Palos de la Frontera - Huelva

Las máquinas se apagarán definitivamente en la planta palerma de Befesa en el mes de marzo. Al menos, así lo tiene previsto la empresa, cuyo director general, Santiago Ortiz, explicó ayer que las instalaciones de Palos de la Frontera se encuentran en fase de cierre desde septiembre del año pasado.

Una fase que, en palabras de Ortiz, concluirá previsiblemente “en este primer trimestre de 2011”, tras una larga agonía paralela a los distintos cerrojazos acaecidos en la industria onubense en estos últimos años. El declive “comenzó en 2008, cuando comenzó a reducirse de forma drástica la cantidad de residuos que nos llegaban para su tratamiento”, y concluirá en unos meses, cuando la planta de valorización de Palos –la única que, en la actualidad, se mantiene activa– deje de funcionar y los nueve trabajadores que aún desempeñan su labor en la misma sean reubicados en otros destinos; entre ellos, Nerva, hasta donde se trasladará la totalidad de la actividad que Befesa desarrolla en la provincia onubense.

Tras su traslado, la empresa calcula que se mantendrá alrededor de 6 meses en Palos, hasta conseguir la autorización ambiental integrada que le permita retirar el stock de residuos y ‘levantar’ las instalaciones.

Pero la empresa se está encargando de atar todos los cabos de esta retirada, incluida la búsqueda de alternativas para el terreno que quedará libre en el lugar en el que ahora mismo se levanta su planta. Así, según confirmaron ayer a este diario fuentes de la empresa, se trata de un terreno propiedad del Puerto de Huelva del que disfrutan gracias a una concesión. Una concesión que aún no está agotada, por lo que “estamos llevando a cabo negociaciones con distintas empresas –que aún no quieren desvelar– que podrían instalarse aquí al objeto de poner en marcha otro tipo de actividad”.

De este modo, Befesa le concedería este terreno a un tercero con la intención de que éste lo pudiese aprovechar para crear empleo y riqueza en la zona aunque, “de no llegar a ningún acuerdo, los terrenos serían devueltos a la Autoridad Portuaria”.

Santiago Ortiz aseguró ayer que el cierre de la planta palerma supone “uno de los tragos más amargos de mi vida profesional”, ya que “fue un proyecto propio, yo la puse en marcha. Pero hemos tenido que optar por el cierre para salvaguardar el resto de la empresa, ya que las pérdidas eran inasumibles”.

Defensa de las garantías Santiago Ortiz también se refirió ayer a las denuncias vertidas en los últimos días por Izquierda Unida con respecto a presuntas ilegalidades cometidas por Befesa en el traslado y la inertización de residuos. En este sentido, el director de la empresa se mostró categórico, asegurando que Befesa cumple con “absolutamente todas las garantías” en el ejercicio de su actividad. “En ningún momento se ha realizado un tratamiento deficiente de los residuos en la planta de Palos; ni tampoco en la de Nerva donde, además, los traslados se llevan a cabo cumpliendo rigurosamente con la ley”. Para Ortiz, “no se debe mentir acerca de una empresa que emplea a 180 onubenses”.