Recuerdos de mi infancia Recuerdo mi pueblo, cuando era pequeño y jugaba al escondite en sus calles y callejones, cuando hacían las palvas en las eras y todo el pueblo se llenaba de bullicio, unos acarreando haces de cebada, otros trillando, y otros simplemente iban a las eras a ver como se trillaba y a ayudar si se podía. Recuerdo cuando se acercaban las fiestas de San marcos y traían las retamas para el horno donde se hacían los roscos, y recuerdo como nos acercábamos para pedir roscos de los que se rompían cuando los sacaban del horno, aun noto su sabor como si los tuviese ahora mismo en mi boca, nos sabían a gloria. Recuerdo que en las fiestas de San Marcos, nos encantaba subir a las torres de las iglesias para repicar, y ver a toda la gente desde arriba, nos sentiamos tan felices de ver tanta gente en nuestro pueblo, y mas cuando veiamos la cola de coches que se formaba a lo largo de toda la carretera, hasta el cerrillo los trapos, aparcados a lado y lado de la carretera, era impresionante, por lo menos para nosotros que no estabamos acostumbrados a ver tantos coches ni tanta gente. Recuerdo como durante la misa , antes de la procesion, me sentaba delante de San Marcos, y me quedaba mirandolo fijamente, y recordaba lo que me contaba mi padre, que si te quedabas mirandolo fijamente, descubrias que parecia que el te miraba, y te sonreia, pues siempre encontre su sonrisa, parecia imposible, porque el rostro de San Marcos parece a simple vista que esta serio, pues yo siempre la encontre. Recuerdo que los dias posteriores a las fiestas, nos dedicabamos a buscar los carrizos de los cohetes, para ello teniamos que meternos en las chuberas del cuo y acababamos llenos de espinas, pero felices de tener toda aquella cantidad de carrizos, para luego utilizarlos de flechas, con arcos que nos haciamos con palos de retamas. Me encanta mi pueblo, sus olores cuando florecen los almendros y todos los campos se cubren de un manto blanco como la nieve, sus sonidos cuando repican las campanas en las procesiones, y sobretodo, me gusta la sencillez de la gente de este pueblo, que se vuelcan con la gente y ayudan a todo el que lo necesita sin esperar nada a cambio, simplemente, porque son así, buena gente. Recuerdo los paseos hasta el banquillo segundo, cuando pasábamos por la cueva de las launeras, y nos metíamos dentro para jugar en su interior y dar voces para escuchar nuestras voces en el eco, y luego llegar al cerrillo de los trapos donde descansábamos un poco sentados bajo la sombra del albolillo, mas tarde bajábamos por el marchalejo donde bebíamos agua de su fuente y nos refrescabamos y ya llegábamos al banquillo segundo para sentarnos a charlar un rato contemplando el paisaje con el embalse de Beninar bajo nosotros, son recuerdos imborrables. Recuerdo tambien las escursiones que haciamos cuando estabamos en la escuela, y nos llebaban hasta las minas, subiamos por el chorrillo, donde juagabamos a hechar carreras de barcos por las piletas donde bebian las cabras, y nos gustaba subir a ver a Santa Lucia, con sus ojos en las manos, luego subiamos por el camino hacia la plumera, y subiendo recuerdo que habia una cruz donde nos contaban que ayi murieron dos hermanos en la guerra civil, continuando el camino,llegabamos al peñon de los pitillos, donde siempre nos hacian la broma de arrimar el oido a un agujero que habia en la piedra, para escuchar a los pitillos y seguidamente darnos el empujon contra la piedra y preguntarnos riendose "a que los has escuchado" al que nos daban el golpe la verdad es que no nos hacia mucha gracia, solo cuando en otra ocasion se lo haciamos a otra persona que no lo sabia, nos reiamos. Luego llegabamos a la plumera y nos refrescabamos un poco con su agua fresquita, y nos entreteniamos cazando ranas o lagartijas. Pero cuando ya llegabamos a lo alto del calar y dabamos vista a las minas, algo por dentro nos cambiaba, aquello era como un parque tematico, nos encantaba jugar en aquellas esplanadas, buscar bolas de hierro de los rodamientos de las maquinarias, con los que despues jugabamos a las canicas, y nos encantaba explorar todas aquellas ruinas donde una vez hubo tanto ajetreo, tambien nos gustaba meternos en las balsas y jugar al futbol, eran perfectas, porque la pelota no se salia fuera, eran escursiones inolvidables. Ayer estube comiendo moras, y me trajeron a la memoria tantas cosas que hoy queria compartirlas con vosotros, porque las moras de turon creo que para mi son las mas buenas de españa, esos morales del cuo, de moras blancas y negras, o los que habia subiendo para la fuente arriba a la orilla de la carretera, eran esquisitas, y ayer, al comerme una, creo que en mi mente paso algo, empezaron a aparecer recuerdos de mi infancia y casi que se me saltaron las lagrimas. Espero que os traigan tambien recuerdos de aquellos años de nuestra niñez, creo que son cosas que siempre recordaremos con nostalgia, porque como dice el refran, "cualquier tiempo pasado siempre fue mejor". juan luis |