LAS COSTURERAS DE FONTANAR

LAS COSTURERAS DE FONTANAR

¡Qué alegría más grande!
Que me ha hecho mi madre
Un pantaloncico nuevo
Con el viejo de mi padre.

Una tarea que mantenía ocupadas a las mujeres, cuando aún no había ni máquinas de coser, era el mantenimiento de la ropa, la confección de prendas nuevas y la preparación de los ajuares.
Para mantener la ropa al uso en condiciones aceptables, las mujeres se afanaban remendando las prendas rotas, poniéndoles piezas de la parte buena de otras que ya no servían, volviendo los cuellos y los puños de las camisas cuando ya estaban gastados, echando taloneras y punteras a los calcetines rotos con telas fuertes o zurciendo a base de pasadas de hilo, para tapar un agujero.
Las sábanas que se desgastaban por el uso en el centro, se rajaban de arriba abajo y se volvían a unir los dos trozos dejando la parte gastada en los extremos, así aguantaban un poco más.
Se confeccionaban todo tipo de ropas: pantalones, camisas, calzoncillos largos, vestidos, faldas, blusas, camisones, sujetadores y hasta las bragas. Se usaban costuras y puntos que no abultaran demasiado, como el punto de incrustación, y se adornaban con vainicas ciegas los dobladillos y cadenetas.
Las jóvenes casaderas, se pasaban buena parte de su juventud preparándose el ajuar: los juegos de cama, toallas, ropa personal, etc. Para aprovechar más el tiempo, cuando ya se puso la luz eléctrica, bordaban también de noche y como no se veía demasiado, algunas se sentaban en una silla que subían encima de la mesa para estar más cerca de la bombilla.
En Fontanar, también había mujeres que se dedicaban a echar el jornal cosiendo para otras casas o encargos que se le hacían como Carmen “la Cirujana” o Lola “la Potra” y últimamente Aleja y Celia. Otras se dedicaban a bordar para la calle, como Modesta, Isabel la de Santos…..