Encinasola - Huelva

Cuestión de suerte

Tiene que haber buena gente en el pueblo pero yo no tuve suerte.
En la actualidad tengo 57 años. No nací en Encinasola, pero sí mis padres, los cuales por desgracia, ya no viven.
Mi padre era militar por lo que sólo podíamos ir al pueblo en vacaciones y, aunque mis mejores recuerdos están entre mis familiares,
me hubiera gustado sentir esas ganas de volver a Encinasola.
Pasé por la escuela durante un curso, allá por el año 66 ó 67, no recuerdo muy bien y fue en esa época de donde me vienen los peores recuerdos.
Hoy probablemente hubiera pasado como uno de esos niños al que algunos compañeros en el colegio le hacen la vida imposible, pero en aquellos tiempos salías del paso
como podías. Incluso recuerdo, con exasperante rabia a Don Rubén, maestro por aquel tiempo, que me vejaba por ser diferente. Este término naturalmente no se empleaba
entonces, pero hoy no encuentro otro más adecuado para tratar de entender su actitud hacia mí.
Todos tenemos en la memoria algún maestro que se nos atravesó, como posiblemente nosotros a ellos aunque al ser niños no debería ser así, pero en mi caso, que
era un niño tímido y apocado, no entiendo por qué me hizo pasar tanta vergüenza. Cada día se acercaba a mi pupitre para menospreciarme delante de los compañeros, en la
preadolescencia que estaba yo, con cualquier excusa.
Por la calle, no había un solo día que no me viera increpado por dos o más niños. Apenas salía de casa, salvo para ir a ver mis abuelas e incluso en el trayecto me abordaban, me pegaban, y.... bueno, desde entonces "luzco" una pequeña cicatriz en el labio superior gracias a un niño apodado topete al cual, al día siguiente pude coger a solas, y no me atreví a tocarle ni un pelo por el llanto que le entró
al verme ante él.
Ni que decir tiene que en ocasiones posteriores, ya jovencito, las cosas no mejoraron. Salí con algunos amigos y seguía siendo el forastero al que censurar su forma de vestir o su corte de pelo
que por aquel entonces yo lo llevaba mas largo que los demás. De las chicas, mejor no hablar. Me enamoré, como cualquier chico de mi edad, pero mejor hubiera sido no experimentar ese sentimiento.
Con el paso de los años dejé de ir al Encinasola. Solo estuve un par de veces ya con novia, y de casado a principio de los años 80, y digo de corazón que me habría encantado tener los mejores y más alegres motivos para ir a esa bonita localidad, como cualquier emigrante que vuelve a sus orígenes, pero..... Recuerdo sus iglesias, su peña, su castillo. Muy interesante tambien su gastronomía, porque parece que estoy viendo a mis mayores en la cocina entre cazuelas y fogones con los dulces y demás.
Hace unos meses quise ver por internet como está el pueblo y vi estos foros y páginas. No sé si tiene cabida mi historia entre vuestros escritos, pero no quise dejar pasar más tiempo sin contar lo que me pasó, teniendo siempre presente que tiene que haber gente buena pero yo no tuve suerte.
De todas formas, me quedo con lo mejor: Mi familia mi gente... son estupendos.

Ante todo me gustaría darte la vienvenida al foro que, no atraviesa sus mejores momentos pero aqui estamos para lo que gustes. Tenemos algunas cosas en común, la edad por ejemplo y el ser descendientes de marochos. Yo tampoco soy de allí y nunca viví en el apueblo más que unos dias de vacaciones, quizás por eso mis recuerdos son maravillosos, de una época muy bonita y que forman parte de mis mejores viviencias.
Lo del colegio tambien lo tenemos en común, yo tambien era un niño tímido y apocado, falto de calle y pillerías y en el colegio me las dieron todas juntas pero sobreviví, un poco a lo Ghandi pero salí adelante, eso sí, con más mala leche que un gato encerrado y mas desconfiado que un pavo en navidades. En aquellos tiempos no se habían descubierto los abusos ni las vejaciones, los traumas eran cosas del cine americano y los débiles sobreviviamos como podíamos en ese mundo de matones y chulitos de barrio.
Tuve profesores muy buenos, pacientes, humildes y generosos, algunos casi rozarían la santidad por su dedicación y bondad pero otros... eran pequeños dioses, enanos frustrados y mal pagados, soberbios y déspotas, cuando no tiraban al monte en algunos casos, que nos trataban a la mayoría como a un rebaño de ovejas y se vengaban a la hora de calificar machacando al que estudiaba con beca o acosando al que osaba pedirle revisar un exámen. En fin, eso somos y así nos han hecho, a veces pienso que demasiado bien hemos salido para lo que hemos tenido que dejar atras.

