Encinasola - Huelva

Otra mañana que comienza.
El desorden encontrado en la cocina me abofetea el rostro.
La radio mezcla las noticias trágicas con el mísero juego político y el alma se me cae…
Otro día que lastima.
Acudo de inmediato a mis panes de molde, la aceitera, el azúcar y la caja de cartón con el café de siempre…
La cafetera, obediente, bosteza y me salpica, trayéndome ese aroma que me engancha a la vida.
La desgana, que madruga conmigo, se está desperezando y la dejo olvidada en cualquier sitio.
En la bandeja amarilla orden; el ritual comienza y con mimo la llevo al saloncito, junto a la gran ventana.
El primer sorbo de la mañana no tiene precio.
Me recreo en la tenue luz que entra y en la gente que pasa, pocos: albañiles que llegan a la calle contigua con sus enormes “monstruos” emitiendo silbidos; niños al instituto; coches, cientos de coches, sin prisa pero sin pausa. Con su horario inexacto el autobús rural, cargados de resignados viajeros que acuden al trabajo.
¡De pronto! la mañana llama al timbre de la casa para buscar mi aliento. Cavilando, contemplo atónita el vacío de la taza, me levanto y, al hacerle el enjuague (antes de ir a la máquina) vierto por el desagüe experiencias inútiles, historias de ayer mismo que me hieren, enojo acumulado… y más cosas.
Mi mano derecha apostada en mi pecho escucha el tic-tac del corazón y me invaden dos preguntas:
¿Cómo serán las cartas para el juego de hoy?
¿En el juego diario de la vida habrá ganadores y perdedores?
Comienza un nuevo día lleno de interrogantes.

Comienza el día, todavía no ha amanecido y ya nos disponemos a marchar Al curro, un trabajo duro que no da tregua.
Un día maravilloso que va desarrollarse,
Extraordinario día,
Estamos juntos en esto como en todo.
La soledad no es una huesped de nuestra casa:
La llena el amor de los nuestros
y lo mucho que nos amamos nosotros.
El día transcurre y las horas vuelan
rápidamente.
De nuevo estamos besándonos
en el sofá de nuestro hogar...


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Prima, ¿has visto una pelicula llamada el día de la marmota? va de un hombre que repite siempre el mismo dia en su vida y sabe lo que le va a ocurrir pero no puede salirse de esa situación. Algo parecido me pasa a mí, todos los días son iguales y al acostarme tengo la sensacion de haber quemado uno mas e irrepetible.

¡Hola Oriundo!
No he visto la película, pero te puedo asegurar que, en mi caso, ese café de la mañana repetido, saboreado y en soledad..¡¡no tiene precio!!
La mañana podrá, cualquiera, comenzarla con muchos proyectos y buenos propósitos, pero nunca se sabe que te va a deparar el día. Por ello, siempre que puedo, repito el ritual del café (es uno de mis mejores momentos). El fin de semana, si hay alguien en la casa que madruga, me acompaña ante la gran ventana e incluso a veces me traen churros recien fritos... ¡qué ricos!
Como puedes ver, en mi caso, hay minutos que merecen la pena que se repitan diariamente.
Anímate, aunque te lo parezca, nunca un día es igual a otro. Lo primero que cambian son nuestros propios pensamientos y actitud ante situaciones parecidas.
Un saludo.

¿Habéis probado la dieta del cucurucho o la de la alcachofa, te quedas divino. ¡Por favor! Despertad de vuestro sueño. Hay algo más tras esas existencias sin lo inesperado. ¿A que yo lo soy? Ni en sueños pensábais que aparecería. Sin embargo he de deciros que tengo la costumbre de regresar una última vez antes de marcharme para siemre, aunque esta vez me quedaré un poco más. Amo Encinasola como pueblo, porque me trae recuerdos de mi infancia. Alá es grande.




PD:
Soy el morito.