La Carolina - Jaen

han echao ya a los tres de clarton, ya no se sabe na esq u se ha solucionao algo

Sigue su cauce.
Despido y denuncia en magistratura.

El caso es que estaban los de CLARTON dale que te pego, currantes como eran, acarreando granos de trigo y todo cuanto podía a su hormiguero, sudando la gota gorda porque era agosto y hacía un calor que se iban de vareta. Iban y venían los prójimos de un lado para otro, con esa seriedad metódica y disciplinada que tienen los trabajadores comme il faut, amontonando provisiones para el invierno. Tan atareados iban que hasta pasaban mucho de un denuncias que estaba ''cascao'' y le decían cosas. Adios, p...ako, piropeaban los fulan..s rozándolo con las antenas. Quien pudiera abrirte las cuatro patas a la vez. Y el, cargado con su odio de mala leche o su no saber estar, no se daba por enterado y seguía a lo suyo, upa, aro, up, aro, obsesionado con denunciar lo posible, que luego viene el invierno y pasa lo que pasa. Cada día, el denuncias pasaba por delante de una cigarra, que tenía un morro que se lo pisaba, la tía, todo el rato tumbada a la bartola debajo de una mata de romero, acompañándose con la guitarra mientras cantaba canciones de Alejandro Sanz y cosas así. Quien te va a curar el corazón partío, decía la muy canall.., choteándos.. del pobre denuncias cuando éste pasaba cerca. A veces, cuando se había fumado un canuto e iba más puesta, la cigarra llegaba incluso a increpar al denuncias. Adios, perrakK, estajanovista, le decía la muy perr... Que no trabajas. Otras veces se despelotaba de risa y le tiraba chinitas al perrakk, más que nada por jod..., y le decía echà por la sombra, sudorosa, que trabajas menos que el sastre de tarzan. Hay que ser gilipoll....s para andar de arriba a abajo acarreando denuncias, con la que está cayendo. Ton todelpij....

El denuncias, claro, se ponía de una mala leche espantosa. A veces se paraba y amenazaba con el puño a la cigarra. Vete a mamál..sela... a alguien, decía. Y respondían los de CLARTON: pues oye, igual vamos, ya que tú no tienes cojo..es.... Otras veces pasaba de largo rechinando los dientes, o lo que tengan los perr akos en la boca. Ya vendrá el invierno, mascullaba encorvado bajo el peso de la carga. Ya vendrá el invierno, hijap..., y te vas a enterar de lo que vale un peine. Tú canta, canta. Que el que en agosto canta en diciembre Carpanta. Pero los operarios se despelotaban de la risa.

Total, que llegó el invierno y como se veía venir cayó una nevada de cojo...es. Y el denuncias se frotaba las manos en su hormiguero calentito, junto a la estufa y contemplaba la despensa llena. Y pensaba: ahora vendrá esos ugetistas pidiendo cuartelillo, muertos de hambre y de frío. Pero conmigo van listos. Les van a ir dando. Ésa palma en mi puerta como que hay Dios. Y entonces, estando el denuncias en bata y zapatillas, con la tele puesta viendo Tómbola, suena el timbre de la puerta. Y el perrako se levanta despacio, recreándose en la suerte. Ahí están esos guarr..s, piensa. Tiesos de hambre y de frío. A ver si le quedan ganas de cantar ahora. El caso es que abre la puerta y cual no será su sorpresa cuando se encuentra en el umbral a los trabajadores vestidos con un abrigo de visón que te cagas, y con un rolls Royce esperándola en la calle.

- Hemos venido a despedirnos -anuncian los subsodichos-. Porque mientras tú denuncias, nosotros nos hemos ligado a un grillo de alemania que está podrido de pasta. Pero podrido, tío.

- Venga ya - dice el denuncias, estupefacto.

- Te lo juramos. Y STEFEN (porque el grillo se llama STEFEN y es un cielo) nos ha retirado y nos ha puesto un piso que alucinas, vecina. Y ahora nos vamos a Londres a grabar un disco.

- No jod..s.

- Como te lo contamos. Y luego STEFEN nos lleva a un crucero por el Mediterráneo, ya sabes: Italia, Turquía, Grecia...Ya te escribiré ''denuncias'' postales de cuando en cuando. Ciao.

Y los operarios se suben el cuello del visón y se largan en el Rolls Royce. Y el denuncias se queda de pasta de boniato en la puerta. Y luego cierra despacito, y se va meditabundo de vuelta a la estufa y a la tele, se sienta, y mira la despensa, y luego mira otra vez hacia la puerta. Y se acuerda de los operarios de CLARTON del verano, que al final se liaron con otro socio amigo suyo, una tal BOSCH. Mecachis, piensa. Se me ha olvidado decirle a los operarios que, ya que van a Grecia, pregunte si todavía vive allí un tal Esopo. Un señor mayor, que escribe. Y si lo encuentra, que le dé recuerdos de mi parte. A él y a la madre que lo par...o.

Dedicado a un personaje maligno de CLARTON,L.P.R.

chico me pierdo,¿me lo amplias? es que si no, no me entero