Villanueva de los Castillejos - Huelva

Ayer hablando con mi padre, recordo dos cosas de ti, que quizás te hayan contado alguna vez o muchas, de cuando eras muy muy pequeñín en la calle mesones.

Mi padre dijo que no había visto cogerse a nadie un par berrinche más gordo que a tí. Uno por que un día de ferias quería que te pusieran las cunitas (el tiovivo, para los de fuera) en tu patio, que no la querias en la calle.
Y el otro berrinche de campeonato, fue por que una noche de luna llena, esas veces que parece que se va a caer de lo cercana que se ve, tu te empeñaste en que te la bajaran, que no la querías colgada del cielo.

Si ya de peque eras soñador, pensando en alcanzar la luna, ¿Será por eso que ahora eres poeta?

Perdona que la publique sin tu consentimiento, pero me pareció una historia muy tierna , creo que me dijo que tenias 3 o 4 añitos.

Un saludo

Estas historietas son las que nos hacen falta para alegrar el dia, gracias Miguel .

Si, querida Mariló, se ve que tu padre me recuerda muy bien, lo cual es una alegria.

Cuando pasaba la caballeria de Pascuas, yo le decia ami madre:
- Me quiero vestir de Caballo.

Cuando venia la orquesta por feria, yo le decia a mi madre:
- Quiero tener un musico con pito-

En verano le dicia ami padre:
-Papá, bajame la luna.

Lloraba incansablemente y mi madre me preguntaba:
- Juan Manuel, ¿porque lloras?
- ¡Ya no me acuerdo, mamá.

Mis historias infantiles son interminables. Mis escapadas de casa con 10 años inumerables, las "palizas" de mi madre (con besos intermedios) inumerables ....
Y un piropo final: Cuando murio mi madre (yo tenia 30 años) me dijo:

Si tu no hubieras sido asi, yo no habria sabido como era la vida. Fui recompensado hasta el INFINITO. Fue y es MI AMOR.

El año 1954 nevó, nevó fuertemente, llego hasta la rodillas. Yo tenia 8 años. Mi madre me hizo estrenar unos pantalones bombachos de pana. Eran mis primeros pantalones por debajo de las rodillas. Nos fuimos a El Almendro a meternos en la nieve hasta la cintura. ¿Por donde pasamos que el pantalon recienestrenado se partió por las dos rodillas (¿cortados, rajados, ....?).
Las manos de mi madre, cuando vio como venia, eran como velas de barcos y
mi cara el aire, de izquierda a derecha y viceversa. Pero el rato que pasé valian los guantazos de mi madre, como tantos otros y otras tantas aventuras.
Mi madre decia a mi padre:
- Ay, Juan, no puedo con este niño.
y mi padre respondia;
- Pues tu lo has parido.

Yo los veia por entre las rejillas de las ventana y los dos reian y sonreian. Asi pues yo continuaba con aquel mundo infantil unico,