Cortegana - Huelva

IZQUIERDAS Y DERECHAS

Izquierda es la parte del cuerpo humano que está situada en el mismo lado que el corazón y derecha es la parte opuesta.

Se dice de lugar izquierdo o lugar derecho el que está situado del lado correspondiente a los del cuerpo humano. O sea izquierda y derecha son lugares, nada más, con relación al punto desde donde se mira.

Parece ser que la aplicación de esas palabras a la política proviene de ahí, del lugar ocupado por los representantes políticos en un determinado Parlamento.

El término Izquierda política tiene su origen en los Estados Generales franceses de 1.788, puesto que a ese lado del Rey (Luis XVI) se sentaban los representantes del Tercer Estado, los Jacobinos, -(primer Estado Clero, segundo Nobleza y tercero Pueblo) -, en su contra, el lado derecho, la Derecha política, era ocupado por la Nobleza y el Clero. Las distintas opiniones emitidas desde sus escaños sobre los asuntos tratados eran coincidentes según el lugar ocupado en la Cámara (izquierda o derecha).

En esa época, y anteriormente a ella, las condiciones sociales eran muy injustas para el Pueblo, los más débiles, carecían de toda protección legal efectiva. Siendo arrollados siempre por las clases dominantes: la Nobleza y el Clero.

Hacía falta una gran presión del pueblo sobre ellos, una revolución contra el SISTEMA imperante para que las cosas cambiaran, dejaran de existir los privilegios solo para unos cuantos y se hicieran leyes lo más justas posibles, iguales para todos.
Esto se ha ido consiguiendo a lo largo del tiempo, en el mundo civilizado, o más civilizado, gracias a la lucha de muchas personas que han llegado a dar sus vidas por lograrlo.

En el tiempo que vivimos, “hay leyes y justicia para todos”, entre comillas, porque lo que hagamos los humanos nunca puede ser perfecto. La lucha del Pueblo ahora, es distinta pero igual. Tiene otros actores a los que enfrentarse. El Clero y los Nobles han sido sustituidos por los Políticos y el Gran Mundo Financiero. Que lo dominan, contaminan, corrompen y manipulan todo, al igual que en los tiempos de los Jacobinos.

La Sociedad Civil, el ciudadano, sigue tan desprotegido como siempre, solo tiene el recurso de castigar políticamente cada cuatro años con el arma del voto. ¡Que ya es algo!. Pero se encargan los Partidos de seducir las voluntades de sus fanáticos seguidores, prometiéndoles políticas favorables a ellos que luego no llevarán a cabo, y achacando todo tipo de maldades a sus adversarios, para conseguir el número suficiente de votos que les permita seguir disfrutando del poder o estar muy cerca de él.

La Sociedad Civil, -no la mal llamada izquierda y derecha, por sus demostradas actuaciones en la dirección del Gobierno-, es la que tiene que agruparse en grandes organizaciones con la fuerza suficiente para obligar a los políticos, a los representantes del pueblo, que no representan a nadie salvo a ellos mismos y sus intereses, a cambiar el SISTEMA actual por otro mucho más justo, desde donde NO se puedan manipular todas las Instituciones del Estado en su propio y único beneficio.

Los dos bandos formados, izquierda y derecha, fomentados intensa e interesadamente por la clase política, que dividen a los ciudadanos en dos partes irreconciliables, es lo que les interesa, para tener a su disposición “sus rediles de votantes aborregados”, sin salir de ellos, calladitos, sumisos, sin inmiscuirse en los asuntos de gobierno, hasta la hora de depositar el voto nuevamente en la urna correspondiente. Habiéndose ocupado previamente de abducir sus mentes en sus costosas campañas electorales, que pagamos los ciudadanos, con gran profusión de mítines, arengando a sus incondicionales seguidores con falsas promesas que nunca van a cumplir. Solo les interesa el voto, a costa de lo que sea, para seguir instalados en el poder y hacer las mayores tropelías imaginables en su beneficio y el de los suyos. Bien claro tenemos los episodios vergonzosos ocurridos hasta ahora, a los que no es necesario mencionar por ser bien conocidos de cualquier ciudadano medianamente informado.

