Foro- Ciudad.com

Cortegana - Huelva

Poblacion:
España > Huelva > Cortegana
02-09-10 21:54 #6023460
Por:mitrofan

La invención del pueblo judío.
Cómo se inventó el pueblo judío

Por Shlomo Sand * (Historiador, profesor de la Universidad de Tel Aviv; autor de Comment le peuple juif fut inventé. Fayard, París, 2008.)


Todo israelí sabe, sin sombra de duda, que el pueblo judío existe desde que recibió la Torá (1) en el Sinaí, y que es su descendiente directo y exclusivo. Está convencido de que este pueblo, que partió de Egipto, se estableció en la “tierra prometida”, donde se construyó el glorioso reino de David y Salomón, dividido luego en Judea e Israel. Del mismo modo, nadie ignora que vivió el exilio en dos oportunidades: tras la destrucción del Primer Templo, en el siglo VI a.C., y la del Segundo Templo en el 70 d.C.
Siguió luego errante alrededor de dos mil años: sus tribulaciones lo condujeron a Yemen, Marruecos, España, Alemania, Polonia y hasta lo más recóndito de Rusia, pero siempre logró preservar los lazos de sangre entre sus comunidades alejadas. Así, su unicidad no se vio alterada. A finales del siglo XIX, maduraron las condiciones para el retorno a su antigua patria. Sin el genocidio nazi, millones de judíos habrían naturalmente repoblado Eretz Israel (la tierra de Israel), algo con lo que soñaban desde hacía 20 siglos. Virgen, Palestina esperaba que su pueblo original volviera para hacerla reflorecer. Ya que ésta le pertenecía, y no a esa minoría, desprovista de historia, que había llegado allí por azar. Justas eran pues las guerras libradas por el pueblo errante para retomar la posesión de su tierra; y criminal la violenta oposición de la población local.
¿De dónde viene esta interpretación de la historia judía?
Es obra, desde la segunda mitad del siglo XIX, de talentosos reconstructores del pasado, cuya imaginación fértil inventó, sobre fragmentos de memoria religiosa, judía y cristiana, un encadenamiento genealógico continuo para el pueblo judío. Cuando aparecían descubrimientos susceptibles de contradecir la imagen del pasado lineal, éstos no tenían repercusión alguna. El imperativo nacional, como una mandíbula fuertemente cerrada, bloqueaba toda clase de contradicción y desvío con respecto al relato dominante.
Ahora bien. ¿Puede considerarse la Biblia un libro de historia?
Los primeros historiadores judíos modernos, como Isaak Marcus Jost o Leopold Zunz, en la primera mitad del siglo XIX, no la consideraban así: a sus ojos, el Antiguo Testamento se presentaba como un libro de teología constitutivo de las comunidades religiosas judías tras la destrucción de Primer Templo. Hubo que esperar hasta la segunda mitad del mismo siglo para encontrar a historiadores, en primer lugar Heinrich Graetz, portadores de una visión “nacional” de la Biblia: transformaron la partida de Abraham a Canaán, la salida de Egipto o incluso el reino unificado de David y Salomón en relatos de un pasado auténticamente nacional.


