Barbaruéns - Huesca

En 1980 le dije a Manuel Doz de Renanué donde podíamos ir a bañarnos con mi novia de entonces, yo tenía 23 años, me indicó el camino de Barbaruens una bajada después de la Ermita de San Pedro, bajamos por donde nos había dicho y quedamos sorprendidos de lo cómodo que era caminar por aquel río. Fuimos remontando durante casi una hora y al final lleguamos después de una hoz a una poza donde entraba el agua por un salto de un par de metros, nos quedamos todo el día allí sin que pasara un alma y siempre que pudimos fuímos a bañarnos, a mí ese lugar me embrujó. Las circunstancias quisieron que mi novia y yo tomáramos caminos diferentes en la vida, y una vez volví solo..., no fué lo mismo, faltaba la mitad de nosotros pero el lugar seguía siendo maravilloso. Pasaron veinticinco años y regresé con mis dos hijas, todo había cambiado en mi vida pero no en el lugar, pasamos el día en la poza pero la sorpresa fué que Barbaruens se está axfisiando. Durante el día transitaron por delante nuestro casi un centenar de personas. la aigüeta de Barbaruens se muere. El paraiso se ha perdido.