IDILIO SALVAJE ¿Por qué a mi helada soledad viniste cubierta con el último celaje de un crepúsculo gris?... Mira el paisaje, árido y triste, inmensamente triste. Si vienes del dolor y en él nutriste tu corazón, bien vengas al salvaje desierto, donde apenas un miraje de lo que fue mi juventud existe. Mas si acaso no vienes de tan lejos y en tu alma aún del placer quedan los dejos, puedes tornar a tu revuelto mundo. Si no, ven a lavar tu ciprio manto en el mar amarguisimo y profundo de un triste amor o de un inmenso llanto. II Mira el paisaje: inmensidad abajo, inmensidad, inmensidad arriba; en el hondo perfil, la sierra altiva al pie minada por horrendo tajo. Bloques gigantes que arrancó de cuajo el terremoto, de la roca viva; y en aquella sabana pensativa y adusta, ni una senda ni un atajo. asoladora atmósfera candente de se incrustan las águilas serenas como clavos que se hunden lentamente. Silencio, lobreguez pavor tremendos que viene sólo a interrumpir apenas el balope triunfal de los berrendos.... |