Desde entonces, los historiadores sionistas no dejaron de reiterar estas “verdades bíblicas”, convertidas en alimento cotidiano de la educación nacional. Pero en los años 80’, la tierra tiembla, haciendo tambalear estos mitos fundacionales. Los descubrimientos de la nueva arqueología contradicen la posibilidad de un gran éxodo en el siglo XIII antes de nuestra era. Del mismo modo, Moisés no pudo liberar a los hebreos de Egipto y conducirlos hacia la “tierra prometida”, por la sencilla razón de que en esa época… estaba en manos de los egipcios. Además no se observa ninguna huella de una revuelta de esclavos en el reinado de los faraones, ni de una conquista rápida del país de Canaán por parte de un elemento extranjero.
Tampoco existe signo o recuerdo del suntuoso reino de David y Salomón; los descubrimientos muestran la existencia en esa época, de dos pequeños reinos: Israel, el más poderoso, y Judea. Los habitantes de esta última tampoco sufrieron el exilio en el siglo VI antes de nuestra era: sólo sus élites políticas e intelectuales debieron instalarse en Babilonia. De este encuentro decisivo con los cultos persas nación el monoteísmo judío. En cuanto al exilio del año 70 de nuestra era, ¿se produjo efectivamente? Paradójicamente, este “hecho fundacional” en la historia de los judíos, que origina la “diáspora”, no dio lugar a la menor obra de investigación. Y por una razón muy sencilla: los romanos nunca expulsaron a ningún pueblo en la región oriental del Mediterráneo. Salvo los prisioneros reducidos a la esclavitud, los habitantes de Judea siguiron viviendo en sus tierras incluso tras la destrucción del Segundo Templo. Una parte de ellos se convirtió al cristianismo en el siglo IV, mientras que la gran mayoría se sumó al islam durante la conquista árabe en el siglo VII. La mayoría de los pensadores sionistas no lo ignoraban: así, Isaac Ben Zvi , futuro presidente del Estado de Israel, al igual que David Ben Gurión, fundador del Estado, lo escribieron hasta 1929, año de la gran revuelta palestina. Ambos mencionan reiteradas veces el hecho de que los campesinos de Palestina son los descendientes de los habitantes de la antigua Judea (2). A falta de un exilio desde la Palestina
Romanizada ¿de dónde vienen los numerosos judíos que pueblan el Mediterráneo desde la Antigüedad? Detrás de la cortina de la historiografía nacional s esconde una sorprendente realidad histórica. De la revuelta de los macabeos en el siglo II antes de nuestra era, a la revuelta de Bar Kojba en siglo II después de Cristo, el judaísmo fue la primera religión proselitista. Los asmoneos ya habían convertido a la fuerza a los idumeos del sur de Judea y los itureos de Galilea, anexados al “pueblo de Israel”. Partiendo de este reino judeo-helenista, el judaísmo se propagó en todo “Oriente Próximo” y en el mar Mediterráneo. En el primer siglo de nuestra era surgió, en el actual Kurdistán, el reino judío de Adiabeno que, fuera de Judea, no será el último reino en “judaizarse”: otros lo harán más tarde.
Los escritos de Flavio Josefo no son el único testimonio del ardor proselitista de los judíos. De Horacio a Séneca, de Juvenal a Tácito, muchos escritores latinos expresaron sus temores. L Mishná y el Talmud (3) autorizan esta práctica de la conversión.
La victoria de la religión de Jesús a comienzos del siglo IV, no pone fin a la expansión del judaísmo, sino que empuja al proselitismo judío al margen del mundo cultural cristiano.

En el siglo V aparece así, en el actual territorio de Yemen, un reino judío vigoroso con el nombre de Himyar, cuyos descendientes conservarán su fe tras la victoria del islam y hasta los tiempos modernos. Del mismo modo, los cronistas árabes dan cuenta de la existencia, en el siglo VII, de tribus bereberes judaizadas; frente al avance árabe, que alcanza áfrica del Norte a fines de ese mismo siglo, aparece la figura legendaria de la reina judía Dihya-el-Kahina, quien intentó frenarlo. Bereberes judaizados participarán de la conquista de la casi isla ibérica, y establecerán allí los fundamentos de la particular simbiosis entre judíos y musulmanes, característica de la cultura hispano-árabe.
La conversión masiva más significativa se produce entre el Mar Negro y el Mar Caspio: comprende al inmenso reino jázaro en el siglo VIII. La expansión del judaísmo del Cáucaso a la Ucrania actual engendra múltiples comunidades, que las invasiones mongoles del siglo XIII rechazan en gran medida hacia el este de Europa. Allí, con los judíos provenientes de las regiones eslavas del sur y de los actuales territorios alemanes, sentarán las bases de la gran cultura yidish (4).
Estos relatos de los orígenes múltiples de los judíos figuran, de manera más o menos imprecisa, en la historiografía sionista hasta los años 60: progresivamente irán siendo dejados de lado antes de desaparecer totalmente de la memoria pública de Israel. Los conquistadores de la ciudad de David en 1967, debían ser los descendientes de su reino mítico y no -¡Dios no lo permita!- los herederos de guerreros bereberes o de jinetes jázaros. Los judíos aparecen entonces como un “etnos” específico que, después de dos mil años de exilio y sin rumbo, terminó volviendo a Jerusalén, su capital.
Los defensores de este relato individual e indivisible no sólo recurren a la enseñanza de la historia: convocan también a la biología. Desde los años 70’, en Israel, una serie de investigaciones “científicas” se esfuerza por demostrar, por todos los medios, la proximidad genética de los judíos del mundo entero.
Israel, sesenta años después de su fundación, se niega a considerarse una república que existe para sus ciudadanos. Aproximadamente el 25% de ellos no son considerados judíos y, según el espíritu de sus leyes, este Estado no les pertenece. En cambio, Israel se presenta siempre como el Estado de los judíos del mundo entero, aunque ya no se trate de refugiados perseguidos, sino de ciudadanos de pleno derecho que viven en plena igualdad en los países donde habitan. Dicho de otro modo, una etnocracia sin fronteras justifica la severa discriminación que practica con una parte de sus ciudadanos invocando el mito de la nación eterna, reconstruida para reunirse en la “tierra de sus ancestros”.
Escribir una nueva historia judía, más allá del prisma sionista no es algo fácil; los judíos siempre han formado comunidades religiosas constituidas, la mayoría de las veces por conversión, en diversas regiones del mundo, no obstante, éstas no representan un “etnos” portador de un mismo origen único que se habría desplazado a lo largo de un vagar durante 20 siglos.
(1) Texto fundador del judaísmo, la Torá -la raíz hebraica yara significa enseñar- se compone de los cinco primeros libros de la Biblia, Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
(2) David Ben Gurión e Isaac Ben Svi, Eretz Israël dans le passé et dans le présent (1918 en yidish), Jerusalén, Ben Zvi, 1980 (en hebreo) e Isaac Ben Svi, Notre Population dans le pays (en hebreo), Varsovia, Comité Ejecutivo de la Unión de la Juventud y Fondo Nacional Judío, 1929.
(3) La Mishná, considerada la primera obra de literatura rabínica, fue concluida en el siglo II de nuestra era. El Talmud sintetiza el conjunto de los debates rabínicos en torno a la ley, las costumbres y la historia de los judíos. Hay dos Talmud: el de Palestina, escrito entre los siglos III y IV, el de Babilonia, terminado a finales del siglo V.
(4) Hablado por los judíos de Europa Oriental, el Yidish es una lengua eslavo-alemana que contiene palabras de origen hebreo.
Puntos:
03-09-10 11:35 #6026247 -> 6023460
Por:Kaos-

