La Carolina - Jaen

• LIMPIEZA DE PRUEBAS
UNA EMPRESA PRIVADA ROBÓ LOS ORDENADORES DEL ‘CASO CAMPEÓN’
Las conjeturas sólo benefician al ministro de Fomento. Los propios empresarios contrataron a la compañía de seguridad. “No se ha movido ni un solo papel”, aseguran desde el CNI.
¿Están los Servicios Secretos detrás de la limpieza de pruebas que involucren a Blanco? ¿Siguió el CNI a la juez del caso, Estela San José? Estas son algunas de las incógnitas que aún quedan pendientes de una respuesta clara y que siembran más dudas sobre el desarrollo de la operación Campeón y sus consecuencias.
Hasta la fecha, se han insinuado conjeturas, que sólo beneficiarían a Blanco por fundamentarse sólo en hipótesis, pero que no añaden suficiente claridad para desvelar la verdadera implicación del portavoz del Gobierno y ministro de Fomento.
Pocos días después de conocerse la operación, esta da un giro inesperado. En las oficinas de los administradores concursales que participan en la auditoría de las empresas de Jorge Dorribo –el principal imputado– se produce el robo de varios ordenadores. El hecho precipitó las conclusiones de la autoría por parte de la Policía, la Guardia Civil e incluso buena parte de los medios: los agentes del CNI están detrás. Cuando en realidad todo apunta a que no fue así. Y a que el ministro de Fomento no tiene ya un papel preponderante, ni el CNI está dispuesto a “despellejarse” por él.
Fuentes de los Servicios de Inteligencia han asegurado a este periódico que en ningún caso el CNI estaba detrás del robo. Aseguran que se trató de una empresa de seguridad privada, contratada por los propios empresarios con el fin de borrar cualquier señal de implicación en un caso que, como publicó ayer este diario, apunta mucho más allá de una simple cuestión de intereses personales. Una operación de limpieza ejecutada con grandes medios y posibilidades y desarrollada por ex policías, guardias civiles y antiguos operativos del propio Centro Nacional de Inteligencia.
“El CNI conoce el robo, pero a estas alturas no se va a mover en esta operación. El centro mantiene dos oficinas en Galicia, La Coruña y Pontevedra, y cualquier movimiento puede ser detectado, incluso el nuestro a través de las comandancias. En este caso concreto, no merece la pena. A estas alturas ya no hay que quedar bien con el Gobierno. No se ha movido un papel”, explican desde los Servicios Secretos.