El Repilado - Huelva

Os propongo este espacio para recordar nuestras cosas, las anécdotas que nos acompañarán siempre y que son excusa para recordar juntos.

Recuerdo vagamente las peripecias de un águila amaestrada que volaba por Santa Teresa. El dueño era...¿Juanele?, corregidme si no. Este animal hacía las delicias de los chiquillos. Una vez unos cuantos hombres hicieron una hoguera para asar unos tocinos y uno de ellos, para dar envidia de los tropezones que se iba a meter, levanto en el aire una presa agitándola entre el índice y el pulgar, gritando...¡¿quién se va a comer estoooo?!. De no se sabe dónde apareció el aguila que se llevó su botín y el almuerzo.

Si alquien puede que amplíe el recuerdo.

¡Felices Fiestas!

Morcilla de Lustre

Quiero recordar vagamente que el subsodicho águila fué victima de los perdigones de la escopeta del Valilla, chofer de D. Antonio el Gerente de Santa Teresa.

En efecto, el pobre bicho no se fue de muerte natural. Lo que han cambiado los tiempos,...era bastante frecuente ver el cadaver de "una alimaña" paseado como trofeo. Era otra mentalidad, ¡que le vamos a hacer!. Pero que nadie se forme una idea falsa de nuestro pueblo que había gente muy buena de aquellos tiempos.

Era por estos días próximos a navidad cuando un vagabundo se refugió en las obras de la iglesia, Mapolí era su apodo. Quizás por ser una zona más limpia se instaló fuera de la sacristía (ya cerrada), prefiriendo una zona abierta al cielo y mucho más fría. El hombre tenía un carácter hosco, estaba muy castigado el pobre. Unas mujeres le llevaron un pequeño costo con viandas y una botella de vino que él recibió a regañadientes.

Al día siguiente unos niños encontraron su cadáver. Recuerdo que estaba ligeramente incorporado en su jergón, los ojos de un azul claro estaban húmedos, y miraban hacia el cielo. Tal vez contempló las estrellas, en una de esas noches frías de nuestra sierra.Comentaron que sólo había tocado el vino...

Al no tener medios, ni familia localizable en esos momentos, el cura autorizó depositar su cuerpo en la ermita. Un hombre de nuestro pueblo dijo que él no iba a dejarlo sólo toda la noche; y dicho y hecho, se instaló al lado del cadáver con un brasero. Aquel hombre, si no recuerdo mal, era el Vázquez.

Que me perdonen los familiares de las personas nombradas, pues lo hago con cariño y en su homenaje.

Morcilla de Lustre.

BONITAS VIVENCIAS QUE RECORDAIS LOS MAYORES AUNQUE LA ULTIMA UN POCO PENOSA.

Así es la vida amigo, con luces y sombras. Pero fíjate el mérito de velar a un desconocido por simple solidaridad humana, por sentir pena de tanta soledad... Pero os voy a contar otra de tono más alegre. Voy a omitir el nombre del personaje principal, por respeto, aunque era persona buena, bruta y tierna a la vez.

Por aquellos días estaba anunciada la visita del Obispo de Huelva al Repilado; no recuerdo lo que le traía al pueblo, ni el nombre del mismo (Monseñor González Moralejos, quizás?), pero lo cierto es que se preparó a conciencia , con acompañamiento de autoridades y fieles. Me contaron que los hechos ocurrieron cerca de la Cantina. En un determinado momento en que el cortejo pasaba por las proximidades de la puerta, un lugareño, ajeno a lo que ocurría, salió y se dió de bruces con este cuadro: obispo, curas, trajes de chaqueta, y caras solemnes.Tal fue su asombro, sincero y espontáneo en sus expresiones, que solo atinó a gritar: ¡HOSTIAAA EL OBISPO!. Se tuvo que montar una de coj.

Me dijeron que falleció joven. Su enorme corpachón era superado en tamaño por un gran corazón. ¿Sabeis a quién me refiero?

Un abrazo,

Morcilla de Lustre (¡que plato tan sencillo y tan insuperable!)

por favor, si es posible me gustaría saber quién fue. de personas espontaneas y de buen corazón no me importe las anécdotas. esto construye la indiosincracia de nuestro pueblo.