
Solo con ver lo que le esta pasando al juez Garzón y el odio empleado en degradar este monolito dan ganas de recuperar los miedos de antaño, y procurar no nos instalen otra vez la Causa General con carácter retroactivo,esta vez desde Viriato para acá. Y olvidar, eso es lo que quieren.
Pero como olvidar aquella mentiras de gestas y héroes inmortales que nos aprendimos de memoria en aquellos cantos, también imperiales.
Y como olvidar aquel día que cantábamos el Cara al Sol en la cruz de los caídos y las mujeres que hacían cola en la ventanilla de la casa de pago,pendiente del anticipo, levantaban también el brazo con resignación.
O al maestro de LA LETRA CON SANGRE ENTRA que un lunes le negó la entrada al colegio a unos niños que no presentaron la (lapapeleta-justificante) de asistencia a misa el día anterior, o el no encontrar un niño el nombre de su abuelo y sus tíos en la placa de la cruz a pesar de que le decían en casa que murieron en la guerra, de noche.
Estas dos cosas en Corrales no se podrán olvidar: la cruz todavía existe, el maestro tiene una calle.