Villanueva de los Castillejos - Huelva

Me ha alegrado ver la foto de mi maestro.
Desde los nueve años hasta final de carrera estuve dando clases con él.
Duros años aquellos, ya que era otra forma de enseñar, ni mejor ni peor, diferente. Ya sé que fueron muchos los palmetazos que hubimos de soportar durante sus clases; que fueron muchos los días en que casi no salíamos de la escuela, horas y horas allí metidos (en los colegios, o en el Callejón de los Olivos...) estudiando... muchos los San Matías oyendo el tamboril desde la escula... muchas las ferias escuchando la banda de música desde la escuela...pero, por lo que a mí respecta,que era un estudiante no muy bueno, si no hubiese sido así... a lo mejor estaría hora haciendo dulces... que tampoco estaría mal.
Fueros años duros, días duros... pero que luego eran recompensados por las notas y los aprobados al final del curso... y tengo que decir que los alunmos de D. Patricio siempre destacaban entre todos los de la provincia, siendo, en más de una ocasión, felicitado públicamente por el Director del Instituto de aquella época.
La educación "dura" tiene sus detractores. Aquella era una educación "dura"... pero, como dije ya, era otra época, y los mismos padres la apoyaban.
Saludos.

Creo, amigo Miguel, que sin la voluntad decidida de nuestros padres ni los mas listo hubieramos hecho nada. A mi Don Patricio me pegó poco, pero mis largos años encerrado en el colegio de curas de Utrera tampoco fue moco de pavo, desde los 8 años hasta los 17 con solo un mes de vacaciones en Castillejos. Estudios, misas, rezos, confesiones obligadas, camas duras, duchas frias ... etc. Fueron nuestros tiempos y como fueron sufridos los amamos con lujuria, niñez y juventud inolvidables. Hoy los fracasos estudiantiles tienen lugar porque los padres no predican con el ejemplo lo que quieren para sus hijos. A mi quien verdaderamente me "enderezó" a guantazos cuando no estudiaba era mi madre que tenia una mano como la palmeta de Don Patricio. Y a cada guantazo que me daba yo le repondia con un beso. ¡Que tiempos aquellos!