Querencia - Guadalajara

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Rajoy a estas horas aún no ha dicho nada sobre todo esto. Ni ha dicho tampoco nada oficialmente la cúpula del partido y del Ejecutivo. Es decir, María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular y Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno. Y, sin embargo, este episodio se ajusta significativamente a la realidad constante del PP ante la corrupción vinculada a la política. Rajoy, el mudo, prefiere callar

No debe ser grave al parecer -según la doctrina habitual genovesa- el hecho de que un alcalde haya manejado en beneficio propio un contrato de basuras en torno a los cien millones de euros. La corrupción continúa, por consiguiente, erosionando a la derecha, representada a partir de su Presidencia por Rajoy. Pero todos sabemos que el jefe del Gobierno no es capaz de dar un puñetazo en la mesa presidencial y decir basta a sus corruptos. No sólo el malo de la película genovesa es Luis Bárcenas, llamado coloquialmente El Cabr*n.

Hacer la vista gorda es un recurso estúpido y de corto recorrido que acaba volviéndose en contra de quienes dejan hacer. Y don Tancredo Rajoy siempre ha dejado hacer y hemos podido comprobar con relativa facilidad que el PP no es, con exactitud, un partido, sino una especie de mafia protectora de corruptos, muy en contra de lo que nos vendieron en campaña contando las corruptelas socialeras. Resulta que los sociatas no son los únicos.

Saludos.