres serían entonces los oferentes de riqueza, esto es, de empleo.

La región atraviesa la crisis más grave desde el siglo XIX y principios del XX cuando la emigración fue siempre la válvula de escape de los cientos de miles de desempleados. Según Griñán, aquellos andaluces se convirtieron en “oferentes” viajantes vendedores de su empleo en Cataluña o País Vasco y luego en emigrantes transnacionales.

Ninguna región española en el siglo XX tuvo una hemorragia tan importante de oferentes de empleo como lo tuvo Andalucía. Incluso provincias como Jaén perdieron la mitad de su población en el drama de la emigración. La sangría se paró en el campo con la invención del PER que estabilizó la población agraria a costa de anularla y condenarla a la dependencia y a la indignidad de subsidio. Pero en los núcleos urbanos andaluces donde no hay PER, solo queda desempleo y dramas familiares. Sólo quedan polígonos industriales obsoletos y diseñados hace demasiadas décadas - aunque ahora les llaman viveros de empresas, otro cachondeo verbal -, una industria naval que se muere lentamente, y una industria aeronáutica cuyo empresario principal es la Junta de Andalucía.

Lo único que a muchos andaluces nos consuela es que el Palacio de San Telmo, oferente de la presidencia de la Junta de Andalucía, consume un calendario avanza inexorable hacia un cambio de demandante. ¿O es Arenas un oferente del empleo de presidente de la Junta de Andalucía? Bueno, lo importante es que no lo sea más José Antonio Griñán.