Ontiñena - Huesca

Casino de Zaragoza



Con la llegada de la democracia a nuestro país, se produce la legalización del juego y, en consecuencia, se permite la apertura de locales como salas de bingo o casinos, si bien estos últimos debían ubicarse fuera del casco urbano. Por esta razón, el Casino de Zaragoza se instala en el término de Alfajarín bajo la denominación «Casino Montesblancos»; la sociedad se constituyó el 8 de mayo de 1978 con un capital social de 250 millones, y como principal accionista figuraba el empresario zaragozano José-María Sánchez Ventura. El importante desembolso que supuso la construcción de las instalaciones (incluían hotel y campo de tiro, además del casino) ocasionaron a la sociedad frecuentes dificultades de tesorería; no obstante la explotación del casino resultó rentable en los primeros años. Sin embargo, a principios de los noventa, se produce un fuerte descenso en la facturación (de 5.000 a 3.000 millones anuales) como consecuencia de la situación económica general, lo cual supone el inicio de una grave crisis financiera agravada por una deficiente gestión. Por esta época la propiedad del Casino había pasado a manos de empresarios madrileños: los hermanos José Miguel y Fernando Isidro Rincón figuraban como principales accionistas, y Fernando Arrieta, como presidente del Consejo de Adminsitración.

En agosto de 1996 el empresario Alfonso Fuentes Barau se hace con el 90% del capital del Casino de Zaragoza S.A. (el 10% restante pertenece al madrileño Pedro Trapote). Seis meses más tarde, con un activo de 2.085 millones y un pasivo de 1.636, se solicitó la suspensión pagos. Los principales acreedores eran la DGA (por impago de tasas de juego), Hacienda y la Seguridad Social, la DGA se ve obligada a intervenir y a quedarse con el suelo y las instalaciones, mientras que la suspensión de pagos se pone en manos de la justicia ya que existían sospechas de quiebra fraudulenta. En plena investigación (el 21 de noviembre de 1997) se produjo el asesinato del interventor judicial Javier López Aldea que estaba investigando, entre otros casos, el del Casino de Zaragoza; asesinato que, hasta la fecha, sigue sin resolver. Entretanto, a la DGA le habían llegado distintas ofertas de compra de acciones. Finalmente, tras largas y tensas negociaciones (que se vieron dificultadas más, si cabe, por el asesinato del interventor), la Junta de Acreedores acordó la venta del Casino a la multinacional norteamericana Trans World Gaming, operación que se formalizó en abril de 1998. En virtud del acuerdo, Fuentes recibía unos 180 millones de pesetas, incluida la condonación de su deuda con el casino, de 40 millones, Trans World obtenía de la D.G.A. una guita del 35,75 % de la cantidad total a pagar, igual a los recargos e intereses incluidos en la deuda, por un importe de 398 millones. Para abonar el resto de la deuda por la tasa de juego (973 millones) la multinacional dispone de un plazo de ocho años, con dos de carencia. La empresa se compromete a mantener los puestos de trabajo y la actividad del Casino, y obtiene el compromiso de la Administración Autonómica de eliminar las trabas legales que impiden la instalación del casino en el centro de Zaragoza. Trans World tiene previsto el traslado del casino al Hotel Palafox de Zaragoza, una vez que las Cortes de Aragón aprueben la Ley aragonesa del juego (actualmente en trámite parlamentario) que derogará la prohibición de instalar casinos en las poblaciones. La decisión del trasladar el casino al casco urbano ha ocasionado un fuerte revuelo entre los empresarios del sector (propietarios de bingos y máquinas tragaperras) que ven en el casino una competencia para su negocio. Por razones bien distintas, la Asociación de Jugadores en Rehabilitación (AZAREJ) solicitó, en febrero de 2000, el apoyo de los políticos para impedir el traslado del casino al centro de Zaragoza, hecho que supondría (en opinión de AZAREJ) un aumento de la

El Ayuntamiento de Alfajarín ha propuesto hacer 1.500 chalets en el complejo del antiguo casino Montesblancos, propiedad de la DGA desde que ejecutó a su favor una deuda de más de nueve millones de euros en 1998. Posiblemente, llenar la montaña de chalets no es ni de lejos la mejor solución para unos terrenos que, aunque abandonados, requieren un gasto de seguridad. Pero algo tendrá que hacer el Gobierno de Aragón para rentabilizar los nueve millones que invirtió hace ocho años. Desde que la DGA dijo que estaba tramitando lo más conveniente para ese espacio residencial han pasado nada menos que cuatro años.

