La Carolina - Jaen

crónica política
El agujero del PSOE obliga a plantarse ante la UE
El presidente del Gobierno insiste. Mariano Rajoy se ha plantado en la Unión Europea y ha asegurado que España no cumplirá este año el objetivo de déficit del 4,4 por ciento del PIB, sino que se situará en el 5,8 por ciento. El líder del ejecutivo español ha añadido que esta cifra respeta tanto la normativa de la UE como el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Sin embargo, las autoridades de la Comisión Europea ya han contestado: "se debe cumplir con lo pactado".
Desde luego no está el horno para bollos. Hasta el propio presidente del Gobierno ha tenido que dar este viernes un golpe en la mesa de la Unión Europea. El descomunal agujero en el déficit público dejado por el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011 ha obligado a Mariano Rajoy a plantarse ante sus socios europeos, a los que ha asegurado que, guste o n guste, España no cumplirá este año el objetivo de déficit del 4,4 por ciento del PIB, sino que se situará en el 5,8 por ciento. Y sin ninguna duda por parte del presidente del Gobierno: “Es una decisión soberana de España”.
Mientras el secretario general del PSOE, responsable como vicepresidente del Gobierno de José Luis Rodríguez del agujero del déficit de nuestro país, se dedicaba este viernes a hablar del “tacherismo” de Esperanza Aguirre, el jefe del Ejecutivo se veía obligado en Bruselas a plantarse ante la Unión Europea. En 2012 no España no cumplirá el objetivo de déficit comprometido para este año. Como señalan los analistas políticos consultados por este diario, “la gracia de la desviación en dos puntos y medios entre lo comprometido por José Luis Rodríguez Zapatero ante Bruselas sobre el déficit público y la realidad, ha provocado el mayor enfrentamiento de nuestro país con las autoridades comunitarias desde nuestra entrada en Europa en 1986”. Como señalan las mismas fuentes, la gravedad de la situación ha obligado a Rajoy a dar un puñetazo encima de la mesa, “por no utilizar una expresión mucha más grosera” en el Consejo Europeo celebrado este viernes. “No se puede reducir más. No se puede sacar dinero de donde no lo hay. Y desde luego, España tiene que seguir funcionando y garantizando los derechos básico de los ciudadanos, como la sanidad y la educación”, destacan fuentes del PP a este diario. “El desastre, ya no sólo económico, sino también político, es descomunal”, señalan las mismas fuentes.
Rajoy ha comunicado a sus socios que nuestro país fijará su objetivo de déficit este año en el 5,8 por ciento del PIB, frente al 4,4 por ciento establecido por el Ejecutivo socialista. Y sin ninguna duda: Es una decisión soberana de España. No he consultado a los líderes europeos y a la Comisión se lo contaré en abril, no tengo que hacerlo”. Y rápida respuesta desde Bruselas: España debe cumplir el objetivo comprometido porque es “clave para reforzar la confianza. El cumplimiento de los objetivos de consolidación presupuestaria en países vulnerables ha sido y sigue siendo una de las piedras angulares de la respuesta global de la UE a la crisis”, ha subrayado el portavoz de Asuntos económicos, Amadeu Altafaj.
Y mientras el presidente del Gobierno se bate el cobre en Bruselas en defensa de los intereses españoles, UGT y Comisiones Obreras siguen a la suya con la convocatoria de manifestaciones en toda España el 11-M contra la reforma laboral. Ni la indignación de las víctimas del terrorismo, de la mayoría de la ciudadanía, e incluso de buena parte de sus bases y afiliados hacen que los dos sindicatos den su brazo a torcer. Incluso utilizando argumentos que, según los analistas políticos consultados por “el Imparcial”, llegan ya al “esperpento”. En una carta dirigida a la delegada del Gobierno en Madrid, aseguran que tienen todo el derecho a manifestarse el 11-M porque ese día no “se suspenderán partidos de fútbol, espectáculos musicales y las tiendas de Sol o Serrano permanecerán abiertas”.
Ante estos argumentos, las fuentes consultadas por “El Imparcial” señalan que los dirigentes sindicales, “ni se enteran, ni quieren enterarse de lo que piensa la calle. Ni oyen, ni quieren oír. Ante las grandes críticas recibidas por intentar mezclar una protesta contra la reforma laboral con el octavo aniversario de la mayor matanza terrorista cometida en España, la excusa llega más lejos, al intentar usar el fútbol y las actividades de ocio de los ciudadanos como argumento para justificar la celebración de unas manifestaciones de hondo calado político en una fecha íntimamente ligada al corazón de la mayoría de los españoles”. UGT y CC OO hablan del 11-M como una fecha de “especial connotación”, que, añaden los mismos medios, la tiene, pero “desde luego, a nadie se le había ocurrido utilizar este día para reivindicaciones políticas hasta ahora.
Una fecha que ha sido de recuerdo y homenaje a los 192 fallecidos y a los miles de heridos. A partir de del próximo domingo 11 de marzo como se recordará, ¿como el aniversario del mayor atentado en la historia de España, o como la jornada de movilizaciones previas a la convocatoria de una huelga general?”