Despilfarran el dinero de una forma descarada. Producen un gasto público desorbitado e innecesario solamente para su bienestar, y se enriquecen sin el menor pudor. Cuando son descubiertos en sus fechorías se niegan a reconocer su implicación en los hechos, escapándose la gran mayoría de las veces sin castigo y sin devolver lo robado por la manipulación que hacen de las Instituciones del Estado y que el SISTEMA les permite.

Se las arreglan, engañando a sus apasionados partidarios, sacados del redil correspondiente para la ocasión y que les sigan votando en las nuevas Elecciones como si no hubiera pasado nada anteriormente, y vuelven a dar sus mítines con el mayor de los descaros, sin avergonzarse por su comportamiento anterior, con las mismas mentiras de siempre, aplaudidas vehementemente por sus abducidos, incondicionales e incansables seguidores que continuaran creyendo todo lo que les dicen. A los que volverán a maltratar civil y económicamente, agobiándolos con impuestos de todo tipo, arruinando totalmente sus exhaustas economías con sus decisiones si alcanzan de nuevo el poder. Les da igual, ellos siguen viviendo muy bien a costa del ciudadano, que es lo que les importa.

Los votan ciegamente, con pasión, como los hinchas de los equipos de futbol. Por encima de todo razonamiento, sin tener en cuenta ningún tipo de consideración y mínimo análisis, sin valorar las cualidades y preparación necesarias de los candidatos para ocupar cargos de tan alta responsabilidad.

Todo da igual, solo mandan las palabras derecha e izquierda. Es precisamente lo que les interesa a los políticos, tener una importante base de personas que les voten a ciegas, y hagan lo que hagan ellos, solamente con el pobre argumento de considerarse de una u otra ideología, para la mayoría desconocidas ambas. Nada más pernicioso para los intereses de una comunidad de ciudadanos que pertenezcan a un País. Los que tengan años suficientes ya lo han podido comprobar personalmente.
“Votarme y después haré lo que me suponga beneficio personal, político y económico, mintiendo lo que sea necesario para seguir en las mieles del poder, haciendo lo conveniente para medrar yo y mi partido, que es quien me ayuda a mantener mi situación privilegiada, salvo aquellas decisiones que me vea obligado a tomar por ser requeridas desde Instancias Superiores como la Comunidad Económica Europea, a la que pertenecemos (menos mal), etc”. Sin darse cuenta que hoy pertenecemos a un Club político-económico con unas reglas establecidas y que todos los socios hemos de cumplir. El margen de maniobra particular que les queda a los Gobiernos de los Estados miembros es mínimo, prácticamente ninguno. En líneas generales se harán las políticas que nos vengan impuestas desde Bruselas. Ya hemos vivido como el Gobierno de España ha tenido que cambiar su programa electoral, haciendo todo lo contrario a él por imposición desde los poderes Europeos. Las ideologías particulares ya están en desuso.

Los Políticos Españoles nunca tienen en cuenta como primera y única tarea el bien de la Nación y por consiguiente el de los ciudadanos, los que les pagan. La democracia así no sirve, se convierte en un sistema feudal en el que los señores son los Políticos, dueños de “vidas y haciendas”, en su territorio hacen lo que quieren, y los vasallos somos los ciudadanos.

Trabajamos para ellos, para sus desahogadas vidas y escandalosos despilfarros de todo orden. Nos dejamos engañar como tontos. ¿Que han procurado los Políticos desde que existe la democracia?. ¿El bien para el País?. NO. Se encargaron desde el principio de mover a las masas de izquierdas y derechas, que les siguen a ciegas, para crear unas AUTONOMIAS que no hacían falta para nada. Ahora estamos viendo las consecuencias. SÍ les proporcionaba a ellos y sus allegados una ingente cantidad de puestos de trabajo (mejor ocupación) desde donde poder llevar una vida regalada y enriquecerse todo lo que puedan a costa del ciudadano, que es quien pone el dinero.

