Villablanca - Huelva

Una oleada de robos en las ermitas del Andévalo conmociona a los vecinos

Los santuarios de Piedras Albas, Puebla y Villablanca han sufrido asaltos · Los ladrones buscan piezas de oro · Actúan, indistintamente, a plena luz del día o por la noche forzando las puertas

Y. Sánchez / Huelva, sucesos | Actualizado 08.04.2010 - 05:01
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1. Arriba, junto al campanil, la puerta por la que accedieron a la ermita de Villablanca 2. La Virgen de la Peña de Puebla, con las joyas que tenía antes de que se produjera el robo. 3. La Virgen de Nuestra Señora de La Blanca, tras el robo. 4. La Virgen de Piedras Albas, que veneran en El Almendro y Castillejos, cuya ermita también fue asaltada.

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Los vecinos de la comarca del Andévalo están conmocionados después de los tres asaltos que se han producido en las ermitas de Villablanca, Puebla de Guzmán y El Almendro/Villanueva de los Castillejos. En todos los casos, los asaltantes (porque se presume que son más de más una persona) han forzado su entrada a través de las puertas del templo y se han llevado joyas y objetos de oro. Aunque, afortunadamente, no han estado muy acertados en la elección pues las alhajas que dejaron, bien por descuido o por desconocimiento, tenían más valor. Estos se suman al de la ermita de la Divina Pastora de Chucena.

Los robos son difíciles de valorar porque se han llevado joyas antiguas, algunas de escaso valor económico (plata con baño de oro), pero de un gran valor sentimental para hermanos, devotos y vecinos de los municipios. Así en La Puebla cuantifican el robo en unos 7.000 euros; en Villablanca, en unos 3.000 euros, y algo menos en Piedras Albas, a lo que habría que sumar los destrozos.

Los dos últimos robos tuvieron lugar el Viernes Santo: primero, a la Virgen de la Peña de Puebla y, después, a la de Piedras Albas.

En Puebla actuaron a plena luz del día, entre las 13:00 y las 15:30, en un día en que los devotos suelen acudir a visitar a la Virgen. Los asaltantes forzaron una puerta lateral para entrar en la ermita y nadie se percató del delito. Se llevaron distintas joyas de la Virgen como pendientes, gargantilla, medallas, anillos, todo de oro y relativamente nuevo, excepto una cadena larga de oro con un crucifijo que tiene unos 250 años. El hermano mayor José Tomás Paulino explicó que es una joya particular porque tiene los eslabones más grandes de lo normal. De esta cadena colgaba un crucifijo bastante valioso que se quedó entre la Virgen y la media luna de plata. "Debió caer al tirar los ladrones de la cadena", dijo el hermano mayor.

Paulino señaló que los atributos religiosos que no se llevaron tienen bastante más valor económico que los que se llevaron pero, probablemente, son más difíciles de vender. Los ladrones tiraron algunos objetos al suelo para poder llegar hasta la Virgen, aunque "no causaron destrozos a la imagen", añadió. También es cierto que cuando la Virgen está en el camarín siempre lleva alhajas, pero nunca las de mayor valor, que se reservan para su festividad. La romería tendrá lugar dentro de dos fines de semana.

Paulino sabía que la romería de Piedras Albas, que celebran El Almendro y Villanueva de los Castillejos, se estaba preparando pues empieza el Domingo de Resurrección y que la Virgen estaría ya vestida y adornada con sus mejores joyas, por lo que se puso en contacto con la Hermandad para avisar del robo. Esta decidió a retirar las joyas a la Virgen y dejarla con un broche y bisutería diversa. Decisión que sirvió para que los ladrones, que entraron esa misma noche de Viernes Santo en la ermita, se encontraran con poco que robar. Tan sólo pudieron llevarse el broche, la bisutería y abrieron los cepillos que estaban vacíos, según fuentes de la hermandad.

El robo en el prado de Osma no quedó ahí. Los asaltantes desvalijaron varias casetas que estaban preparadas ya para disfrutar de la romería que empezó el domingo.

Villablanca fue el municipio en el que empezaron los robos en esta comarca. Fue el pasado día 4 de marzo cuando los vecinos comprobaron por la mañana que la ermita había sido asaltada. El robo lo descubrió una vecina, a quien le extrañó que las puertas estuvieran abiertas de par en par y no hubiera nadie. Blanca Díaz, secretaria de la hermandad, explicó que los ladrones entraron por una pequeña puerta de la azotea.

Los ladrones arrancaron literalmente las coronas a la Virgen y el Niño y rompieron la vitrina de los recuerdos religiosos. Todo ello, de escaso valor en comparación con las joyas que dejaron pues las coronas son de plata con un baño de oro mientras que dejaron valiosas joyas. "El pueblo está conmocionado por el robo, aunque tenemos que estar contentos porque la talla de la Virgen del siglo XVI y de gran valor artístico no sufrió ningún daño", afirmó Blanca Díaz. Agentes del departamento científico de la Guardia Civil han tomado las huellas en todas las escenas de los robos.

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