Sotiel Coronada - Huelva

Afortunada en la desgracia, conocí otro mar,
otro cielo sobre las alcaparras azules
y el abismo de piedra.

Hoy, envidio aquellos años.
Qué cerca de tu casa, de tus almendros,
de tus perros,
qué cerca de tus ojos encendidos,
de tu boca triste,
de tu sombra cuando la luna abrillanta
los algarrobos,
qué cerca para retener tu aliento
entre los pinos.
Qué cerca.

La virtud resplandece en las desgracias.


Aristoteles.

Ayer cuando brillaba el sol en la primavera de mi juventud,volé,como vuela pajarillos de sus nidos, atravesé mil mares, recorri mil desiertos, busque la isla,el oasis deseado.
El Sol me cegó no podia verte,estaba ciego y sin embargo tú estabas a mi lado,tan cerca de mi, de mi casa, de mis almendros y de mis perros.
Aunque tu brillabas mas que arco iris en dias de lluvias,y almendros en flor,pero mi ansias de descubrir,de ver mundo y cosas nuevas,te eclipsaron,era la juventud, la maldita juventud,que no me dejaba ver el brillo de los algarrobos, y tu, en la sombra,en la sombra de mi luna, con deseo de estar entre mis pinos y mis romeros,y yo ciego, y tu, en silencio, mordiendote tus labios,mordiendote tu boca,dichosa y maldita juventud, buena y mala juventud,pero siempre deseada juventud.
Hoy,solo y triste por lo que deje atras,y sentado en el humbral de mi casa y de la vida,y cuando ha dejado de brillar el Sol,y llega la luna,y con aliento cansado, frio y lento caminar por la edad y los recuerdos del ayer, te espero, si, te espero y añoro las lagrimas derramadas por ti, que nunca vi,que desdichado, ciego y desagradecido fui.