¡FRAUDE FISCAL! Fraude fiscal | 10/septiembre/2012 La mejor declaración de patriotismo es la declaración de la renta. La lucha contra el fraude fiscal es una obligación inexcusable para un gobierno en una sociedad avanzada. España no tiene educación fiscal. La economía sumergida en nuestro país representa un 25% del PIB, el doble que la media de la Unión Europea. Los españoles poseen en metálico un 10% de nuestra renta nacional, frente al 5% en Europa. Es un síntoma que este país en recesión cuente con más de cien millones de billetes de 500 en circulación. El deber moral, político y fiscalizador debe obligar a la Administración a redoblar esfuerzos en la inspección. Sin embargo, todos los planes puestos en marcha han mostrado su timidez e insuficiencia. Los subinspectores, mucho más pegados al terreno, cuentan la escasez de recursos existente, los instrumentos que necesitan para acometer con suficiencia su trabajo y las oportunidades que por ello se están perdiendo en la lucha contra el fraude. Más en tiempos de penuria, de insuficiencia de recursos, el afloramiento de liquidez es tan necesario como imprescindible. La ruptura del principio de suficiencia convierte a la inspección en el centro de la política fiscal. Quizás, empero, la mejor inversión sea educar a nuestros hijos en la escuela sobre el deber de cumplir con nuestras obligaciones tributarias, actitud imprescindible para alcanzar como sociedad la prosperidad. La injustificable amnistía fiscal del Gobierno de la Nación ha mostrado un Consejo de Ministros que sólo sirve para una cosa: como mal ejemplo. Antonio Migue lCarmona |