Ontiñena - Huesca

No es eso

El Independiente por J. L. Trasobares.

Que no hombre, que no; que algunos de ustedes no me entienden o no me quieren entender. Porque quien suscribe no se ha pronunciado nunca en contra de las olimpiadas blancas o de la hipotética construcción en la estepa de un megacomplejo de ocio y juego sobrevolado por los cernícalos. Hoy por hoy, yo no discuto si son cosas buenas o malas para Aragón. No lamento sus posibles impactos medioambientales ni esgrimo otros argumentos de índole social o moral. Lo único que digo es que ambas propuestas son imposibles y nunca se harán realidad. Se trata de ocurrencias carentes de fundamento, quimeras, absurdos... engañababobos ideados para deslumbrar a los crédulos. Lo de los juegos olímpicos nos ha costado un pastón (como ya dije), lo de Gran Scala nos está sumiendo en el ridículo y encima, si dejan al vicepresidente Biel y al consejero Aliaga administrar la situación, también nos hará un buen agujero en las arcas públicas.

Lo que no puede ser no puede ser. Bastante tendremos con salir medio airosos de las apuestas hechas por el Gobierno de Aragón tanto en la Ciudad del Motor de Alcañiz como en el aeropuerto de Caudé. También hay que solventar la ñapa del gran teatro Fleta (o lo que vaya a ser) y aclarar si el Espacio Goya cuaja o se queda en otro acto fallido. Por no hablar de las actividades aéreas de PlaZa, la fábrica de avionetas de Villanueva y no pocas operaciones (frustradas) de industrialización en las Cuencas Mineras y en otros lugares del Aragón irredento.

Así que a mí no me metan en barullos ajenos. Si en algún momento cobra una mínima verosimilitud el tema de la olimpiada o el cachondeo de la neociudad, tal vez me sume a quienes alegan causas razonables para oponerse a tales cosas. Ahora lo que planteo es otra cosa: que los jefes políticos, los líderes sociales y los poderes fácticos (ya que están más integrados entre sí que nunca) se pongan las pilas y actúen con más realismo y mayor economía, que dejen de venirnos con memeces y de gastar el dinero público en trampantojos. Sólo eso