Además del nacional, diecisiete Parlamentos autonómicos, más dos Ciudades Autónomas. Veinte gobiernos, veinte de todo, aumentando de esa forma los gastos de administración en una cuantía que España no se puede permitir. ¿Dónde estarían esos Presidentes de Comunidades, esos Consejeros (Ministros autonómicos), esos Viceconsejeros, esos Directores Generales, esos Asesores, esos Parlamentarios, esos enchufados de las innumerables Empresas Públicas, creadas por ellos, para servirles de tapadera a sus indecentes trapicheos …….. …………….etc.?, numerosos hasta el infinito. Si no hubiera Autonomías tendrían que trabajar, el que fuera capaz de hacerlo, en algo útil para el País.

Las AUTONOMIAS, para los ciudadanos, han servido para separarnos, hacernos desiguales en cuanto a derechos y obligaciones, enfrentarnos a unos con otros, fomentar el separatismo por sus ambiciones políticas, hacer que por razones de matemática parlamentaria se aprovechen unas de otras originando una gran carga económica a las tumefactas arcas del Estado y así podríamos seguir exponiendo inconvenientes sin número. Decir esto, claro, no es políticamente correcto. Sería tratar de desmontar su “chiringuito”.

En política, debemos olvidar las palabras izquierda y derecha, que no sean otra cosa que lugares, y procurar cambiar esta situación para siempre. Exigiendo a los Políticos que no estén en los cargos para vivir de ellos per seculan. Que vean la Política como un medio para mejorar España ¡que difícil!. El político es un mero administrador al que nombramos y pagamos para cuatro años. Es nuestro empleado. Y si lo hace mal debemos nombrar a otro que lo sustituya para que lo haga mejor. Sería absurdo que al Director de una gran Empresa que la lleva a la ruina siguieran manteniéndolo hasta que acabe con ella.

Si analizamos los intereses de los dos “malditos bandos” (izquierda y derecha), promovidos con el máximo interés por la clase política, son iguales: Trabajo para todos, prosperidad en España, buenas relaciones exteriores, buena renta per- capita, buen orden publico, nada de terrorismo, buena asistencia social, buenas carreteras y otros medios de comunicación, ……………. etc.. ¿Qué persona, considerada de izquierda o derecha no quiere algo de lo anterior?. A fin de cuentas todos queremos lo mismo. Luego lo razonable es exigir a todo el que entra en política que trabaje para el bien del País y no para el suyo y el de su Partido. Y que se dejen de “izquierda y derecha”. No más bandos. Son malos para España y buenos para ellos.

Hay que reformar la CONSTITUCION, debemos exigirlo. Hay que reformar la Ley Electoral, evitando que los Partidos Políticos pequeños, a los que votan muy pocos tengan tanta representación en los distintos Parlamentos. Y la mayoría de las veces sean decisivos en el Nacional con un altísimo coste, estamos cansados de verlo. ¿No es la Democracia cosa de Mayorías?. Listas electorales abiertas, para poder votar a quien el ciudadano quiera, no al que quieran ellos. Reforma de la Justicia y del Tribunal Constitucional que sean independientes totalmente de los Partidos Políticos. Y arbitrar un sistema para que los políticos no puedan manejar el dinero a su antojo, no se cual (doctores tiene la Iglesia), pero hay que hacerlo.
Son muchas más cosas las que arreglar, y una vez hecho esto España comenzaría a ser un País Serio.

Pero es improbable que las acometan los Partidos Políticos, no les interesa, sería tirar piedras sobre su propio tejado. La Sociedad Civil constituida en potentes organizaciones es la que les debe obligar. El dirigente que se atreva a llevar a cabo todas esas reformas, prestará un magnifico e impagable servicio a la Nación y pasará a la historia como un gran servidor de los ciudadanos españoles.

