Villalba del Alcor - Huelva

Hace algunos días recibí un correo con un archivo adjunto, una especie de vídeo hecho con fotos, con citas y trocitos de poemas de gente más o menos conocida para mí. Entonces empecé a verlo, pero a los diez segundos ya había cerrado el vídeo, ya no me interesaba. Una vez más tanta información, tantas cosas que ver y que hacer, tanta cantidad de mucho de todo, tan poco tiempo y tanta impaciencia hicieron lo que tienen que hacer:

Mantenerme atrapado delante de 0,120 m cuadrados de mundo durante quince minutos, treinta minutos, cuarenta minutos… y viendo por el rabillo del ojo como el tiempo va pasando a mi alrededor, para después de todo no tener nada que contar, ni que compartir, ni esconder, ni descubrir, ni recordar.

Por suerte para los de mi generación y para mí, no ha sido siempre así.

Hoy he abierto el archivo de nuevo, con la intención de verlo sin más, sin pensar en que podía o tenía que ver otras cosas. En el vídeo solamente aparecían fotos de puestas de sol hechas desde lugares perfectamente reconocibles para mí, puestas de sol mil veces contempladas por mí y muchas compartidas, todas en el mismo horizonte. Cada una de ellas me ha hecho recordar, me ha hecho situarme en un lugar diferente. Cada puesta de sol una pequeña historia, cada kilómetro que avances un nuevo horizonte con mil puestas de sol diferentes, cada una de ellas con mil pequeñas historias diferentes.


Una vez leí en un libro algo así: hay muchos mundos en este mundo, un mundo por cada persona.

Y por eso hay mundos en este mundo que son maravillosos tan maravillosos como las personas que lo han creados

UN MUNDO SIN FIN segunda parte de LOS PILARES DE LA TIERRA, te la recomiendo; pero tienes que haber leido Los pilares