Albalate de Cinca - Huesca

Difuntos, que no santos
-Artículo de Sol Otto Oliván-
Sol Otto \ .

El uno de Noviembre sigue siendo en este país nuestro el día de todos los Santos, una fecha extraña en la que se recuerda a los difuntos, a todos, y se les denomina santos, como si el hecho de la muerte, por igualarnos, nos hiciera buenos a todos. Resulta curioso oír las alabanzas que se hacen siempre en los entierros del finado, un dechado de virtudes, siempre, padre ejemplar, marido modélico, amante de su familia y hogar, amigo de sus amigos, querido, en suma, por todos: una gran pérdida, siempre. Y aunque, es cierto, que los muertos tienen honor y no pueden defenderse si hablamos mal de ellos, en ocasiones, todas esas alabanzas son bien falsas y uno, si no tuviera educación y supiera que, en definitiva, se habla por hablar, diría que el muerto en cuestión era todo menos un caballero ( o una dama, se entiende).
Este día de difuntos aquí en este país nuestro no va a ser diferente, aunque huele a cadáver político por muchos frentes. La corrupción, el choriceo, el trapicheo son tantos y de tal calibre que cada día vemos pasar algún nuevo futuro cadáver a la cárcel o a los juzgados, según. Van y vienen. En Cataluña, en Madrid, en Valencia, en Andalucía, en Murcia… Algunos, más muertos que El Cid, siguen “erre” que “erre”, dando su batalla postrera, hablándonos de honor y otras zarandajas y nosotros, sufridos ciudadanos, hartos ya de sus patrañas no podemos hacer nada, como mucho, dejar de oírlos apagando el televisor, dejar de leer sus fantasmadas en la prensa. Nada más y ya es mucho. Porque resulta curioso, también, cómo a estos cadáveres putrefactos, que son ya legión, se les sigue aclamando desde sus filas, al menos en parte, y siguen teniendo fieles que acuden a los juzgados a arroparlos; que les aplauden cuando llegan a su escaño en las Cortes; que les abrazan y proclaman que les seguirán votando, que son de los suyos y, como si de difuntos reales se tratara, todos han sido una maravilla filipina para su partido y para su cargo y para su pueblo, todos se sienten orgullosos de conocerlos, de haber trabajado con ellos, de tenerlos entre sus amigos: gentes de bien, santos, vamos. Y el goteo sigue y sigue: más cadáveres, más adhesiones inquebrantables.
No sé si usted, querido lector, será de los que miran para otro lado porque, al fin y al cabo, no va con usted, que ni es político ni lo pretende. No sé si será usted, querido lector, de los que opinan que todos son iguales, que todo el mundo roba, si puede, que éste es un país de chorizos y, por consiguiente, da igual que unos u otros estén al frente de la cosa pública. No sé si será usted, querido lector, de los que volvería a votar a los suyos con tal de que los otros, tan chorizos o más, se queden en la cuneta. No sé si será usted, querido lector de los que atienden a uno de nuestros sabios refranes patrios: “ a río revuelto ganancia de pescadores” y, acaso, piense que hay que sacar tajada, como se pueda, a este sinsentido que, al cabo, es lo único positivo. Espero y deseo, querido lector, que, por el contrario, sea, ya que sigue leyendo esto, de los que están, estamos, ya hartos de respirar el nauseabundo olor a muerto que nos invade y que amenaza con aumentar, si se siguen levantando alfombras en las distintas oficinas públicas de cualquier tipo y lugar. Espero y deseo, querido lector, que se una a mi voz, que gritemos que no se puede disculpar la corrupción, que no hay que mirar para otro lado, que pueden y deben hacerse las cosas de otra manera, que estos difuntos no son santos y urge enterrarlos ya bajo siete llaves antes de que nos asfixiemos todos y que hay que combatir, con la espada que sea, con la que tengamos a mano, pero combatir. Yo, desde luego, seguiré aquí combatiendo con la pluma, mi única arma. Aquí le espero.
Octubre 2009.

Lo primero separar lo del día de los difuntos (Todos los Santos, tema Iglesia, en cuanto a lo de lo politico. Cada cosa en su sitio.
Los corruptos fuera, difuntos politicacamente o no. Eso si, siempre que se demuestre que lo son.
En mi humilde opinión, como persona normal, pienso y veo que en todos los sitios cuecen habas por lo que oigo, veo y leo.
Mi margen de confianza me dice, que a pesar de todo lo que pasa, hay y habrá gente muy honrada en todos los sitios que no se merecen la compañia ni lealtad de sus compañeros, que han sido corruptos en lo que sea.
Ahora bien, son en estas personas en las que debemos de confiar de pleno, a las honradas se entiede, pero a la vez poner los medios para que no sea tan sencillo que pase lo que ha pasado y está pasando,la gente se desmoraliza (co razón) y piensa en quien nos está mandando, o tramitando nuestros dineros,nuestra Justicia,Educación y demás.