Cortegana - Huelva

Bajo el pretexto de salvar la moneda única, Ángela Merkel, con el apoyo de Sarkozy, quiere obligar ahora a los 17 países de la zona euro a aprobar un “pacto de competitividad”, el cual les obligaría a adoptar políticas comunes, (léase las de Alemania), no sólo en lo que hace al monto de sus deudas públicas y la fiscalidad de las empresas, sino también sobre la ¡política salarial y los sistemas de jubilación! De modo que en los países donde aún existe, deberán suprimir la indexación de los salarios por sobre la inflación y tendrán que elevar cuanto antes a 67 años, o más, la edad de jubilación.
Haciendo un poquito de historia podemos notar que:
1º.- Con el pacto de estabilidad (firmado en 1997), los estados miembros de UE, perdieron su soberanía presupuestaria.
2º.-Con la moneda única, los países de la zona euro renunciaron a su soberanía monetaria por lo que únicamente les quedaba la fiscalidad como palanca de acción macroeconómica
3º.- La política fiscal se ve ahora amenazada por la competencia entre los sistemas fiscales de la UE.
4º Si a todas estas “desposesiones” agregamos la desaparición de cualquier margen de autonomía en materia de política social, entonces dos preguntas caen por su propio peso:

1º ¿Para qué sirven las elecciones?

2º ¿El euro está al servicio de los europeos o los europeos están al servicio del euro?

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Lo dicho, o vueves al colegio primario o dejas de fumar "esa sustancia ilegal" que te hace delirar y escribir pelotudeces.

mitrofan, no se porque le contestas
ignoralo

No hace mucho tiempo, nos decian que quitásemos granjas, y ahora importamos la leche, que dejásemos de plantar remolacha y ahora hay escased de azucar,en fín todo por el estilo. Las elecciones sirven para que nos manden gente que no ha trabajado en su vida y que se juvilaran cobrando una buena pensión, estoy de acuerdo en que se ha de subir la edad de la juvilación, pero no para todas las profesiones, y tambien creo que se tendria que cobrar por lo que se ha cotizado a lo largo d toda la vida laboral porque alguien que se queda en el paro con 55 años, ya no hay quien lo contrate, ¿ Que juvilación le espera a esas personas?

Salida de convenio colectivo, jornadas de diez horas con ocho en cadena de montaje sin comer, horas extraordinarias obligatorias, etc. Estos son algunos de los brutales puntos del nuevo contrato de Fiat en su fábrica de Mirafiori, en Turín, que se aprobó por referéndum el pasado 14 de enero. Puede parecer democrático que este acuerdo se ponga en vigor con el visto bueno de los obreros, pero han sido las amenazas empresariales de deslocalización las que han hecho posible que los trabajadores voten contra sus propios derechos. Fiat conminaba con el cierre y su traslado fuera de Italia. Al 54% de los asalariados no les quedó más remedio que decir "si".
El caso de Fiat ha tenido su contraparte en España con la firma Nissan. Los trabajadores de la planta de esa empresa en la zona franca de Barcelona y Montcada, se vieron también en la obligación, el pasado enero, de aceptar cambios en su convenio colectivo como la congelación salarial y un aumento del tiempo efectivo de trabajo, o aceptar que la multinacional se llevase la producción a Sudáfrica o Marruecos.
Sin embargo, en el caso español, no se afectaban del mismo modo que en Fiat los derechos sindicales. El papel de los gobernantes españoles ha sido, al igual que en Italia, de alineación con las propuestas empresariales. El nuevo Conseller conservador de Empresa y Ocupación de la Generalitat catalana, Francesc Xavier Mena, ELOGIÓ a los sindicatos que aceptaron el recorte y puso a Nissan ¡como ejemplo! de "por donde ha de ir el futuro de la economía para ser más competitiva". El ministro soCIAlista español de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, calificó como "muy buena noticia" el anuncio de que los trabajadores aceptaban renunciar a su convenio colectivo.
He aquí una visión de la descarnada esencia de la globalización