Isla Cristina - Huelva

Cargan contra el himno nacional en las procesiones

La ofensiva laicista no da tregua en Semana Santa

"Una vulneración del principio de neutralidad del Estado"

Luis del Val, 05 de abril de 2010 a las 16:26

En España tenemos de todo, incluso un Observatorio de la Laicidad, gracias a Dios, (perdón, perdón, que me la cargo, quiero decir gracias a la ciudadanía). El Observatorio de la Laicidad está muy enfadado porque los alcaldes siguen acudiendo a las procesiones. Los alcaldes también asisten a las fiestas de moros y cristianos, pero por ahora el Observatorio de la Laicidad no ha dicho nada, aunque a lo mejor en lugar de llamarles cristianos habría que decir creyentes y, en vez de moros, hijos de Alá, no sé, porque esto de la laicidad es algo que uno practica hace tiempo, pero no sabía que también tenía sus catecismos.

Los del Observatorio no se explican que los alcaldes tengan más miedo a dejar de acudir a las procesiones que la ciudadanía. Bueno, pues se lo voy a explicar: es que los alcaldes se presentan a las elecciones, y los que van a la procesión y los que asisten a contemplarla, votan. A lo mejor, habría que quitarles el voto, para dar un ejemplo de laicidad contundente, no sé, pero por ahora votan, y los alcaldes no es que anden acojonados por la laicidad: es que quieren volver a salir elegidos.

De todas formas, encuentro a los del Observatorio muy flojos, porque tienes un accidente de carretera y te llega un tipo con una cruz, y, encima roja, que no sé cómo no protestan de eso. Y que las fiestas del Pilar se llamen del Pilar, nombre de Virgen, y las de Pamplona, San Fermín, "en honor de San Fermín" dice el programa de festejos, o sea, que a ver si le echan un par, un par de comunicados, y protestan de esta falta de laicidad tan evidente. Vamos a ver si los del Observatorio Pro Nobis logran que la calle sólo la ocupen los del Día del Orgullo Gay, el Carnaval, y quitamos de una vez la Cabalgata de los Reyes Magos, tan poco laicista , y lo de "Semana Santa", que hay que ver lo que tienen que soportar estos pobres y sufridos observadores.

https://ww.periodistadigital.com/politica/partidos-politicos/2010/04/05/la-ofensiva-laicista-no-da-tregua-ahora-cargan-contra-el-himno-nacional-en-las-procesiones.shtml

Pero hombre, ¿a quién se le ocurre la disparatada idea de atentar desde el laicismo al esperpento de la Semana Santa?. La manifestación más pura de la libertad religiosa en su más genuina expresión: el politeísmo. Cientos de acólitos disfrazados, otros en cambio engalanados con el pecho hinchado cual palomo en celo. Los políticos con cara contraida cual dolorosa, imagen de cera a excepción de los ojos, que observan ávidos la reacción de los fieles, momento sublime de Narciso en el lago. ¿Quién osaría quitarles este momento de sublime adoración, esencia del poder? Los ídolos reunidos, los celestiales y los de barro. ¿Y que podemos decir de esa masa que se mueve detrás del paso? Mirada desvaída, perdida, como si hubiera aceptado su condición, salvada in extremis por el gesto automático de chascar las pipas, ¡seres vivos, en suma!

Pero quizás lo más democrático sea el proceso en el que la renovación del ritual nos lleva a la creación de nuevas formulas que serán la tradición del mañana, hoy pura excreción emocional. Dicho de otra forma modernísimo self-service de fabricación de ídolos y rituales. Nacimiento de nuevos íconos, y profetas rasurados que inscribirán con letras de oro su nombre en la lista de pastores, que a fuerza de repetición, olerán a incienso y alcanfor.

Mientras, para acompañar los ejercicios espirituales de retirada al hogar, nos rebozamos en la Historia más grande jamás contada, y Ben-Hur, y Quo Vadis?, para fijación de las ideas. En este ambiente proclive a la Fé Las Sandalias del Pescador pasa inadvertida, tamizada por el boato.

En suma, las dos Españas se encuentran, respirando el aire del otro, prohibiéndose, coincidiendo en el dogmatismo, esperpento de país que llamamos España. Mientras, que suene el Himno Nacional cuando los pasos caracolean como escapados de escuelas de doma, momento mágico en el que los ojos de los políticos no paran en sus orbitas, como cámara ávida, cuando el ojo vuelto del revés del fiel aletea, y las pipas caen de su mano, cuando los aplausos atronadores revierten contra quien los emite, en puro ejercicio de autocomplacencia.

¿Quién se atreve a prohibir estos espectáculos?, ¿quién podría crear una síntesis tan perfecta de los que somos, y lo que no somos? Si osaran prohibir el himno, sería sustituido por la copla y algunos morirían en el intento.

Ya lo dijo el Maestro (aparte de otras cosas que no se escuchan de esta Semana Exacta): ¡Perdónalos, que no saben lo que hacen!

Lo que tienen que hacer es quitarla y que la celebren en sus iglesias.

Punto y pelota, Hace 500 años no había procesiones, todo evoluciona