Roblelacasa - Guadalajara

Roblelacasa 2 de Octubre de 2007


Hola Juanjo,

En representación de esa pequeña cuadrilla que compartimos contigo casa, lumbre y comida vengo a despedirme, o mejor dicho a saludarte.
A saludar a ese mundo mágico que tú fraguaste en los largos otoños de Roble. Otoños que se conformaban poco a poco a base de caminatas a Matallana y a las pozas, de tardes de botellines al sol de poniente, de tus suculentas migas y sopas de ajo, y de largas noches de hospitalidad y rock en la mítica casa de Fernando. La casa sin llave, abierta a conocidos y a extraños con la única condición de que trajeran un poco de buen rollo.

Juanjo, eras la médula espinal de un universo en extinción, de la sabiduría de la vida sencilla pero apasionada, del cariño sin sensiblerías, de la risa como medicina diaria.

Pero aquellos tiempos donde todo era posible, y aunque nunca pretendimos cambiar el mundo al menos nos reíamos de él, se fueron yendo despacio como las nieves del Ocejón, y poco a poco y uno a uno la rueda nos fue atrapando y fuimos abandonándote.
Todos cambiamos menos tú. El más loco de todos resultó ser el más cuerdo y se mantuvo con su fervor juvenil hasta el último momento.

Cuanto nos gustaría recuperarte y volver a despertar en una fría mañana de enero, calzarnos las viejas botas, enfundarnos las zamarras, hacer matanza casera, caminar entre las jaras, bajar al arroyo y tumbarnos dedicándonos a la holganza hasta la tarde.
Al anochecer sacarías tu viejo teatrillo y Gema le pondría voz a los personajes y entre vino y vino y tus risas volarían los sueños más inalcanzables hasta acabar bailando disfrazados de meigas al son de las viejas cintas de soul.
Pero la fiesta sigue y esa parte ya la hemos vivido.

En el antiguo Jabalí nos conocimos con un botellín en la mano y desde allí brindaste al despedirte.
No se porqué los mejores tenéis la costumbre de iros los primeros, pero brindamos por ti, viejo amigo y te hacemos hueco en nuestras motos.
Hoy nos vamos de ruta y tú con nosotros, recorreremos otras montañas y nos acodaremos en otras barras diferentes a las del valle pero seguiremos haciendo lo que más nos gustaba cuando estábamos juntos: vivir el momento intensamente y tomar un botellín mientras nos reímos de la vida y de nosotros mismos.

De parte de aquellos amigos y de todos los que participaron de alguna manera de aquella época de amistad entre robles, jaras y pizarras, un abrazo y buena ruta.

muy bueno todo lo que escribistes sobre juanjo,se merece eso y mas,muy muy gran persona,por cierto no acabo de caer en que carmen eres :S