Se necesitan muy buenos administradores en la dirección de cualquier nación, que la doten de los medios necesarios para conseguir una desahogada situación económica. Entonces se podrán realizar todo tipo de políticas beneficiosas para los ciudadanos, comenzando por las sociales, la mejor de todas “el trabajo”, todas las demás vienen a continuación si se dispone de un saneado presupuesto, que es lo fundamental para hacer unas buenas políticas.

No seguirle el juego a LOS POLITICOS. Hay que votarlos No por su adscripción política, sino por sus valores propios, sus conocimientos, su experiencia, su profesionalidad, su veracidad, su capacidad para administrar bien un gran país, su habilidad para hacernos ser respetados por el resto del mundo,…….. etc...

Dejar en política las palabras derecha e izquierda. No sirven, son bandos incondicionales en los que se apoyan para subir al poder. La gran mayoría sin méritos personales de ninguna clase que les avalen para dirigir un país con más de cuarenta y siete millones de habitantes. Si no existieran esas “malditas palabras” tendrían que convencer al ciudadano para que los votasen por sus valores demostrados. De esa forma serían bastante mejores nuestros dirigentes.

Saludos

El artículo tiene un trasfondo cierto (con matices) pero hay ciertos aspectos formales confusos. Aunque sea tu deseo "dejar en política las palabras derecha e izquierda", en realidad existen la(s) derecha(s) y la(s) izquierda(s). El mayor error ciertamente es sustancializar la Izquierda como término unívoco. Un error porque un repaso por la historia desde los tiempos de los jacobinos (primera generación de izquierdas), nos lleva a definir con precisión hasta 6 generaciones de izquierdas. Por tanto, la Izquierda no existe pero sí las izquierdas. Y con la derecha pasa algo parecido. Aunque en un principio eran la Nobleza y el Clero (cuando se la compara geométricamente con la izquierda), después se distinguieron varias modulaciones (hasta 3) en reacción a las generaciones históricas de izquierdas.
Es verdad que los políticos (más en concreto los socialdemócratas y los de la izquierda extravagante) tratan de sustancializar los términos para sacar réditos electorales. Pero la solución está en aprender qué se quiere decir con eso de las derechas y las izquierdas, en vez de olvidar tales términos.
Hay más cosillas que se podrían comentar pero en general repito que el artículo va bien orientado.
Un saludo.

Creo que llevas mucha razón en lo que has expuesto, y me parece que dices verdades como puños, eso si contenidas en las formas, quizás por temor a una especie de censura que parece omnipresente en estos foros. En la misma línea que pones de manifiesto en tu aportación, yo voy algo mas alla.
Creo que la situación económica actual es ya determinante en nuestro presente y tambnién de nuestro futuro, ya que uno y otro ya casi no están en nuestras manos. Porque cuando un pais, una nación o un pueblo, en el sentido mas amplio del término, se encuentra endeudado como estamos nosotros, por mor de las acciones de gobierno que tu bien señalas, nuestra capacidad para decidir sobre aspectos fundamentales de nuestras vidas y de la convivencia con nuestros conciudadanos es cada vez mas limitada.
Es fin lo que economistas de la talla de Hayek o Buchanan ya advertían hace mas de 50 años: los pueblos que se endeudan de forma desmesurada con defits públicos(como España, como Andalucía, como Cortegana)están obligados a transitar por caminos de servidumbre durante generaciones y pierden parte de su soberanía y de su libertad.
Y lo paradójico es que este esfuerzo impuesto por nuestros acreedores, sean los que sean, no ha supuesto que se consolide el bienestar que se sustentan en derechos fundamentales de ciudadanía. Al contrario hoy están en cuestión cuando no amenazados directamente.
Pero eso si, hay una casta al margen de estos avatares, que son los profesionales de la política, que embaucan con palabras vanas a quien se quiere dejar embaucar, y que como tu dices están atrincherados en apriorismos tales como derecha o izquierda.