El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha sido pillado por un micrófono abierto cuando explicaba al primer ministro holandés, Mark Rutte, y al finlandés, Jyrki Katainen, que aún falta lo "más duro" y que la reforma del mercado de trabajo que emprenderá a principios de febrero tendrá un alto coste político.
"La (reforma) laboral nos va a costar una huelga", dijo en el que es su primer Consejo Europeo. Desde que estalló la crisis en 2007, la única huelga general celebrada en España tuvo lugar el 29 de septiembre de 2010 contra las reformas en el mercado de trabajo del anterior Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, a la que se sumó otra del sector público por los recortes.
"Es que nos dejan una herencia muy complicada", ha expuesto a sus interlocutores tras advertirles de que el déficit de 2011 fue de más del 8% del Producto Interior Bruto (PIB) frente al 6% anunciado por el anterior Gobierno, lo que supone un desfase de unos 20.000 millones de euros.
El Gobierno tiene pensado emprender una reforma del mercado de trabajo ante la falta de acuerdo entre sindicatos y empresarios en materias claves como el despido, la contratación parcial y la moderación salarial, esta última pese al pacto para revalorizar los sueldos por debajo de la inflación hasta 2014.
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