Huelma - Jaen

“Las cabezas de España, de cada diez, nueve embiste y una piensa”. Ojala no sean ciertas las cuentas que hizo Machado. Con que solo haya una que embista, los demás estamos perdidos.

Los golpes, vengan de donde vengan, de cuerdos o locos, de maridos depravados, de jóvenes violentos, ayudados de alcohol y/o droga, todos ellos, ávidos por demostrar que su mejor lenguaje son los puños o los pies, vuelven de nuevo a la edad de piedra.

No seré yo quien defienda la ideología de Berlusconi, ni siquiera su modo de proceder, para él, me reservo adjetivos “descalificativos” al más bajo nivel, ni estoy a favor de todo cuanto suelta por la boca de Hermann Tertsch, y me revuelve el estomago que Ruiz Mateos ganara un escaño en el parlamento europeo por soltar una bofetada a Miguel Boyer, pero puedo condenar y condeno mediante la palabra, a todo aquel cuyo léxico, se traduce en agresión física.

Cierto es que a veces, palabras a priori templadas, pueden provocar grandes terremotos, pero también mediante estas, podemos inventarnos soluciones antisísmicas, que apacigüen la furia de los dioses, que revuelven las entrañas de la ira.

Acabaré mi exposición como empecé, parafraseando a otro ilustre de nuestra literatura, Miguel Hernández, “tristes armas, si no son las palabras…”

Un saludo.

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Me mola es estilo como escribe vitaminas y también los comentarios tan acertados de Eleganciayestilo.
Para que vean que gente con cultura tenemos en el pueblo,y de la buena.
Venga ánimo hermosas que lo valéis.
Besitos con sabor a fresa con nata.