RE: La invención del pueblo judío.
Lo único que los palestinos modernos tienen en común con los antiguos (llamados correctamente filisteos) es que ambos fueron invasores, ambos llevaron a cabo una ocupación de territorios que no les correspondían. El significado de palestinos es exactamente eso, invasores, o peleshet, del verbo pelesh, significando divisores, penetradores, o invasores.
Los filisteos (los pelesati) eran originarios de la isla de Creta. Siendo gente de mar llegaron hasta las costas del sur de Canaan donde se les llamó Pelestim y Keretim. El primer territorio que ocuparon fue Gaza, una franja de territorio junto al Mediterráneo algo más ancha que la moderna Gaza.
Nunca llegaron a ocupar ninguna tierra relativamente cercana a Jerusalén, Hebrón y Jericó. Esto deberían tenerlo en cuenta los palestinos que tienen la pretensión de que Jerusalén les pertenece.
Si los antepasados de los palestinos son los filisteos, como algunos reclaman, la audacia de reclamar Jerusalén para ellos es una burla al mundo entero.
Los filisteos fueron en última instancia derrotados por David y reducidos a un grupúsculo insignificante. Los mejores de sus guerreros fueron escogidos para constituir la guardia personal de David. El resto fue avasallado por Sargón II de Asiria, desapareciendo consecuentemente de la historia para siempre.
Conclusión: No existe una sola persona que pueda reclamar hoy nada.
Chulillo
Puntos:
03-09-10 21:36 #6030183 -> 6026247
Por:mitrofan

RE: La invención del pueblo judío.
Recién me entero que los palestinos dicen que Jerusalén les pertenece, por lo que he oído últimamente quien afirma semejante desatino es el ministro de relaciones exteriores sionista el impresentable Abigdor Lieberman, motivo por cual los sionistas esta demoliendo las casas que los israelíes palestinos poseen en Jerusalén este, contraviniendo la Resolución 181 de Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947, lee la pestaña “ Israel y el desprecio al derecho” y lo verás, Jerusalén tiene ese status no por capricho de la ONU sino porque se considera un lugar sagrado que simboliza la CONVIVIENCIA de las tres grandes religiones monoteístas.
Por otro lado me consta que los sionistas siguen colonizando más allá de la línea verde contraviniendo lo acordado en Oslo, y las urbanizaciones no son unas simples carpitas sino urbanizaciones completas con todos los servicios; por supuesto que toda esta información no la extraigo de los telediarios españoles ni de la CNN, por suerte tengo acceso a las cadenas Al-Jazzera y Telesur, que por otra parte son las únicas cadenas que reportean a los civiles afganos e iraquíes para que den su opinión acerca de la ocupación extrajera en sus respectivos países, algo que los telediarios europeos ocultan sistemáticamente.
Puntos:

Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
¿qué pide el pueblo de Cortegana a los Reyes Magos? Por: .2010 28-12-11 23:39
isabelsevilla1
4
PUEBLO DE CORTEGANA Por: No Registrado 13-10-08 23:19
No Registrado
13
Todos por el Pueblo Por: No Registrado 12-02-08 10:51
No Registrado
12
alquiler de casa de pueblo e Por: No Registrado 28-06-05 22:09
No Registrado
0
Simulador Plusvalia Municipal - Impuesto de Circulacion (IVTM) - Calculo Valor Venal
Foro-Ciudad.com - Ultima actualizacion:08/08/2020
Clausulas de responsabilidad y condiciones de uso de Foro-Ciudad.com