Encinasola - Huelva

Ahí va otro cacho relato

_¡Huyyyy, salió la hembra celosa!
_A veces pienso en lo que podíamos haber hecho juntos…
_Pelearnos y discutir constantemente.
_¿Sabes por que? Porque nos queremos demasiado.
_¿Tu crees? Nunca había pensado eso
_Pues analízalo y verás como es así. Nos queremos de una forma visceral, casi salvaje, primaria y eso está reñido con la mentalidad convencional, por eso queremos a nuestras parejas y vivimos bien con ellas, porque en el fondo nos queremos los dos por encima de todo y de todos, de una forma animal, inconsciente pero real._ Violeta hablaba con la mirada perdida en el infinito_ y esto no es una doble moral, son dos formas de amar distintas… diferentes pero complementarias, no sé si me entiendes, juntos nos destrozaríamos, nos devoraríamos porque en el fondo eso es lo queremos los dos: absorbernos, consumirnos, comernos mutuamente.
_Sí que te entiendo y tienes toda la razón, tal vez no sea tan vehemente como tu pero pienso igual, aunque no lo hubiera expresado tan bien como tu _ respondió Álvaro mirándola fijamente a los ojos_ ¿Y tu crees que es sano tanto amor platónico?
_Ya estamos, ya salió el macho caliente. Dejemos el mundo como está y no nos compliquemos la vida. Somos felices así ¿no?
_... Sí.
_ Huy… ese sí no me ha gustado nada… la sombra de la duda planea sobre tu corazón…
_Déjate de tonterías. Nunca he estado más seguro de mis sentimientos.
_¿Hacia mí también?
_ Violeta, Violeta… ¿por qué es tan difícil para nosotros?
_¿Recuerdas el bolero? “¿Cómo se puede querer a dos mujeres a la vez y no estar loco?”
_¿Crees que acabaremos locos… locos de amor?
_Locos no sé, majaretas seguro… Bueno, tenemos que irnos, se hace tarde.
_¿Hasta cuando?
_No sé, hasta que tu quieras…
_Te doy un toque y nos vemos.

La despedida era la misma de siempre, una larga y expresiva mirada a los ojos y unas manos que se soltaban como deslizándose una sobre otra, como si quisieran perpetuar ese tacto tan ocultamente deseado, tan socialmente prohibido, tan moralmente rechazado.


_Álvaro, esto tiene que acabar_ Nani estaba en el salón, de pie y con los brazos cruzados.
_¿Qué tiene que acabar?
_Demás sabes a lo que me refiero…
_Pues no caigo, la verdad.
_¿De dónde vienes y con quien has estado?
_He estado tomando café con Violeta.
_Y lo dices así, como si nada, y yo aquí en casa, sola, aburrida…
_Vente a tomar café con nosotros.
_Eso, mira que bonito, la mujer el marido y… la otra, todos juntitos tomando café ¡Dónde vamos a llegar!
_Así a ningún sitio y no hay ninguna otra, puedes estar tranquila.
_Entonces…Violeta ¿qué significa para ti?
_Somos amigos, nada más.
_Los hombres casados no tienen amigas, su única amiga es su mujer.
_O sea, que cuando uno se casa es como si formateara el disco duro y lo dejara en blanco. Pues conmigo no va eso, yo tengo una vida anterior a ti plena de recuerdos buenos, de momentos geniales, de vivencias que jamás querré olvidar así que acostúmbrate a convivir con ellas y no me des más la brasa xoxito, que te pones muy fea cuando te enfadas.
_No me llames xoxito, ya sabes que no me gusta
_Falsa. Sé que te pone que te llame así ¿Cómo me llamas tú a mí cuando estamos…?
_xurrita…, xurrita mía.
_Pues venga que ese xochito y esta xurrita van a jugar un rato, tonta que te quiero mucho. Las mujeres celosas son débiles y enfermizas y tú no encajas en ese perfil.
_Salió el psicólogo de andar por casa. Yo te quiero mucho, Álvaro y sufro pensando que me engañas. No me engañes nunca, no lo soportaría, te lo juro.
_A dios pongo por testigo que si alguna vez se cruza otra mujer en mi vida, serás la primera en saberlo.
_Vale, teatrero…ven aquí que tenemos mucho que hacer tu y yo. ¿Te acuerdas de la tía aquella de la película, lo que hacía con la bufanda de seda? Pues lo he estado ensayando y vamos a probarlo.
_Vale, luego haremos lo de los pepinillos…
_¡Guarro!
_¡Te quiero!

Saludos Oriundo.

ésto se está poniendo cada vez más interesante. ¿continúa?