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El Gobierno establece un Impuesto sobre la Renta reducido para los grandes defraudadores
4 de Abril de 2012

La “amnistía fiscal” les privilegia con menos impuestos que a quienes cumplen con su obligación fiscal.
El Real Decreto Ley 12/2012, de 30 de marzo, plantea dos cuestiones fundamentales: en primer lugar, a pesar de su denominación, no es una amnistía. Amnistiar es perdonar la pena, la multa o la sanción. Es decir, si fuera una auténtica amnistía, el contribuyente tributaría por el dinero negro al tipo impositivo que le correspondiera, teniendo en cuenta sus rendimientos del trabajo, capital mobiliario o inmobiliario, actividades profesionales... Además, como presentaría la declaración con retraso, debería abonar unos intereses de demora. Pero se le perdonaría la sanción. Sin embargo, el contribuyente que se vaya a acoger a las medidas establecidas por el Gobierno (conocidas como “amnistía fiscal”), se va a beneficiar de un régimen distinto al del resto de los ciudadanos. Y mucho más beneficioso: en lugar de tributar al tipo que le corresponda se le aplicará un tipo único del 10%. No pagará intereses de demora. Y, por supuesto, su conducta no será sancionada.

Y sin embargo debemos tener en cuenta que, por definición, este contribuyente es un DEFRAUDADOR.

En segundo lugar está la cuestión del dinero negro. Todos pensamos en el dinero depositado en una cuenta en Suiza o las Islas Caimán. Pero también es dinero negro el que se guarda en un sobre en la mesilla o cualquier cantidad no declarada. Pero ¿y si me equivoco? Todos podemos cometer un error en la declaración de IRPF o de Sociedades y declarar menos ingresos. ¿Es eso dinero negro? ¿Me podré acoger al régimen fiscal establecido y tributar al 10%? No. Tendré que incorporarlo a mi declaración y tributar al tipo que resulte. En este caso, supongamos, me doy cuenta de que me equivoqué hace dos años y declaré unos ingresos menores de los obtenidos; es decir, estoy regularizando mi situación voluntariamente. Pues bien, no sólo tributaré al tipo que, según la escala progresiva, me corresponda, sino que además tendré que abonar intereses de demora y un recargo del 20%.

Hemos dicho que, por definición, quien se acoja al régimen establecido en el Real Decreto Ley 12/2012, es un defraudador, pero tributará al 10%, sin intereses y sin sanción o recargo. En definitiva, el Gobierno de Mariano Rajoy está tratando mejor al ladrón que al ciudadano cumplidor.