Albanchez de Mágina - Jaen

na república federal para conseguir el advenimiento definitivo de la igualdad social. El proyecto de Constitución de Antequera, consensuado en una asamblea celebrada por los republicanos federales andaluces en octubre de 1883, supuso el primer gran hito en la construcción de la autonomía andaluza. La región “no recibe su poder de ninguna autoridad exterior a la de las autonomías cantonales que la instituyen por este Pacto”, declara un texto que consagra la soberanía de los ciudadanos andaluces como máxima fundamental. En un momento en el que el federalismo se extendía por el país siguiendo los postulados de Pi i Margal, emarcó un primer intento de dotar a Andalucía de voz propia en el conjunto del país. Y aunque no lo consiguió -nunca entró en vigor-, sirvió de punto de partida para el movimiento que, con Blas Infante a la cabeza, dio cuerpo al andalucismo en la segunda década del Siglo XX.

Los municipios, dotados de su propia constitución, eran la piedra angular del sistema y ejercían el poder ejecutivo directo. A partir de ellos se creaban los cantones y estos, a su vez, se organizaban para conformar el poder federal. Se trataba de un esquema que partía de una concepción muy avanzada de la soberanía individual: las estructuras políticas no son más que la suma de las voluntades de los ciudadanos que representan. Pero el de Antequera no era un proyecto separatista: la idea era construir una región soberana, pero que se integrase con el resto de territorios en una federación nacional.

El avance en autogobierno no es el único paso. La constitución de Antequera apostaba por una amplia carta de derechos y libertades. Garantizaba, entre otros, el derecho al trabajo, la difusión libre del pensamiento, la manifestación pacífica, la enseñanza o la práctica de resistencia solidaria. Un proyecto de corte progresista más avanzado que otros textos de la época, que plantaba la separación radical entre Iglesia y Estado, rechaza la pena de muerte o en el que se “reconoce la independencia civil y social de la mujer -aunque, eso sí, solo podían votar aquellas con educación secundaria-.

El gobierno regional que proyecta el texto tendría un amplio catálogo de competencias: debía controlar el Estado en campos básicos como educación o justicia, la puesta en marcha de un ejército o la sanción de tratados internacionales. Siguiendo la línea de poder horizontal que impregna el proyecto, no habría presidente: la región estaría gobernada por siete consejeros de forma colegiada. El poder legislativo, por su parte, estaría en manos de un Congreso de Representantes formado por diputados elegidos por sufragio universal directo y por los gremios. Un parlamento, por cierto, cuyos diputados tendrían un duro régimen de incompatibilidades y que estaba abierto a las iniciativas legislativas de la ciudadanía

Barto un consejillo, cuando se copia de forma tan flagrante lo mínimo que se hace es citar la fuente, más que nada por evitar denuncias por plagio.
Anda, te echo un cable:

https://ww.andalucesdiario.es/politica/28-formas-construir-andalucia/
Consultado: 7 de marzo, 2014

Mira Ayoza,no se si tas dao cuenta de que soy un poco corto y cuasi anarfabeto, y adema como la parienta me tiene tatornao, er sikiatra ma mandao unas patilla que dice que cuando me tome dos otres ar dia ya puedo hacer decir lo que me de la gana que no me pasa na.

La construcción de la autonomía andaluza tuvo su primer gran impulso en la segunda década del Siglo XX. Si la Constitución de Antequera marcó en 1883 el camino, fue en otro pueblo malagueño donde se comenzó a armar el proceso treinta y cinco años más tarde. Ronda fue testigo del primer intento por conformar un movimiento regionalista en la comunidad tras el pacto federal de Antequera -texto que se asumió en el cónclave-. Allí se celebró en enero de 1919 la asamblea de la que salieron los símbolos que aún hoy ilustran la región: la bandera y el escudo. Son, como Blas Infante las llamó después, “las insignias de Andalucía”.

