Villanueva de los Castillejos - Huelva

Hoy en mi paseo matinal he descubierto el secreto de esas nubes glotonas. Se alimentan en nuestras aguas y vuelven cargadas a emborronar nuestro cielo…
Veréis , las he visto como se deslizaban silenciosas y sigilosas, por las laderas de la sierra, hasta cubrir con un manto las aguas del pantano y todo lo que le rodea…Mirando ese espectáculo, tuve la sensación de estar metida dentro de una novela de Sir Arthur Conan Doyle, esperando ver aparecer entre la niebla a Sherlock Holmes y su inseparable amigo Watson , estar viviendo en el Londres victoriano, asomada al puente y ver la luz del farol de una barca deslizándose en las aguas del pantano, como si del Támesis se tratara, o un barco fantasma, con las velas hechas girones y silencio alrededor...

Una estampa preciosa que sé que habréis disfrutado durante mucho tiempo pero que para mí es nueva y no me canso de admirar la belleza que tiene un día de niebla cuando el paisaje acompaña, como en este caso.…


La imaginación da para mucho si sabes sacarle partido. Creo que es de lo que podemos presumir nuestra generación, cuando de pequeños nos inventábamos los juegos porque no había dinero para juguetes.


Un saludo desde Castillejos, donde las nubes serpentean por nuestros campos y calles envolviéndonos.¿ Esperaran que echemos miguitas para encontrar el camino a casa? O ¿Nos darán una tregua y nos dejarán ver lo hermoso que es el azul del cielo, cuando Don Lorenzo sale a pasear?

Basta salir a la puerta de tu casa y ver el "Pié Castillo", ahora que lo han puesto guapo, mirando con cariño a los dos pueblos y recordando aquellos años 60 cuando todos los dias recibia niños con sus meriendas y su libertad sin padres. Yo creo que todo está vivo, que todo siente, que vibra, que guarda recuerdos, que tienen pasados, presentes y futuros. Por eso creo que el Pie Castillo se siente un poco padre de todos los niños que pasamos dias inolvidables en sus alturas, acaricando su cara. Yo, desde luego, a pesar de mis 65 años lo sigo mirando como un chiquillo sabiendo que en el pasé mis mejores momentos de infancia y juventud. Aunque amenacen agua alli las nubes son siempre de dulce de algodon y siempre nos traeran regalo.
Hace dos años lo subí hasta la goropa y el viento cantaba en mis oidos toda la algarabia de iños de El Almendro y Castillejos que alli se "peleaban" y que hoy recordamos entre sonrisas.

¡¡ Que hermosas Mariló tus cronicas del tiempo!!. Me encantan.

Abrazos.