El Periódico de Aragón


Ocho años después de su cierre, las instalaciones del casino Montesblancos en Alfajarín se encuentran en estado de ruina. Si los edificios se mantienen todavía en pie, el interior se cae a trozos sin posibilidad de retorno. Lejos quedan los fastos y oropeles de un centro que aún era de lujo cuando se lo quedó el Gobierno aragonés en compensación por una deuda tributaria de más de mil millones de las pesetas de las de entonces.
El casino se encuentra en el más absoluto abandono, aunque sigue teniendo vigilancia de seguridad las 24 horas del día. Algo que no sirve de freno para los ladrones, pero sí para los periodistas.
Cuando este periódico intentó comprobar el estado de las instalaciones, el vigilante de servicio salió al paso: "No se puede tomar ni una fotografía ni media. Es la orden que tengo y no me preguntan por qué".
Es fácil conocer el motivo de la prohibición. Las fotos del interior del hotel, de la propia sala de juego y de la cafetería, de lujo en sus tiempos de esplendor, supondrían motivo de escándalo para el contribuyente aragonés, que aún no sabe cómo se han ido a la ruina más de seis millones de euros del erario público, que es el dinero de todos. Al final, se tomaron algunas imágenes del exterior, pero siempre desde lejos porque había un perro vigilante.
Las tuberías están reventadas en su totalidad. No hay agua. La antigua piscina presenta numerosas grietas. Las cinco plataformas de tiro están cubiertas por la maleza. Los ladrones de cobre se han llevado todo el cableado e incluso las tapas de los registros. Por supuesto, no hay luz.
Las bandas de merodeadores han cortado los cables en la parte superior, muy cerca ya de las instalaciones, y han tirado de ellos desde el lugar en el que la carretera empieza a ascender.
Los vigilantes de seguridad tuvieron mucho trabajo al principio, y todavía guardan cable recuperado a algún grupo de ladrones, pero ahora ya no queda allí nada de valor que tiente a los delincuentes.
Los fines de semana todavía llegan al lugar curiosos que quieren ver cómo está el antiguo casino, y que encuentran la carretera cerrada a 300 metros de las instalaciones con un "Prohibido el paso a toda persona". Por las noches se acercan a la valla algunos coches y, a la mañana siguiente, los vigilantes encuentran el pavimento con preservativos usados.
Fuentes vecinales de Alfajarín explican que el primer año "todavía subían equipos de mantenimiento y las dependencias se conservaron con una buena apariencia, pero un día esos equipos dejaron de ir sin aviso ni explicación y los edificios empezaron a caerse".
Fue un año después del cierre, cuando todavía se hacían planes en la DGA para dar uso al recinto, al tiempo que se buscaban compradores. Pero los vecinos consultados estiman que todo era un intento de justificar por qué se había quedado el Gobierno aragonés con estos locales "a cambio de una deuda tan enorme".
Hoy parece olvidado el fiasco. Hay otros despropósitos similares y más cercanos, como la desidia que ha acabado con el antiguo teatro Fleta, del que solo queda parte de los muros. De un lugar tan alejado como Montesblancos, nadie ha pensado en pedir responsabilidades políticas, que las hay, o de buscar la vía penal para que alguien explique esta pérdida del patrimonio de la comunidad.
Oportunidades de vender el casino las hubo. Los últimos que se interesaron por sus instalaciones fueron dos empresarios de Cataluña. Cuando llegaron al lugar y comprobaron que solo limpiarlas costaría 1.200.000 euros no se lo pensaron. Salieron ligeros del recinto, porque los propios edificios se mantienen en pie por una de esas cosas raras de la naturaleza. Están levantados sobre tierras blandas que cada año se desplazan y no tardarán mucho en irse abajo con ellas. Este problema inhabilita el lugar para construir una urbanización como se llegó a proyectar en tiempos brillantes del boom inmobiliario. Se desechó la idea y nadie piensa ahora en arriesgarse a construir nada con los tiempos que vienen.
El problema es que Montesblancos, una tierra sin futuro, todavía cuesta dinero todos los días al patrimonio de la comunidad y los ciudadanos aún no saben quiénes son los responsables directos de tamaño desaguisado.

Mariano

mariano dejalo por favor.eres un cansino deja de escribir en el foro de ontiñena q tu no eres de ontiñena.si estas en contra escribe en el blog no a gran escala y ya esta alli te relacionaras con chusma de tu misma especie.

MARIANO, PERRO POR QUE NO TE VAS A TU TIERRA, SI ES QUE TE QUIEREN POR ALLI.....

MARIANO QUEDATE POR FAVOR ! Y GRACIAS POR SER VALIENTE Y TENAZ EN ESE MUNDO DE BRUTOS ... SE CREEN QUE SOLO PUEDEN ESCRIBIR EN EL FORO LOS QUE SON DE ONTI ....MADRE MIA ...

¿Si no pongo nada os cebareis con otro?
Un domingo os invito a almorzar en el Aragonia.
Venga animaros

Mariano

Es de Ontiñena cualquiera que resida y pague sus impuestos en Ontiñena
parece de mentes cortas echar a los que no han nacido en Ontiñena pues precisamente en Ontiñena somos tierra de emigrantes y son pocos los que pueden decir que ninguno de sus antepasados, descendientes o ellos mismos no hayan residido fuera de Aragón. Decía Mario Gabiria, gran sociologo aragonés que solo en Cataluña residimos tantos aragoneses como en Zaragoza. ¡Ánimo Mariano opina tanto como quieras no estamos sobrados de mentes lucidas como para acallar a nadie!Un saludo, Pilar