Saludos.

Borrado por su Autor.

Hola “no registrado” y Oriundo:
Siento que hayáis vivido una experiencia tan traumática en vuestra infancia. Yo tuve la suerte de tener unos maestros maravillosos a los que recuerdo con gran cariño, a todos, incluso a los que tuve ya de mayor. Para mí todos fueron personas ejemplares y dignas de su oficio. En la escuela me sentí querida por mis maestros y me lo demuestra el hecho de que aún hoy, tantos años después, algunos todavía se acuerdan de mí habiendo trillado a tantísimos niños.
En cuanto al tema de los compañeros, he de confesaros, y no sin cierto pudor, que yo era una del otro bando, o sea, de las que pegaban. Sinceramente siento decir esto, pero ya que vosotros habéis tenido la valentía de contar vuestra experiencia, creo que es justo que yo también lo haga pues ahora puedo posicionarme en vuestro lugar y os aseguro que a veces me avergüenzo de aquellas cosas. Es cierto que era sólo una niña y que muchas veces actuaba influenciada por otros (otras veces lo hacía sola), pero cuando veo a alguna de mis “víctimas” no puedo dejar de pensar qué sentirán al verme, y si recordarán, aunque supongo que sí, igual que lo recuerdo yo, y os aseguro que no me siento nada bien, ni fuerte, ni superior ni nada de eso, todo lo contrario, siento vergüenza. Tu escrito en especial, “no registrado”, me hace sentir culpable en cierta forma, por eso me he decidido a contaros el tema desde el otro lado.
Sin embargo, pienso que a pesar de todo hemos salido mucho mejor de lo que salen hoy día a pesar de tanta protección, o quizá a causa de tanta protección.
Saludos.

Hola no registrado, yo también fui a la escuela con Don Rubén, no se si coincidimos pues yo tengo 60 años, pero en lo que coincidimos es en lo malaje que era el tal Rubén. Aun recuerdo un guantazo que me dio, estábamos en la clase de sexto curso, en Rufino Blanco y creo recordar que fue por la alegría que exprese cuando nos dijo que haríamos una obra de teatro, esto fue delante de todos los niños, te puedo asegurar que nunca olvide aquel guantazo y mas cuando mi padre jamás me puso la mano encima. A el tal "Topete" supongo que seria Ángel, lo conozco fuimos grandes amigos aquí en la ciudad donde resido, hasta que se marcho a Huelva, luego lo he visto en alguna visita a esa ciudad, es muy buena gente.
Bueno amigo espero que algún día nos digas quien eres y así ver si nos conocimos en aquellos años y si era yo alguno de los niños cabroncetes, que se metían contigo, pero creo que no porque lo cierto es que a mi siempre me atizaban, cuando jugábamos al chicuento en el paseo, siempre me daban los trucos mandrucos, porque no quería jugar y terminaba yéndome a mi casa caliente. Bueno un saludo y hasta la próxima.

Parece que hemos abierto la caja de las nostalgias y resulta bonito hacerlo, a pesar de que no todos los pasajes sean gratos de recordar, pero siempre lo es recordar la infancia, ese tiempo maravilloso en que con un bollo con manteca y una pelota éramos los reyes del mundo.
No hace mucho conseguí una foto del curso 1962/3 y a veces me paso ratos mirándola, mirándome con aquellos 9 años inocentes y viendo lo que el tiempo hace con nosotros.
La nostalgia me inspiró esos versos que os dedico a continuación, a ver si os gustan.

