Una auditoria descubre OTRO "FONDO DE REPTILES" EN UNA EMPRESA DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA La Cámara de Cuentas detecta que Invercaria prestó 8,2 millones a privados sin «ningún criterio preestablecido». Treinta de las 39 empresas donde invirtió la gestora pública de capital de riesgo presentaron pérdidas en 2009 Otra sociedad de la Junta de Andalucía, Invercaria, dispone de un fondo para repartir dinero público entre empresas de manera opaca y discrecional, según ha puesto de manifiesto un informe de la Cámara de Cuentas hecho público ayer. Este ente especializado en la gestión de capital de riesgo, dependiente en la actualidad de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, prestó fondos públicos a empresarios mediante un sistema parecido al de la cuestionada partida 31-L. El programa para pagar prejubilaciones donde se originó el fraude en expedientes de regulación de empleo (ERE) y que se ha saldado, de momento, con la imputación de un alto cargo en activo del Gobierno de José Antonio Griñán. El capítulo más espinoso del fondo son los préstamos concedidos a empresas, que hasta 2009, el ejercicio que es objeto de la fiscalización, ascendieron a 8,21 millones de euros. La falta de control interno por parte de la compañía pública afecta no sólo a los préstamos pagados a privados con fondos propios sino a las inversiones que realiza teóricamente para abrir una próspera vía de negocio en iniciativas que, en la mayoría de los casos, resultaron ser ruinosas. Las inversiones de este tipo en un total de cuarenta empresas rondaron los 12 millones de euros. El piloto rojo alertando de la existencia de otro posible «fondo de reptiles» en Invercaria —como ya se ha apresurado a denominar el PP— ha saltado a través de una auditoría que la Cámara de Cuentas realiza sobre sus cuentas de 2009. El informe es categórico al censurar la concesión de los préstamos otorgados con fondos propios de Invercaria. «No existe preestablecido ni publicado ningún criterio para determinar los requisitos que deben reunir los beneficiarios, las condiciones de los préstamos, los importes máximos o mínimos a conceder o los factores determinantes de cuando el préstamo a conceder será participativo u ordinario y, en este último caso, a qué tipo de interés se otorgará», advierte en sus conclusiones. Hasta 2009, Invercaria contaba con un capital social de 42 millones de euros tras una ampliación de 11 millones llevada a cabo ese año. En marzo de 2010, el Gobierno de Griñán fichó a Juan María González Mejías, sobrino de Felipe González, como consejero delegado en sustitución de Tomás Pérez-Sauquillo, cargo que dejó en julio del mismo año. La auditoría destaca que la ausencia de controles a la hora de prestar dinero a empresas «puede dar lugar a la discrecionalidad a la hora de determinar las características de los préstamos a conceder o la selección de los beneficiarios». La contabilidad del fondo revela cómo éste ha servido no sólo para sacar de un apuro financiero a empresas seleccionadas «a dedo» concediéndoles incluso préstamos a tipos de interés cero, sino que también se ha embarcado en aventuras empresariales que han supuesto un riesgo demasiado alto a las arcas públicas. Así, la Cámara de Cuentas advierte de que, «a 31 de diciembre de 2009, de las 39 sociedades participadas, 30 de ellas (un 76,92%) se encontraban en pérdidas en dicho ejercicio, dos no rindieron cuentas a Invercaria —a pesar del dinero depositado en ellas— y siete (un 17,95 por ciento) obtuvieron beneficios». Desde la empresa justifican que invertían basándose en análisis de mercado. El informe analiza las cinco empresas en las que ha invertido más: Inverjaén, New Technology Chiller, Identivia, Greenpower e Irongate. Tres de ellas estaban en números rojos. Las similitudes con el «fondo de reptiles» investigado por la juez Mercedes Alaya afectan a la forma y también al fondo. La juez ya pidió en octubre a la Junta que aclarase si había usado en otras consejerías la misma fórmula de pago. Invercaria forma parte de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA), el ente que pagaba las ayudas de la partida 31-L. La Junta utilizó a IDEA, que dependía del consejero de Innovación, Francisco Vallejo, para pagar a la gestora de capital de riesgo, lo que permite escapar a los rigores del control presupuestario. A Vallejo le relevó en abril de 2009 Martín Soler. Pese a existir una norma que regula las inversiones, la gestora de capital de riesgo «no se ajusta a lo establecido» en el Programa de Incentivos para el Fomento de la Innovación y el Desarrollo Empresarial en Andalucía», advierten los auditores del órgano fiscalizador. La opacidad, de nuevo, es la ley. «Invercaria —subraya— no se encuentra sometida a control financiero permanente por parte de la Intervención» porque el propio Consejo de Gobierno la excluyó de este filtro en mayo de 2007. |