Villanueva de los Castillejos - Huelva

Para meter miedo a los niños de los años 50 también existia "El Tio Camuñas".
Por aquellos años, mi padre en su profesión de Veterinario de varios pueblos utilizaba para sus desplazamientos una charré con un caballo blanco precioso, docil y muy bien cuidado. El caballo era cuidado por "Tio Sarapico", o mejor Sr. Sarapico, abuelo de los actuales Sarapicos de los cuales el hijo de Sebastian el del Bar ha sacado el amor por los caballos. El Sr. Sarapico y mi padre tenían una gran amistad y el Sr. Sarapico sentía un amor extraordinario por los caballos, asi es que todas las tardes venia a mi casa a cuidar el caballo de mi padre. Limpiaba la cuadra, daba de beber, peinaba y le pasaba las rasqueta de tal forma que el caballo brillaba y ademas por ser manso se dejaba acariciar sin temor por parte de mi hermano y yo.
Cuando oscurecía mi madre nos mandaba a acostarnos. Nuestra habitación estaba debajo de un medio arco por donde subía la escalera que iba al "doblao" donde estaba la cebada para el caballo. El Sr. Sarapico subía por aquella escalera y sus pasos se oían multiplicados por cien en nuestra habitación. Entonces mi hermano Cristobal con una voz profunda, dando miedo decía: ¡¡AHÍ VIENE EL TIO CAMUÑAs, HAY VIENE EL TIO CAMUÑAS!!. Mis gritos muerto de miedo llamando a mi madre despertaban a toda la casa, mi madre ponía orden pero mi hermano seguía repitiendo lo mismo por lo "bajini" y yo gritando como un energúmeno. El Tio Camuña que no era mas que el Sr. Sarapico no era mas que el Sr mas fino y elegante, mas caballero y gentil que pisara nuestro pueblo.