Que no daría yo
Por volver a mi infancia tan soñada,
Por sentirme de nuevo protegido
En mi mundo de sueños y de juegos.
Por no necesitar apenas nada.

Que no daría yo
Por pasear de la mano de mi padre
Preguntando mil cosas por la calle,
Estrenando la vida cada día,
Oyendo los consejos de mi madre.

Que no daría yo
Por jugar con caballos de cartón
Ajeno a todo, sin saber de penas,
Dirigiendo batallas imposibles
Con muñecos de plomo y de latón.

Que no daría yo
Por revivir las tardes de verano.
Por escuchar los cuentos en la siesta
Acurrucado en brazos de mi tía
A salvo de todo daño humano

Que no daría yo
Por soñar con los Reyes en enero
Por jugar con los barcos en los charcos
Que dejaba la lluvia en las aceras,
Imaginándo ser un marinero

Que no daría yo
Por poder ir a comprar al puestecillo
Con las pocas pesetas que cogía,
Preguntando, los ojos muy abiertos,
Cuanto valía cada cosa al viejecillo.

Que no daría yo
Por volver a estrenar aquel balón
La mañana de Reyes en la calle
Diciéndole a todos mis amigos
Que era como el de la selección.


Que no daría yo
Por poder darle al reloj para atrás
Y dejarlo parado en ese punto,
Ese día idealizado en el recuerdo.
Pero el reloj no vuelve ni para jamás.

Efectivamente. Tal como dice Oriundo, cada uno de nosotros hemos abierto nuestro saco de las nostalgias,uniéndonos a ese sentir de juventud tan negativo que has tenido el valor de denunciar.Debe ser triste sentirse descriminado en ese lindo mundo de la niñez que de alguna forma nos marca para siempre.
También es digno de aplauso la sinceridad con que "Trebolilla" te expone
su inculpación en el tema que nos ocupa.
De cualquier forma, amigo anónimo,como ya no se puede dar marcha atrás para reparar errores irremediables del pasado, creo que a todos nos gustaría que volvieras al pueblo. Es seguro que serias acogido con agrado por todos,pues a pesar de ese amargo recuerdo que guardas, no dudes,de que uno de los pocos tesoros que conserva Encinasola es la nobleza de sus gentes.

Un abrazo

¡Qué no daría yo
por pisar el carámbano
camino de la escuela.........!



Me gusta lo que has escrito, Oriundo.

Como sabeis me gusta escribir y a veces hago poesias, ya ire poniendo algunas.

Saludos y gracias.

Hola Creo que si estos dieran clase hoy en dia no durarian mucho sabeis porque os lo dire No eran lo bastante profesionales en su funciones de enseñar, y parte de culpa la tenian tambien nuestros padres que le dejaban en muchas ocasiones via libre. Yo conoci a Ruben y a Angel Verde otro que tampoco le hiva a la xaga.
Saludos

> Soy tu fantasía, ya lo sé. Ni más ni menos que tu fantasía.
> Pero tambien ellas se marchitan en un corazón vulnerable. Se llenan de polvo. Empequeñecen con el paso de tiempo o se vuelven, poco a poco como una foto fija, ¿sabes?.
> Abramos las ventanas a esa luz que nos lleve a una verdadera mañana. Al olor a sueños de unas raices olvidadas.
Brilla ante mis ojos como no lo hizo astro alguno. Como deseo que lo hagas en la memoria, por los siglos de los siglos.
> No nos quedemos en el primer acto de un suspiro, y dicidámonos a
>levantar la mirada hacia ese sol que nace, precisamente por tu derecha.
>Porque sé que me estás mirando.

Oju oriundo, er franchio tachao la bronca eh y eso de rosiojunoseque que quedra desi. loqueascrito despue e mu bonito pero digo yo pami ¿e carne o pescao?

Jajaja no era bronca, solo una recomendación, si me lo permite, claro.

Gracias por tu recomendación pero no creo que el hecho de empezar un verso con la frase "que no daría yo", tambien utilizada por Rocio en una hermosa canción suya, signifique que la copie o la imite o algo parecido

Saludos-