Bufff... Un auténtico desmantelamiento de la educación pública. El incremento del número de alumnos por aula en un 20% (de 35 a 42 en bachillerato; de 25 a 30 en infantil y primaria y de 30 a 36 en la ESO). Después un incremento de las horas lectivas de 18 a 20 horas en la enseñanza secundaria y un mínimo de 25 en educación primaria e infantil. Añadimos el recorte de plantillas que según el Sindicat de Treballadors de l’Ensenyament del País Valencià (STEPV), el mayoritario en la educación pública valenciana, es una pérdida de plantilla de 1.200 profesores interinos que se suman a los 4.500 docentes despedidos en los últimos tres años, según fuentes sindicales. Además la Conselleria de Educación no ha cubierto las jubilaciones ni realiza ofertas de empleo público. Es ésta una realidad que se repite año tras año en el País Valenciano. En 2012, 800 barracones o aulas prefabricadas acogerán a entre 16.000 y 18.000 alumnos principalmente en los tramos
de infantil y primaria. El problema es que muchas de estas aulas no tienen carácter provisional (mientras se construye un nuevo colegio), sino que con el tiempo han devenido una realidad estructural: algunos barracones llevan funcionando cinco años y otros hasta 20. Una brutal degradación de la enseñanza pública con más alumnos en menos aulas y mayor carga de horas lectivas para los docentes. Una de las reivindicaciones históricas de la escuela privada. En la jerga neoliberal se denomina “racionalización” y “reasignación” de los recursos para alcanzar una mayor “eficiencia”. Aquí lo denominamos "catetización" para que las futuras generaciones se traguen toda esta bazofia sin oposición. Nuestras generaciones nos tenemos que conformar con una inversión de 1.700 millones de euros en armamento.
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