Encinasola - Huelva

...Y sonríen, a veces, cuando hablan.
Y se dicen, incluso,
palabras
de amor. Pero
se aman de dos en dos
para odiar de mil
en mil. Y guardan
toneladas de asco
por cada milímetro de dicha.
Y parecen -nada
más que parecen- felices,
y hablan
con el fin de ocultar esa amargura
inevitable, y cuántas
veces no lo consiguen, como
no puedo yo ocultarla
por más tiempo; esta
desesperante, estéril, larga
ciega desolación por cualquier cosa
que -hacia donde no sé-, lenta, me arrastra.

No solo parecemos felices sino que además lo somos.
He dicho.

Bueno, pues di lo que quieras. Pero son palabras de un escritor muy galardonado en este país y con bastante proyección internacional. Aviados estamos si los foreros se toman las cosas a mal.

Te equivocas, yo no sólo no me lo he tomado muy bien sino que me lo he tomado divinamente, como no podía ser menos dada mi felicidad
Gracias a Angel González y al citante o la citante.
He dicho.

Aquello.
No eso.
-mucho menos- esto
Aquello.
Lo que está en el umbral
de mi fortuna.
Nunca llamado, nunca
esperado siquiera;
sólo presencia que no ocupa espacio,
sombra o luz fiel al borde mí mismo
que ni el viento arrebata ni la lluvia disuelve,
ni el sol marchita, ni la niebla apaga.

Tenue cabo de brisa
que me ataba a la vida dulcemente.
Aquello
que quizá hubiese sido
posible,
que sería posible todavía
hoy o mañana si no fuese
un sueño.

Un brindis por tu felicidad, superstar. Saludos.

Uno de mis poetas preferidos: Juan Ramón Jiménez, era feliz cantando a su esposa y compañera en "Diario de un poeta recién casado." Y decía:

Cuando, dormida tú, me echo en tu alma,
y escucho, con mi oído
en tu pecho desnudo,
tu corazón tranquilo, me parece
que, en su latir hondo, sorprendo
el secreto del centro
del mundo.

Sin embargo el chileno Pablo Neruda, tras escribir:"Veinte poemas de amor y una canción desesperada", uno de los libros más populares de la lírica amorosa, se sumerge en el torbellino de "Residencia en la tierra" y escribe:

si soplaras en mi corazón, cerca del mar, llorando,
sonaría con un ruido oscuro, con sonido de ruedas de tren
con sueño,
como aguas vacilantes,
como el otoño en hojas,
como sangre,
con un ruido de llamas húmedas quemando el cielo...

Los poetas evolucionan hacia un surrealismo desgarrado y es ahí, a veces, donde encuentran lo mejor de su poesía.
En ocasiones, ni siquiera es necesaria esta evolución, siendo solamente cambios anímicos que sufre el poeta (como cualquier persona), con la sola diferencia de que él lo plasma en el papel.

Yo, esta noche, me siento feliz...a veces lo conseguimos con pequeñas cosas. No sé si será por este agua que tanto estamos necesitando en el sur...Aquí llueve desde esta mañana sin parar, espero que en Encinasola también.
Felices sueños foreros.