El cónclave de Ronda materializó la ola regionalista que ya se venía gestando desde los Centros Andaluces, fundados por Blas Infante. El padre del andalucismo -que hasta entonces participaba en Bética, revista editada por el Ateneo de Sevilla- promovía desde ellos su apuesta decidida por el regionalismo y las reformas. “Desde su preocupación constante por Andalucía, estos centros reclamarán el apoyo de las clases populares andaluzas para articular un movimiento capaz dar a luz a hombres y mujeres «nuevos y libres», comprometidos con un ideal que ahora aparece más sistematizado, funcional y encaminado a una profunda reforma política a partir de una corriente de pensamiento organizada”, explica el doctor en Historia Contemporánea Manuel Ruíz Romero en una publicación sobre la figura de Infante editada por el Centro de Estudios Andaluces. Se trata de centros, explica el académico, comprometidos no solo con Andalucía, sino también con España y la Humanidad, lema que recogería después el escudo regional y resume su propuesta política

El cónclave de Ronda recogió esas aspiraciones. La idea era crear un programa político que diese cuerpo a esos postulados andalucistas y lograse impulsarlos: una concepción regional de España, con una Andalucía fuerte que contase con su propio espacio, pero que no dejase de lado al resto de las comunidades -la solidaridad interregional era una de las claves-. Para conseguirlo, Andalucía debía recibir competencias estatales en materias como la agricultura u obras públicas. Exigían, además, la puesta en marcha de reformas en materia de servicios básicos como educación, sanidad o un sistema judicial accesible a todos. Se trataba, en definitiva, de conjugar autonomías y reformas para modernizar la región y el país en un contexto de crisis. Hay quien, sin embargo, no ve un acento regionalista tan marcado en la Asamblea: “Las competencias autonómicas se reducen a algunos poderes en agricultura, obra pública o instrucción”, opina Enrique Iniesta en Blas Infante, toda su verdad, quien cuestiona que la bandera y el escudo fuesen aprobados en la asamblea.

Meses más tarde, el Centro Andaluz de Sevilla da un paso al frente y pone sobre la mesa una reclamación formal -se trata, dice Ruíz Romero, de la primera petición de autonomía política para Andalucía-. En representación del resto de centros, presenta una moción ante el Ayuntamiento y la Diputación a favor de la autonomía regional con una declaración clara de intenciones: “la hora de la liquidación de la vieja España ha sonado ya”. En un contexto en que otras autonomías luchaban por más competencias, el texto supuso una apuesta decidida por un país federal y progresista. Frente a la imposición del centralismo, el hermanamiento de las regiones se presenta como la única solución para una convivencia con garantías: “Solo en la mutua libertad es base del respeto mutuo. Y solo ese respeto puede ser base de un recíproco amor”. De fondo, el reproche de una comunidad maltratada y caricaturizada por el Estado.

Demófilo,yo no veo que en andalucia exista conciencia de nación, pais o ni tan siquiera región.
No quiero que nadie se ofenda pero yo pienso que Andalucia va a ser siempre lo que digan en Madrid.
Yo veo a los andaluces que ahi viven sin ganas de pensar en
Andalucia mas allá de llenar la barriga.Para que cambie algo
en Andalucia tendrian que pasar muchas cosas.
Todas estas historias incluido Blas Infante,no creo yo que tengan
base alguna como para influenciar tan siquiera a nadie.Veo muy
dificil por no decir imposible que en Andalucia se de una revolución,y menos ahora que los partidos mayoritarios an echo de Andalucia su granero de votos.

Las cosas cambiarian,si Andalucia tuviera unos dirigentes honestos
que miraran por su región.Pero eso no se yo si va a ser así algun dia.

No te puedes imaginar lo que me gustaria aplaudirte,porque se que sufres tanto como yo...por lo menos.

Te voy a pasar mi ultimo pensamiento.Y te puedo asegurar que
estoy convencido de que algo va a cambiar en mi para mejor.

Demófilo,creo que Andalucia esta como tiene que estar.No solamente Andalucia.El mundo entero está como tiene que estar.

Para que todo mejore lo que tiene que ocurrir es que yo cambie.
SOLO ENTONCES CAMBIARÄ ANDALUCIA Y EL MUNDO ENTERO.

Un besito para ti.La reme me dejó marca.Ya sabes, a mi las mujeres
me gustan un poquito...GUArrillas.