Jugando en la Champions League Nadie suele comentar ya nada en los post del paro. Debe ser que como la situación no cambia, nos hemos acostumbrado a convivir con los malos datos que suben y bajan tímidamente al compás de las estaciones sin que ya nada nos sorprenda. Se ven tan pocos cambios, que esta situación ya no deslumbra a nadie. No está la cosa ni para tirar cohetes ni para ponerse a dar saltos de alegría. Como mucho, durante dos o tres meses baja el paro, para después volver a subir de nuevo al mismo punto de partida, es como el que pedalea en una vieja bicicleta y sin cadena, ¡Tú dale, dale! Que no te mueves del sitio. Así estamos. En fin, que aquellas historias de la Champions League, del adelantamiento a Italia y Francia, del sistema financiero más fuerte del mundo, de los brotes verdes, de la recuperación económica inminente, y más, y más, nada más que sirvieron para engatusar al personal, cuentos chinos del míster Zapatero y su equipo de obedientes limpiabotas, de los muchos que nos fueron largando para tenernos entretenidos e ir pasando el tiempo, a ver si mientras tanto cae un milagro del cielo, el tiempo escampa y se avecinan tiempos mejores, y la gente se olvida del agua que le ha caído encima. La cuestión es que el tiempo continuó arreciando y el milagro no llegó, y entre el parito para arriba, para arriba, el parito para abajo, para abajo (a ritmo de King África), y la dichosa prima de riesgo, tan caprichosa y casquivana ella que a nadie le gustaría tener una prima así en la familia, se podría decir irónicamente hablando, que aquí no hay quien viva, a menos que seas político (concejales a 3000€, incluidos) o tengas a alguno en la familia que te eche un cable, o si se puede, mejor un enchufe de 380 . ¡No tiene peligro la prima ni na!, que lo mismo baja que sube, día sí, día no, o se pone por las nubes poniendo al país al borde del colapso según los expertos en economía, o al borde del infarto a los que tienen los ahorros de toda su vida metidos en esas guaridas de lobos a las que llaman bancos, en las que antes te lo daban todo, el coche, la casa, el viaje de bodas, el bautizo del niño o lo que hiciera falta, y ahora te dan dentelladas quitándotelo todo multiplicado por dos y te dejan en calzoncillos aunque tengas mucho frío, y no te molestes en acercarte por su guarida para "saludarles" que no te dan ni los buenos días Así estamos. La vida sigue para muchos con un marcado sabor agrio, nada cambia, y lo que es peor, las predicciones para el año que viene de camino no son muy halagüeñas que digamos, pues según se oye, esto ira a más. ¿A más? Pena, penita, pena, decía Lola Flores. Aquí lo único que ha habido de cambio han sido las elecciones, que mucha gente esperaba con ganas para ir a votar (yo entre ellos)y darse el gustazo de mandar a su puñetera casa a tanto paseacarteras de pasillo y despacho, y a tanto gañán zampabollos, o cuando menos desalojarlos del gobierno donde han dejado sobradamente demostrado que los puestos les venían grandes, y que estaban en esos puestos por su cara bonita, porque lo que es por méritos y valía han demostrado poca capacidad y bajo rendimiento habiendo dejado un país patas arriba y hecho una ruina de la que va a costar levantar cabeza; o por ser el más pelota y aplaudir más que el de al lado a su amado líder, un iluminado con mucho talante y poco talento, que en sus adentros pensaría que él no nació como todos los mortales del vientre de su madre sino que bajó del cielo arropado por una luz divina y resplandeciente para instaurar en la Tierra un nuevo Orden Mundial donde impere el Buen Rollito Guay al amparo de su añorada Alianza de Civilizaciones . Un pequeño gusto que sabe a poco, demasiado poco consuelo para el cuerpo y la mente, sobre todo viendo que todo sigue igual, paro y más paro, y corrupción y mas corrupción, y a esta gente no hay Ley que le exija responsabilidades ni los lleve ante los tribunales por su mala gestión de gobierno. ¡Ay qué pena! Que los han echado, que el pueblo no los quiere. ¡Qué desagradecido es el pueblo! Con lo que ellos se han desvivido por el pueblo. ¡Ay qué pena!, verdad. Mucha gente habrá perdido su trabajo, su casa por no poder pagar la hipoteca, cerrado su negocio o empresa, o habrá pasado dificultades para dar de comer a sus hijos, todo por su mala política o su nula incapacidad de lidiar con la situación (PRESUNTAMENTE), pero ELLOS sin darse por enterados,ahi aguantando aferrados a sus cargos, como al que ni le va ni le viene, echando balones fuera, cargándoles el muerto a quien sea después de casi ocho años en el gobierno, ya sea a los mercados, a Busch, a Aznar, o a la Merckel, y si me apuran, al tío Paco o al Cristo de los Faroles si hace falta; y por lo bien que lo han hecho y lo bien que se han portado, ahora SE IRÁN A SU CASITA a disfrutar de su merecido descanso por los servicios prestados, sin problemas y con una BUENA PAGUITA, y una sonrisa de niño bueno y cara de no haber roto un plato, si te he visto no me acuerdo, y ahí os quedáis so atontaos, que a ver quién es el guapo que es capaz de arreglar este desaguisado que heredáis. Y lo que más me asquea de todo esto, es que si corrupción hay en un bando, corrupción hay en el otro. Tal para cual. Yo sí, soy ladrón, pero tú más, así que vamos a llevarnos bien. Para revolverle las tripas a cualquiera No vean ustedes la mierda que tiene la casa de mi vecina, (la mía no la miren que está por barrer) Lo de siempre. Y el paro subiendo. |