Cala - Huelva

...COSAS QUE PASABAN EN CALA HACE CINCUENTA AÑOS .....

Era muy común, allá por los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, que zagales en muy temprana edad se vieran obligados, por razones de pura subsistencia, a abandonar pronto la escuela y ponerse a guardar piaras de cabras, ovejas o guarros en el campo, la mayoría de las veces con escasísima o nula compensación económica, pero obteniendo a cambio una mejor manutención que la que en sus casas, en aquellas épocas de precariedades, pudieran llegar a tener.

Tales trabajos, además de tener que soportar con toda crudeza las inclemencias del tiempo a campo abierto, tenían el grave inconveniente de la soledad y del desarraigo, porque algunos de aquellos mozos pernoctaban en casas en pleno campo, lejos de familias y amigos, a veces durante meses, solo en compañía del ganado y de algún compañero dedicado a otros menesteres en las grandes fincas.

En esta sórdida situación hallábase un mozo de Cala de unos catorce años, desde hacía varios, por lo que al zagal le había sobrevenido la pubertad en absoluta soledad, con todo lo que ello acarrea de exacerbación de naturales concupiscencias, por lo que solo la idea de ver de cerca una lozana moza se le terciaba tan maravillosa como imposible.

Mas, he aquí ejemplo de las bromas que el destino nos reserva en ocasiones, y avisaron al zagal que en el Barranco de la Parrilla, relativamente cercano a los lugares donde él solía desempeñar su labor de guarda del ganado, se habían escuchado chapoteos y gritos femeninos algunos días de aquel caluroso verano, y el zagal, imaginándose imposible por lo deseable el llegar a ver mozas bañándose en aquella pequeña ribera, dispuso las situaciones del ganado de tal manera que, oculto tras las paredes de piedras cercanas vigiló durante días aquellos lugares, hasta que por fin, para su sorpresa y monumental emoción, observó cómo unas lozanas mozas de largas melenas y prietas carnes se desnudaban y, en ropa interior, creyéndose no observadas por ojo alguno, sabiéndose en lugar apartado y “solitario”, se bañaban con juvenil descaro chapoteando con gracia aquellas cristalinas aguas, a la vez que movían sus redondas protuberancias a los ojos del emberrenchinado zagal, que para entonces debía tener su viril atributo como el Palo Mayor del "Juan Sebastián Elcano".....

Varios días después, en el pueblo por haber ido a realizar algunos encargos de parte de los señores, encontrándose con los que le habían proporcionado tan sustanciosa información, éstos preguntaron al zagal si “por casualidad” había visto a las mozas bañándose en el barranco, a lo que respondió que si. Y los informadores, curiosos por lo que cualquiera podría imaginar, le sondearon :

“Entonces... si las vistes..... te “la harías” a base de bien ......”, a lo que el inocente zagal, respondiendo con rapidez y con toda naturalidad, dijo :

“!!! No tuve ni que tocármela siquiera ......!!!

¡ Como estaría el pobrecito .....!

Al solitario zagal
los ojos han regalado
y ante sí se han desnudado
mozas de curvas simpar

Como estaría aquel mocito
que la fuente dió caudal
con chorro monumental
¡ sin nadie tocar aquel pito !

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Me encanta, muchas gracias por compartirlo

Ante todo, muchas gracias a tí, bienvenido al Foro y un afectuoso saludo.

Ya ves, amigo, despues de más de un mes de publicada esa anécdota, tan solo a tí ha estimulado a su lectura, y a mostrar ese generoso agradecimiento posterior.

Mientras tanto, hemos debatido en el Foro sobre lo divino y humano, a veces enzarzados en pendencias y follones, eso sí, libres de hacerlo.

Muchas gracias Borraldia por la bienvenida.
Se que existe un libro de anedoctas de Cala, me gustaria saber de él

Borrado por su Autor.

Curioso animal, la "madre del agua" con querencias parecidas a las de los mozos, porque a muchos tambien les hubiera gustado meterse debajo de tu bañador, seguro.

todavia recuerdo yo cuando en el verano nos haciamos mis amigas y yo el camino de la mina para bañarnos en ese estanque que hay antes de llegar a mano derecha , nos lo pasabamos bomba , nos refrescabamos y lo pasabamos bien , eso si pendientes de haber si nos veia alguien ya que era privado y de como algunos del pueblo iban a mirar jajaj , eso si estoy de acuerdo con la amiga lozana en el agua habia de todo.........pero y lo bien que lo pasabamos .
lo malo es luego la vuelta , todo cuesta arriba asi que llegabamos con mas calor del que habiamos ido y con la ropa mojada ........la bronca en casa era segura jajaja

Tengo una duda, amiga andaluza. ¿ El estanque no era el que está situado a la izquierda según se vá a la Mina, en lugar de la derecha, y que le llaman "Estanque de Clemente" ?

Es que no recuerdo que haya otro en la carretera de la Mina.

llevas razon llevas razon a la izquierda llendo hacia la mina , perdona mi lapsus .

Borrado por su Autor.

Por supuesto. En aquellos tiempos el "darle a la pestaña" era el deporte rural por excelencia, habida cuenta la ausencia de polideportivos en los pueblos.

Y las consecuencias eran, si no tan fulgurantes como las del "mocito caleño", parecidas, pues a fé que poca ayuda necesitaba la exhuberante nauraleza del muchacho "observador", ya que se producía el brote casi antes de plantar la semilla.

En fin, cosas de la naturaleza y de las precarias condiciones sociales de entonces, o como decían los antiguos :

Que mala es la jambre señores
y el ver jamones sin comé
y si los que ves son de mujé
mas mala es la jambre de amores

Ay, Señor ... que tiempos