Villanueva de la Torre - Guadalajara

Carta al más cerdo de todos
Esta que va a continuación, es otra de las cutre-historias que escribí hace tiempo ¡ah! y que nadie se de por aludido/a... Carta al más cerdo de todos.


Siempre me has parecido un pu.o muerto de hambre, sin mayor ilusión que la de conseguir un buen día, abandonar este mundo para dejar de ser, para mí, como un asq-roso mosquito más en la luna de mi viejo ford fiesta. Tú sabes porque te digo esto, tú sabes que lo que comes no es comida, sino mie-da, residuos que al caga-rlos siguen teniendo la misma asque-osa pinta que cuando te lo comiste por primera vez. Todo lo que se refiera a ti es menos que nada, cualquier cosa multiplicada por cero es mucho más de lo que tú serás jamás.

El otro día escuché en una película una frase que decía “la habilidad de hablar no te hace inteligente”, estoy seguro que cuando el guionista escribía esa frase no sabía hasta que punto tenía razón, de hecho estoy seguro que, cuando la escribió, estaba pensando en alguien mucho más inteligente que tú ya que jamás me has demostrado tener más cerebro que cualquiera de las cucarachas que he podido aplastar en toda mi vida. Dicen “la belleza se lleva dentro”, ¿belleza? Te estarás preguntando... ya podrían pasar mil años y millones de operaciones quirúrgicas por ti que de ningún modo sabrás lo que es la belleza, y no me refiero solo a la física que realmente sería muy triste, a parte de asquer-oso de reflejar aquí, si no a la belleza interior, esa que se presupone que todos tenemos aunque sea en una minúscula parte, por ti nunca ha pasado un punto de amabilidad, altruismo o sinceridad, ¿y sabes lo peor de todo? que podrían pasar siglos y siglos y no cambiarías en nada, seguirías siendo el ser patético y asque-roso que eres hoy en día.

Aún así has venido hasta aquí y te has dignado a intentar hablar conmigo, a creerte que podías dirigirme la palabra, que lo que decías tendría algún sentido para mí. Podría hacer varias cosas, pero ninguna te gustaría así que voy a hacer algo que nadie dejaría de hacer si estuviera en mi pellejo. Voy a sacar el jamón, morcillas y chorizos más asque-rosamente jugosos de toda esta parte del mundo y se los venderé al tipo que me dé más por ello, por una vez en la vida vas a servir para algo...