El Confesionario Cuando tenia aproximadamente unos 16 años, en el colegio de Utrera donde con todo tipo de dificultades saque el bachillerato, todavía semicreia en el rollo de los curas y así que me fui a confesar con un cura ya mayor que eleji entre otros porque creía que era un poco sordo. Estaba recien llegado de Castillejos donde había salido con alguna chica a la que quizás le coji la mano y poco mas. Al confesar este, creía yo, pecado, me empezó el cura a preguntar si había sido la mano o algo mas y antes mis respuestas negativas y su insistencia le dije: Padre quiere Vd. que me invente una acción morbosa para que se le CALIENTE cuerpo y espíritu. El cura me despidió del confesionario con armas destempladas e hizo todo lo posible para que me echaran del colegio, pero yo le temía mas a mi madre que confiaba en mi y aguante hasta terminar de desventura en desventura y mi sonrisa interior. |