De vuelta a casa. Ya se acabaron los días sin comparación, se acabó los ratos de tertulia con amigos y familiares en la barra de un bar, y el sabor de una Cruzcampo, esas aceitunas aliñadas, y esas tapitas que son el martirio de los que no quieren engordar. Bajar los bolsos, guardar todo, que no se olvide nada aquí, niñas daros prisa, ¿habeis desayunado?, ¿pero todavía estais así?, ya verás como saldremos a las tantas. A ver si al menos podemos estar en “El Pinar” a la hora de comer (El Pinar es un restaurante de carretera en Cuenca). ¿Queeeeeeeeee?, que quereis iros por Andújar para dar una vuelta al mercadillo???, vamos esto es de locos…. Pues nada, que no me queda otra que llevarlas al mercadillo de Andújar antes de salir. A las 12 quien no esté en la puerta del Carrefour se queda en tierra y que se vaya en el tren¡, esa es mi amenaza, pero yo se que no vale de nada. Así que me voy al centro de Andújar a tomarme mi último desayuno en la ciudad iliturginata. Aparco en al parking de la plaza y voy al puesto de churros. ¿Pedro, me poneis un café con leche y una rueda?, ¡Ya mismo¡ Me tomo el café mientras observo los 9 calendarios de la Virgen de la Cabeza, las mujeres que con los cestos de la compra llegan a por su rueda de churros, y me doy cuenta que esos pequeños momentos son los que merecen la pena vivir y saborear. Doy una vuelta por las calles paseando y observo las calles de gente, el ambiente, las gentes. ¡No me quiero ir¡. Al cargar las cosas en el coche, no se que pasa pero parece imposible que quepa en el maletero tanta cosa que han preparado para llevar. Amenazas con dejar algo fuera y parecen que te vayan a matar, yo por si acaso meto lo primero los roscos de "baño blanco" y las magdalenas de aquí. La despedida es el peor momento. ¡ Venga un beso y a seguir bien¡, ¡Que vengais pronto¡, nos dicen con los ojos brillantes la anciana que se vuelve a quedar en su casa muda. A ver si para Semana Santa tenemos unos días y vendremos, se intenta animar el momento. Venga, todos al coche, y una última mirada a esa persona tan pequeña físicamente y tan grande por dentro, diciendo "adios" con su mano triste y su sonrrisa muerta. La calle real queda atrás, los famosos arbolitos, la iglesia, el parque, lo miras todo como para llevartelo todo en los ojos, que no se te quede nada, llegas a la rotonda para girar a la izquierda hacia Andújar y tu pensamiento se te va por un momento al hijo de mi amigo que se dejó la vida ahí. ¡La vida no es justa¡, aunque hemos de tener en cuenta que la vida es un regalo, aunque venga sin caja y sin lazo. LAHIGUERA, Andújar, Salida de Villanueva, el Dandi, (pero ya no me rio), Bailén, Guarromán, La Carolina, despeñaperros, pasamos los tuneles despues de esas cuestas, y entramos en La Mancha, al ver el letrero CASTILLA LA MANCHA, siento que algo se me ha quedado atrás, miro el espejo retrovisor y veo como se aleja de mi.... mi tierra, y piensas: he de volver en cuanto pueda. Almuradiel, Santa Cruz de Mudela, Valdepeñas, todos callados, nadie habla, ni ganas ha quedado de poner la radio, miro a mis hijas y a mi mujer, y veo las miradas perdidas en el paisaje a través de la ventanilla. Que diferencia el viaje de ida que el de vuelta. Manzanares, Tomelloso, Villarobledo, San Clemente… vamos a parar a comer que son ya las 2. La comida mal, la autovía ya nos hace parar donde no queremos, pero bueno, continuamos. Villanueva de la Jara, Iniesta, Requena, Utiel, Chiva, VALENCIA, Sagunto. ¿Papá cuando vamos a parar, me estoy meando?, en cuanto encuentre un area de servicio. Se aguantan las ganas con resignación. Villareal, CASTELLÓN, paramos a repostar y a que el pasaje evacuen líquidos. Oropesa, Benicarló, y las rayas de la carretera pasan y pasan, y pasan y pasan, adelantas a uno, otro, otro, y en todo el viaje no ha parado de llover. Noooooooooooooooooo, ponen la radio y ya no se oye hablar castellano, hablan catalán de nuevo, no es que desprecie el idioma, pero ya me siento de nuevo en el lugar de lucha contínua cada día. San Carlos de la Rápita, Amposta, el rio Ebro va lleno, Cambril, Salou, TARRAGONA, los peajes que te recuerdan que has entrado en la región de España donde se paga por todo, hasta por respirar. Villafranca del Penedés, Sant Sadurmi, Martorell, “joer” otro peaje, que ya llevamos 4 peajes, Rubí, Sant Cugat, Sabadell y paso por la Gran Vía y parece que hace no cuatro días, perece que son cuatro meses los que falto, me siento extraño. CASTELLAR DEL VALLÉS, aparcar sobre la misma acera, bajamos del coche parado delante de nuestra casa, ahora toca estirarse y descargar todo en el portal para subirlo por el ascensor, me voy a encerrar el coche y subo a casa, ahora toca una ducha, cenar un poco, y aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh, mi cama. Por muy bien que estés en otro sitio, pero como tu cama no hay nada igual. Ya estoy aquí de nuevo y de nuevo pensando en cuando podré volver a ir, ahora me toca vivir de los recuerdos y vivencias de mi pueblo, de todos esos momentos inolvidables que me he traido conmigo, y vivir con la esperanza del volver. |