Isla Cristina - Huelva

Tras las mentiras de la COPE, un gran abrazo Míster Bowers

Se fueron de la COPE Federico Jiménez Losantos, César Vidal y Luis Herrero. Pero la cadena radiofónica de los obispos católicos –a cuyo frente permanece el reaccionario Rouco Varela- continúa impertérrita, rindiendo pleitesía a la mentira o a la manipulación, mientras huye apresuradamente de la verdad o de un honorable acercamiento a la misma. Sigue siendo, pues, una plataforma mediática no al servicio de los valores evangélicos

–lo cual parecería lógico por obvias razones-, sino al servicio de la derechona tradicional española.


Anda embarcada la radio eclesiástica en la siniestra aventura del revisionismo histórico. Gentes como Pío Moa, inefable pelotillero del franquismo y antiguo terrorista, un tal José Javier Esparza que afirma ser historiador o la reaccionaria Cristina López Schlichting se dedican a reinventarse la historia reciente, con el fin de salvar la imagen de un general asesino llamado Francisco Franco, a quien los prelados lo paseaban bajo palio y decían que era Caudillo por la gracia de Dios. Son tropelías propagandísticas, orientadas a tranquilizar a los herederos de la dictadura. Es decir, a la mayoría de militantes y simpatizantes del PP.

Tea Party

La deriva derechista avanza por doquier y conviene no minimizar este hecho. Tras el fracaso de los neocon en Estados Unidos ha aparecido de pronto en Norteamérica un movimiento de extrema derecha, denominado Tea Party, dispuesto a cargarse a los políticos republicanos menos montaraces. Lo están consiguiendo. Sarah Palin es la heroína de de estos nuevos republicanos que no soportan al presidente Obama. No les gusta nada que el presidente USA sea negro. Y tampoco aprueban, por descontado, su política que procura ser progresista, aunque esté anclada a veces por las reiteradas obstrucciones ultramontanas.

Lo que revela El Plural


Como revela hoy El Plural, estos historiadores tramposos proclaman que en buena parte la destrucción de Guernica fue culpa de los bomberos que llegaron demasiado tarde. Mientras tanto, sostienen que Franco no era partidario del brutal bombardeo de esa ciudad vasca. Incluso disculpan a la Legión Cóndor arguyendo no se sabe qué embuste.

Demócrata coherente


El que fuera embajador de EE.UU. en la España de 1933-1939, el periodista Claude G. Bowers, un demócrata coherente, amigo del presidente Roosevelt –al que la escoria republicana de la época insultaba, llamándole “comunista”- escribió en sus memorias que tras “el martirio de la pequeña población de Durango (…) que era una pacífica y religiosa ciudad”, de inmediato, “llegó la atrocidad de Guernica”.

El general Mola


Evoca Bowers que “el general Mola había lanzado la amenaza de que a menos que la población vasca se rindiera, no dejaría piedra sobre piedra en toda la región”. “Y poco después –advierte el embajador- se perpetraba el crimen de Guernica”. El que fue representante en España del Gobierno norteamericano señala: “El bárbaro bombardeo se efectuó en un día de mercado en que los campesinos de la comarca acudían allí con sus productos y sus animales”.

Los aviones de Hitler


Subraya Bowers: “El mercado se hallaba lleno de concurrentes, alrededor de las cuatro y media de la tarde, cuando súbitamente el espacio se vio ennegrecido por una gran flota de aviones de bombardeo de Hitler (…) Y deliberadamente y a sangre fría, tomándose todo el tiempo que quisieron, puesto que allí no había defensa aérea (…), la pequeña ciudad fue rociada con bombas explosivas e incendiarias hasta que quedó reducida a un montón de ruinas (…)”.

Merecidísimo homenaje


Admiro a Bowers -ya fallecido hace mucho- extraordinariamente. Y creo que se merece un merecidísimo homenaje póstumo de la España democrática. Me consta que hay numerosos ciudadanos de este país que piensan, al respecto, como yo. Pues bien, la descripción del embajador de EE.UU. desmiente con nitidez y claridad las versiones de la COPE y de sus paniaguados.

Un genocidio

El embajador narra lo que fue un genocidio. Los crímenes de Franco –Hitler era el más poderoso aliado de Franco- son, entre otros muchos, éstos. Los de Durango y Guernica. Por eso los falangistas y los del PP, con el apoyo de ciertos jueces, cerraron filas contra Baltasar Garzón. Los fascistas de la actualidad no quieren, bajo ningún concepto, que los crímenes franquistas sean conocidos y las víctimas rehabilitadas. Un fuerte abrazo, Mister Bowers y muchas gracias.