Villanueva de los Castillejos - Huelva

En busca del Maná

Estaba sentada sola en la playa alejada del grupo con el que tendría que viajar pasados unos minutos. Era noche cerrada y el color oscuro de su piel hacia que apenas se la distinguiera del entorno, solo sus enormes ojos eran visibles. Miraban al cielo cargado de rutilantes estrellas que ponían un poco de luz y espantaba el miedo que la estaba atenazando. En sus brazos el bebé no paraba de llorar, había intentado darle de mamar pero ya no tenía leche. La falta de sustento había dejado a ambos sin nada que llevarse a la boca.

Se encontraba allí aguardando para cruzar el estrecho hacia la tierra prometida, donde los alimentos se hallaban en las calles y solo había que cogerlos. Se lo habían dicho los hombres de piel clara que se acercaron a su aldea y habían traído comida especial a los niños. Su pequeño recuperó el color e incluso la sonrisa. Y ahora estaba a la espera de conseguir más para poder sobrevivir…

La familia había tenido que desprenderse de todo su ganado para pagar el viaje y había llegado el momento, estaba ahí aguardando para subir a un barco. Miró alrededor y pensó: demasiado pequeño para tanta gente.
La sentaron en el centro de la embarcación junto a unos 50 hombres y 20 mujeres, algunas al igual que ella, cargaban con sus hijos, arropándolos y cobijándolo dentro de sus cuerpos, protegiéndolos del frio y la humedad que calaban hasta los huesos.
Cuando llevaban un par de horas navegando, se desató una tormenta. El viento lanzaba la barcaza contra las olas y apenas podían mantenerse dentro. Una de ellas pilló a la lancha de costado y la volcó. Se vio sumergida en las frías aguas del estrecho, aún con su hijo en brazos, pudo sacar la cabeza y vio que les esperaba. Miró a su pequeño por última vez, le beso y se dijo: “”Nadie dirá nunca que no lo intenté””. Una ola les pasó por encima y les llevó juntos al fondo.

En su aldea siempre creyeron que se encontraban en la tierra prometida donde vivían felices. Quizás no estaban del todo equivocados.

Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) dijo:
“”Si la mañana no nos desvela para nuevas alegrías y, si por la noche no nos queda ninguna esperanza, ¿es que vale la pena vestirse y desnudarse?””

Yo me pregunto, ¿cuántos millones de seres humanos les cuesta vestirse y desnudarse a diario?
Mariló (Noviembre de 2011)

Un saludo desde Castillejos donde ha caído agua, lo que no está escrito. Noe hoy, necesitaría un submarino.

Gracias Mariló, leer lo que escribes es reconfortante para los que creemos en la solidaridad y pensamos que la caridad cristiana no soluciona las injusticias de este mundo.

Gracias Gavilán51, muy amable.

Verás llevo prácticamente toda la campaña electoral recibiendo correos, para que reflexione, donde se me explica como son de malos los “”ilegales”” Aprovechándose de la gratuidad de nuestros médicos y colegios y convenciendo a los empresarios para quitarnos nuestros trabajos. Ellos han hecho que nuestros sueños hayan volado: Un nuevo tv de plasma, de 60”, un chalecito en la playa para el verano, vacaciones para esquiar en invierno, un coche en la puerta, a ser posible de gama alta, para desplazar a los niños al colegio (¡!!pobres, no van a ir andando!!!).

He meditado, es mi reflexión, no la que otros hacen por mi y por supuesto no intento convencer a nadie.

Pensando en el sueño de una madre que se encuentra en la situación de la de mi “”cuento”” , ¿cual sería Un poco de comida para su hijo, una medicina para cuando está enfermo. Un colegio para que pueda aprender a valerse….

He comparado ambos sueños y que quereis… en su lugar yo también sería ilegal.
- ¿Qué derecho tenemos a decicir quien vive y quien muere de hambre?
- ¿Qué derecho tenemos a dejar en la ignorancia a millones de niños?
- ¿Qué derecho tenemos a quejarnos de las personas que solo quieren un poco de bienestar para los suyos?...

Cada día condenamos a miles de seres humanos a la muerte (por inanición, por enfermedad, por dejadez…) el único crimen que han cometido es no haber nacido en el primer mundo . Personas que viven sin una pizca de esperanza, nacen solo esperando la muerte.

¿QUIERE ALGUIEN QUE CONDENE A QUIENES ARRIESGAN SU VIDA POR INTENTAR VOLAR EN POS DE UN SUEÑO?. NO PIENSO HACERLO.

¿Nadie arrojo al mar una sola rosa y formuló una oración el día de Todos los Santos por los seres humanos que han encontrado su tumba en el estrecho de Gibraltar, intentando alcanzar un sueño?.