Alosno - Huelva

Eclipsada esta la vista
de un buen aficionado,
el se llama Ausente
y en la Malagueta ha estado.
Que apaguen los cirios morados,
que suenen las caracolas,
azabache es su traje
su novia bata de cola,
en el palco las peinetas
un brindis al sol le da,
Morante tira de capote
y empieza un recital,
un recital de torero
de corte añejo pá mas señal,
nos recuerda a José,
también recuerda a Juan,
que nació en la calle Feria
a Triana fue a parar,
Hércules de la Alameda,
ellos los vieron torear,
a Chicuelo y los Vázquez,
y ese bien citar,
del Niño Sabio de Camas,
con la "pata" adelanta,
ese toreo de frente
toreo de verdad,
el río guarda silencio,
al Triana asomar,
frente esta la Maestranza,
¿Que es templo o Catedral?
La Giralda que asoma,
para sombra poder dar
ante la Puerta del Príncipe,
con ese barroco sin igual,
su albero es natural
color ocre amarillento,
que no hay plaza igual,
Puerta Príncipe abierta,
y el río delante está,
se marcha para Sanlucar
con su lento caminar,
ha terminado la corrida
el agua no puede estar pará,
se va camino de la Puebla
y Morante va detrás.
¡Ay Guadalquivir!
mira si eres torero,
en Córdoba, Lagartijo,
en Sevilla Espartero,
por Triana Belmonte,
que por pasmo le conocieron,
en Gelve, ¡Ay! en Gelve, Los Gallos,
que cuna de buenos toreros,
por la Puebla los Centauros,
esos que doma impusieron,
desemboca en Sanlucar,
Ojeda pisaba el ruedo,
¿Quien da mas caballeros?
que de esto del arte de Cúchares,
te puedo decir hasta luego,
no se acaba el repertorio,
aunque salgas por peteneras luego.
Ponte de acuerdo compadre,
¡pues la razón yo la llevo!

El Poeta.

si mi padre viviera cuanto difrutaria con estos poemas de tauromaquia que tu escrives el era un gran aficiono a los toros al leer tu poema me biene el recuerdo de vrlo hablarr con el barbero que venia a cortarle el pelo y se enfrascaban los dos a hablar de toros y se llevavan las horas y horas y recuerdo todos esos toreros que citas en tu poema de haberselos oido a mi padre pues aun me parece verle en feria con su traje marron de rayas y su puro en la boca todo contento porque se iba a ver las corridas de toros amigo poeta yo no se la edad que tu tendras pero eres una enciclopedia andante de las cosas de andalucia y digo esto de la edad porque yo mas o menos por lo que te oigo hablar pienso que debes de tener unos 50 años pero lo que mas me maravilla de ti es que si queremos saber algo de nuestra tierra solo tenemos que preguntarte tienes una memoria prodigiosa que dios te la siga conservando toa la vida un abrazo -castilleja-

Amiga Castilleja, hoy he tenido ocasión de hablar de ti, pues de vez en cuando no reunimos un grupo de amigos y comemos juntos, tu sabes como somos por estos lares, estuve con mi amigo de Olivares que canta por Alosno pá rabiar, otro de Arahal, que canta por Pepe Marchena y así hasta estas horas desde las 11 de la mañana, hablamos de Miguel de los Reyes, y yo conté pues lo de tu abuela y los datos que me has dado, había otro que es de Villanueva del Ariscal, en fin y ahí nos reunimos con la Giralda al fondo para deleite nuestro y de ella, que a veces la hacemos decir ¡Olé! con el repique de su cuerpo de campanas.
¡Ay! Castilleja,
a tu padre lo imagino
de estatura mediana,
traje marrón oscuro
con sus verticales rallas,
salía de Castilleja
por la cuesta el Carambolo,
pasaba por Pañoleta y allí
se paraba a tomar una copita,
como los cánones mandaban,
de allí a la calle Adriano,
o Paseo de Colón,
si una tiene sabor torero,
la otra aroma y color,
banda de música para el festejo amenizar,
tu padre puro en la boca
para las palmas tocar,
a ese Faraón de Camas
Curro para mas señal,
quizás los Martín Vázquez,
Pepe Luis o Ordoñez,
Manolo González, la esencia de torear,
un pequeño gigante,
que no se arrugó jamás.
Son las nueve de la noche
es hora de regresar,
ahora al revés Pañoleta
y el Carambolo,
después calle Real,
allí llegaba tu padre
para la corrida comentar,
el barbero o el zapatero,
eran sitios de tertulia habitual,
¡Ay! aquellos tiempos Castilleja,
¡Que bonito recordar!
esa muchachas de mantilla,
y las mejillas pintas,
con coloretes rojos,
para sus rubores tapar,
eran otros tiempos, querida amiga,
¡esto cambió para no volver mas!
Juventud divino tesoro ¿donde has ido a parar?
yo te busco y no te encuentro,
quizás en Castilleja
esa de apellido de la Cuesta,
que en el Aljarafe está.
Y yo de ahí tan lejos escuchando catalán.

El Poeta.
Un beso.