Válor - Granada

ROMANCE AL PUEBLO DE VÁLOR

Alpujarra granadina,
tierra de riego y secanos,
por donde las sierras nacen
naciera el pueblo de Válor.
Los musulmanes hicieron
crecer frutos y ganados,
y sembraron la Cultura
que ignoraban los cristianos.
Punte musulmán, el pueblo
aún tienen para su paso.
Y la razón de vivir se
hereda de los ancianos
con bella costumbre antigua
tan fraternar paso a paso.
En la alameda se oyen
cantos de agua y de pájaros
por primaveras y otoños,
por inviernos y veranos.
Es canto de eterno de vida
que siente todo el humano
y aviva amores perdidos
desde Isabel y Fernando.
En todas las mentes vive
la historia que aquí fraguaron,
con luz que da la luz
de un pueblo al decapitarlo
Llegaron los fuertes reyes
A los moros expulsadon
De sus tierras labrantias
Para sentar lo cristiano.
Era Isabel la Católica
y su marido, Fernando,
quienes fraguan la expulsión
de aquellos seres humanos.
Que la fraguan y la llevan
a los hechos más nefastos.
Hondas raíces los moros
en España habían echado
después de los ocho siglos
que estas tierras gobernaron.
Después de los ocho siglos
cultivando y enseñando
sin descanso y sin medida,
desde un lado al otro lado.
Pero Isabel la Católica
los quiere todos cristianos,
y ordena la conversión
o la expulsión inmediato.
Unos se van, y otros quedan.
Los que quedan, bautizados.
Y aunque su sangre era mora,
los moriscos les llamaron.
pueblo al decapitarlo
El malestar vive y crece
por los campos y poblados
entre moriscos y moros,
entre moros y cristianos.

CONTINUA: Autor del romance;
Alfonso Lopez Martinez

Hondas raíces los moros en España habían echado...

Sukran(gracias)por poner en el foro este bonito romance.

De la paz alpujarreña,
poca cosa iba quedando.
Por eso doña Isabel
su ejercito ha reforzado,
ya gente de gente noble
varios feudos va otorgando.
A don Fernando de Córdoba
le entrega el sitio de Válor
para su mayor garantía
de su egoísmo aberrado.
Reyes católicos eran,
pero ignoro si cristianos
después de tantas injusticias
firmada por ambas manos.
Se les prometió respeto
a sus costumbre de antaño
Costumbres tan musulmanas
como el vestir, y sus baños..
Pasó el tiempo por el tiempo
y los reyes bien cesaron.
Pero el egoísmo sigue,
ese egoísmo heredado,
y es su hija doña Juana
quien brinda tragos amargos
a los moros convertidos,
sin pensar que eran humanos.
Media luna en el sombrero
por obligación llevaron
para saber que eran moros
convertidos en cristianos.
¿Pero su sangre era mora!
Su religión, era amparo.
Esta, bien les permitía
Jurar cristianismo en vano.

Continuara

¿Continúa o no? Que llevamos 14 meses esperando.

Gracias por recordadme que lo deje a medias, continuo.

Más doña Juana siguió
Estrechando tanto tanto,
que hasta prohíbe que recen
estos hombres doblegados.
Y prohíbe en días festivos,
en los festivos cristianos,
que trabajen los moriscos
sin importarle su daño
volvió el tiempo a transcurrir
y se endureció a su paso.
Es ya Felipe II
-hombre de orden y d mando-
el que reina en toda España
y quiere un pueblo cristiano.
Y los morisco prefieren su
Religión y sus actos.
Por estas y otras razones
los conversos, ya cansados
piensan en la rebelión
contra los mandos cristianos.
Y la voz cundía
del malestar creado,
aquel noble de Granada,
Fernando de Córdoba y Válor,
al lugar que le da nombre
se presento recio y bravo.
Era hijo de un feudal
que a este pueblo destinaron
para estrechar más el cerco
a los moros bautizados.
Su nombre, como el del hijo.
Y apellidos al contrario.
Fingía vengar a su padre
que lo habían encarcelado
por motivos que no anoto,
porque no quedaron claros.
A los moriscos les habla
siendo codicioso nato,
de la lucha de la Alpujarra
contra los puros cristianos.
Los moriscos consideran
las palabras del tirano,
y a lo musulmán lo hace
su rey para todo acto.
Ya se llama Aben-Humeya.
Ya no se llama Fernando.

Continurá, y esta vez no lo dejare 14 mese palabra
El Ciudadano del Mundo

Gracias por recordadme que lo deje a medias, continuo.

Más doña Juana siguió
Estrechando tanto tanto,
que hasta prohíbe que recen
estos hombres doblegados.
Y prohíbe en días festivos,
en los festivos cristianos,
que trabajen los moriscos
sin importarle su daño
volvió el tiempo a transcurrir
y se endureció a su paso.
Es ya Felipe II
-hombre de orden y d mando-
el que reina en toda España
y quiere un pueblo cristiano.
Y los morisco prefieren su
Religión y sus actos.
Por estas y otras razones
los conversos, ya cansados
piensan en la rebelión
contra los mandos cristianos.
Y la voz cundía
del malestar creado,
aquel noble de Granada,
Fernando de Córdoba y Válor,
al lugar que le da nombre
se presento recio y bravo.
Era hijo de un feudal
que a este pueblo destinaron
para estrechar más el cerco
a los moros bautizados.
Su nombre, como el del hijo.
Y apellidos al contrario.
Fingía vengar a su padre
que lo habían encarcelado
por motivos que no anoto,
porque no quedaron claros.
A los moriscos les habla
siendo codicioso nato,
de la lucha de la Alpujarra
contra los puros cristianos.
Los moriscos consideran
las palabras del tirano,
y a lo musulmán lo hace
su rey para todo acto.
Ya se llama Aben-Humeya.
Ya no se llama Fernando.

Continurá, y esta vez no lo dejare 14 mese palabra
El Ciudadano del Mundo

Y proclamado ya rey
bien obedecen su mando.
Las luchas empiezan pronto
por fuera y dentro de Válor,
y unas ganan y otras pierden
estos jóvenes soldados.
El duro marqués de Vélez
con soldados adiestrados
ataca por varios puntos
con desnudo encarnizado.
Y aquel Marques de Mondéjar
Tan famoso como bravo,
a Aben-Humeya le ataca
por don Felipe mandando.
Los moriscos ganan… pierden…
pero van capitulando
por días y momentos
por estar mal gobernados.
Ya la duda los persigue
por montes y barrancos.
Los inmediatos al rey,
algo serio están pensando
después de tanto luchar
y perder por otro tanto.
Aben-Humeya lo nota,
pero se siente cercado
por los frentes enemigos
y por sus propios vasallos.
Ya todo camina mal
para mandos y soldados.
¡Que poco tiempo le queda
a Aben-Humeya en el mando!
Los que le hablan de azucar,
piensa darle amargo trago.

Los que le dicen –mi rey-
ya van finiquitarlo.
Y en el pueblo de Laujar,
Su sentir efectuado.
Y en el pueblo de Laujar
sitio almeriense muy alto,
entre dos le dieron muerte
al codicioso tirano.
Los muros de la alcazaba
a sus lamentos temblaron.
Aben Abóo era moro,
Y Diego Aguacil, cristiano.
Por querer los dos ser jefes,
sus manos ensangrentaron.
Un año de lucha y muerte…
Solo un año reinando
vivio el más fanoso Humaya,
por morisco, coronado.

Hasta hoy no he podido entrar. Gracias amigo. Saludos.

Lo prometido era deuda “ya la pagué” Ok
Un saludo
El ciudadano del Mundo