El año que nevó en .... La Cabeza El Buey. A la Cabeza el Buey solo me hace falta subir andando para atrás, sus 333 metros los he subido todos los años, varias veces cada año y sigo repitiendo. Un año subi por Pascuas y en lo alto me senté allí, entre encinas y jaras y me puse a soñar (no hay lugar mejor para ello). De pronto, sentí movimientos aéreos, algo flotaba y caía del cielo y me rodeaba. Era algo blanco, bello y delicado. Era el SILENCIO depositado en forma de belleza alada..... pero .... ¿que era aquello?. Eran pétalos de jaras que caían por encima de mi, a millares, de sus copas por encima de mi cabeza. ¡NEVABA! .... ¡NEVABA! ....¡NEVABA!. Me volví, baje admirado, nadando entre el cielo y el suelo mientras seguía nevando pétalos de jaras. Por el camino de vuelta repetía a gritos en la noche que nos devolvía a los pueblos. HA NEVADO EN LA CABEZA EL BUEY PÉTALOS DE JARAS, MILAGROS DE PIEDRAS ALBAS. Cuando nos detuvimos, una parada, en el Puerto el Vino, todo el mundo me preguntaba: - ¿Que ha pasado Juan Manuel? Y yo respondía: ¡NEVABA,NEVABA,NEVABA! ¡¡ Que no hará la Virgen de Piedras Albas!! |